¿Cómo se Manifiesta la Masculinidad Tóxica en la Industria del Cannabis?

Por Gregory Frye.

En 2022, el mundo del cannabis fue testigo de las desconcertantes noticias sobre Abner Kurtin, CEO, presidente y fundador de Ascend Wellness.

Si te lo perdiste, Abner fue detenido y acusado de agresión en Florida el 5 de septiembre del 2022. Al parecer, Abner y su novia Savannah Rose Siejka tuvieron un altercado verbal mientras estaban en un coche estacionado.

Según el relato de un testigo presencial documentado en la declaración jurada de la detención, se observó a Abner “golpeando” a Siejka. El relato de lxs testigos detalla que Kurtin agarró la cabeza de Siejka y la golpeó contra el tablero y que ella levantó las manos para evitar ser golpeada.

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Basándose en el relato de este testigo, agentes de policía localizaron posteriormente a Kurtin y a Siejka en el Ritz-Carlton Residences, donde Siejka dijo que estaba bien y que no había pasado nada. Sin embargo, la policía observó un par de pequeños bultos en la cara de Siejka -sólo eran granos, según ella- y detuvo a Kurtin, que quedó posteriormente en libertad bajo fianza de USD 1.500.

Al día siguiente, Ascend Wellness (un operador de cannabis multiestatal) emitió un breve comunicado en el que señalaba que estaban “llevando a cabo una investigación del asunto con la ayuda de un asesor legal independiente.”

El precio de las acciones de Ascend Wellness sufrió un golpe inmediato del 10%. Pero luego, en una pésima jugada de relaciones públicas, Kurtin publicó imágenes de él y Siejka en Twitter, juntos en la cama con sonrisas cursis… y blandiendo una declaración jurada firmada de no acusación por Savanna Seijka.

Todo junto a un mensaje de una sola palabra: #potstocks. [#accionesdeporro]

Aunque la publicación en Twitter fue rápidamente borrada, alguien ya había subido las imágenes a imgur. Oops.

¿Una mala imagen para la industria del cannabis?

Los comentarios iniciales en línea que siguieron a estos acontecimientos abarcaron un amplio espectro de opiniones y preocupaciones.

Había quienes se preguntaban por qué no había más medios cannábicos que cubrieran la historia, añadiendo que no podemos escondernos de esto, y que tenemos que hacernos responsables como industria.

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Otras personas (incluido quien les habla) sugirieron que se trataba de un problema personal, más que de un problema de la industria del cannabis. ¿Qué hace que esto sea una historia tan importante cuando la industria tiene problemas mucho más grandes?

Sin embargo, estaba equivocado. La historia de Abner Kurtin merece ser tratada por más de una razón.

En los comentarios en línea y los debates en reddit, algunxs usuarios ofrecieron informes anecdóticos sobre lo horrible que es trabajar con Kurtin y en Ascend Wellness. Al indagar en esto, recordé lo tóxicos que se han vuelto muchos de los lugares de trabajo de la industria del cannabis (o que siempre lo fueron).

Culturas empresariales tóxicas en la industria del cannabis

Hace unos años, elaboré un informe para el cual entrevisté a decenas de personas sobre sus experiencias negativas en el lugar de trabajo en la industria del cannabis.

Con la condición de mantener el anonimato, estas personas contaron historias horribles sobre culturas empresariales hostiles y tóxicas y sobre abusos en el lugar de trabajo.

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Todo, desde acoso sexual, expulsión de la gente de sus propias empresas, condiciones peligrosas del lugar de trabajo, falta de educación/formación sobre cannabis, desprecio de la experiencia, nulos procesos de recursos humanos, retención de salarios, e incluso dispensarios que vendían productos más potentes a ancianas a pesar de las recomendaciones del médico.

Estas historias provenían tanto de operaciones más pequeñas, como de algunas de las mayores empresas de cannabis en la industria.

También se mencionó el suicidio en varias ocasiones.

Todo esto es absolutamente desgarrador. Y no es de extrañar que las empresas de cannabis tengan unos índices de rotación tan elevados.

Este tipo de comportamiento es inaceptable en cualquier contexto, pero es omnipresente en todas las industrias. Se trata de un síntoma de la masculinidad tóxica, en el que los líderes y CEOs con egos inflados convierten el trabajo de alguien -incluso el trabajo de sus sueños- en una pesadilla.

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En el caso del cannabis, sin embargo, es aún más doloroso cuando se piensa en el impacto devastador de la prohibición y en todo el trabajo que ha supuesto el movimiento de reforma; o en cómo la gente se mete en este espacio porque quiere ayudar a otras personas, pero, en cambio, se encuentra con jefes psicópatas o de terror.

Trabajar en ese informe casi me destroza. Estuve a punto de dejar la industria del cannabis por puro asco y decepción.

Pero entonces me di cuenta de que no. Dejar el cannabis no resolvería nada.

Esta industria necesita integridad y responsabilidad

Tenemos que luchar por una industria mejor, porque esta planta y su capacidad de añadir valor a la vida de las personas nunca se realizará totalmente si la industria es dirigida por un grupo de imbéciles.

Se supone que la industria del cannabis era y es mejor que esto. Se suponía que íbamos a construir una industria paradigmática, un espacio donde fuera divertido hacer negocios y que otras industrias pudieran modelar.

Este patrón de comportamiento tóxico contradice todas las lecciones que la planta nos enseña: aprecio, humildad, curiosidad, diversidad, inclusión y belleza.

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Los tarados psicópatas obsesionados con el dinero NO pertenecen a este espacio. Están arruinando los esfuerzos hacia el progreso del cannabis en el momento en que el mundo más lo necesita.

Necesitamos líderes en este espacio que puedan impulsar el progreso a medida que nos esforzamos por integrar el cannabis en la sociedad como un producto de bienestar cotidiano que añade un gran valor cuando se utiliza de forma consciente.

No conozco a Abner Kurtin y no le estoy acusando de nada. Si necesita ayuda, espero que la reciba. Francamente, parece que le vendría bien el cannabis. Y si realmente está golpeando a su novia, es un pedazo de mierda, que debería rendir cuentas.

Donde hay humo, hay fuego. Y cuando ves aparecer una cucaracha, sabes que hay muchas otras escondidas detrás de las paredes, esperando a hurgar hasta la última migaja.

La industria del cannabis necesita una línea telefónica para que la gente denuncie cualquier abuso o maltrato. Es la única manera de limpiar la infestación antes de que haga más daño.

Es hora de que esta industria se ponga las pilas.

Vía The Bluntness, traducida por El Planteo.

Imagen vía The Bluntness

Publicación original: septiembre 2022

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