Candidatos Presidenciales en Argentina: ¿Qué Piensa Juan Grabois del Cannabis?

La Cámara Nacional Electoral de Argentina oficializó el calendario para las elecciones del 2023. Las Primarias o PASO serán el 13 de agosto y las generales el 22 de octubre.

Un candidato destacado en las elecciones es Juan Grabois, abogado, educador y parte de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), que aboga por el reconocimiento de lxs trabajadores del sector informal. Estos conforman aproximadamente 13 millones de empleos en toda Argentina.

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Grabois es un conocido seguidor del Papa Francisco y apoya las políticas promovidas por la actual vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

El Papa Francisco conoció a Grabois durante un sermón para inmigrantes, víctimas del tráfico sexual y cartonerxs en 2008. Desde 2014, el Papa preside el Encuentro Mundial de Movimientos Populares (EMMP) en defensa del derecho a la tierra, la vivienda y el trabajo digno, una agenda promovida por Grabois en Argentina.

Al mismo tiempo, el Papa Francisco mantiene una estrecha relación con Grabois al punto que lo nombró miembro del nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en 2021. Se trata de un departamento de la Curia Romana que trabaja con poblaciones marginadas como migrantes, refugiadxs y sometidxs a esclavitud, que son una prioridad de su papado.

Ahora, Grabois aspira a ser el único candidato a la presidencia del país en las próximas elecciones primarias. Además, es partidario de la agroecología, un marco de desarrollo socioeconómico que promueve beneficios justos para lxs pequeños agricultores y es respetuoso con el medio ambiente.

¿Qué piensa Grabois sobre el consumo de sustancias?

Grabois ha publicado recientemente un libro titulado Los Peores, que cuestiona el estereotipo de lxs pobres movilizados como vagos, violentos y fácilmente manipulables por lxs políticos. En cambio, Grabois destaca la organización de lxs trabajadores informales como una alternativa ante la desigualdad social.

El libro presenta en gran medida las enseñanzas del Papa Francisco y el consumo de drogas como un problema derivado del paradigma cultural del consumismo. Grabois sostiene que algunas personas consumen tanto que están devastando el planeta, en línea con las advertencias del Papa.

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Asimismo, Grabois critica las políticas tradicionales de reducción de daños y la idea de “consumo problemático“, como “un eufemismo que tranquiliza la conciencia de la clase media liberal”.

“Detrás de cada eufemismo, hay un crimen, dijo una vez el Papa Francisco a los movimientos populares. ‘Trastorno por abuso de sustancias’ es uno de ellos”, dice Grabois.

En cambio, prefiere hablar de adicciones y estigma desde una perspectiva cristiana y se muestra en contra de la promoción del cannabis como estilo de vida.

Según Grabois, “la droga en los barrios es un arma de destrucción masiva”, y las organizaciones de economía social deben trabajar para superar este fenómeno. Subraya que los estigmas de la drogadicción “deben verse como una señal (…) para mostrar al mundo el daño de la toxicidad”.

No tan fan del cannabis

En concreto, Grabois insiste en que la promoción del cannabis como un espectáculo de relajación, amistad y responsabilidad forma parte de una agenda liberal que pierde el foco en el contexto social de abandono y desigualdad social.

“Los que consumen sin ningún problema o los que sufren ‘problemas de gente blanca’ no son los paradigmas generales”, escribió Grabois. “Suelen tener una posición liberal sobre el uso de drogas porque para ellos no representa un gran riesgo sino más bien una recreación”.

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Por otra parte, al referirse a la reciente legalización del cannabis medicinal y los dispensarios en Argentina, Grabois dijo que la medida es parte de una agenda de intelectuales liberales que “nunca han visto a un pobre”, buscan nacionalizar “los pequeños placeres” y “dar grandes marcos regulatorios a las grandes empresas”.

“¿Quién puede estar en contra de una planta que alivia el dolor? Pero… ¡cuidado!, hay que leer bien las leyes”. Grabois hace alusión a la ley de cannabis medicinal en Argentina que, según él, “promueve el cultivo extensivo sin límite de superficie ni tonelaje a procesar y prima la oscuridad en cuanto al uso de transgénicos”.

¿Qué sigue para el cannabis en Argentina?

La Agencia Nacional del Cannabis de Argentina dará a conocer las normas para las operaciones de cannabis en la primera mitad del 2023. Se espera que las normas tengan un enfoque segmentado para abordar el desarrollo heterogéneo de las regiones rurales de Argentina.

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Las grandes farmacéuticas tendrán luz verde, y también lxs cultivadores de cáñamo con fines industriales. Sin embargo, el oficialismo ha insistido en la necesidad de que haya una normativa que permita a los pequeños agricultores hacer una transición al cannabis. Así, en los próximos meses podría regularse una “cadena de suministro corta” o “simplificada” orientada al mercado interno.

Vía Benzinga, traducido por El Planteo

Foto: Gerardo Gamarra, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons, editada en Canva por El Planteo

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