Cómo las Grandes Empresas de Cannabis le Cuestan a la Industria del Cáñamo USD 20 Mil Millones al Año
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Resumen
- Las grandes empresas de cannabis y sus bufetes de abogados han presionado a los legisladores y reguladores para que bloqueen la venta de cannabinoides a base de cáñamo a nivel estatal, en un esfuerzo por proteger sus mercados de cannabis medicinal y de uso adulto.
- Citando una crisis de seguridad pública, las grandes empresas de cannabis han creado una narrativa falsa definiendo al cáñamo como droga, y acusando a sus cultivadores de ser la fachada de cárteles y traficantes de personas.
- Este esfuerzo por bloquear el acceso de proveedores de cannabinoides extraídos del cáñamo a mercados minoristas está afectando a productores de fibras, granos y cannabinoides, llevándolos al borde del fracaso.
- En 2021, esto resultó en un enorme impacto económico en los subsectores “fibra” y “grano” de cáñamo, estimado en más de USD 20 mil millones.
- Cuando se les preguntó a los abogados de las corporaciones de cannabis, estos cambiaron rápidamente la narrativa para hablar de equidad y competencia de mercado, sin proporcionar demasiados datos sobre seguridad pública.
- Expertos de la industria del cáñamo llaman a esto “la guerra contra las drogas 2.0”. Si bien el cáñamo es legal a nivel federal desde 2018, ahora está comenzando a ser regulado como si fuera una droga ilícita.
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Las grandes empresas de cannabis bloquean el acceso de la industria del cáñamo al mercado legal
El precio tanto de la biomasa de cáñamo como de los productos de cáñamo procesado ha colapsado desde 2019, cayendo en algunos casos en un 97% a fines de 2021. Como si fuera poco, ahora la industria del cáñamo enfrenta las presiones de las grandes empresas de cannabis y sus bufetes de abogados, quienes están presionando a reguladores y legisladores para reducir la competencia, negándoles el acceso a los mercados legales.
¿Seguridad pública o simplemente competencia?
La narrativa más común utilizada por las corporaciones del cannabis es que los cannabinoides provenientes del cáñamo son un “problema de seguridad pública masivo”. Sin embargo, cuando se les presiona para obtener detalles o cualquier dato sobre este tema, los bufetes de abogados que los representan, rápidamente cambian la narrativa hacia la equidad y el problema de la competencia no regulada, en lugar de hablar de seguridad pública.
Mientras tanto, los legisladores que recibieron importantes donaciones políticas de estas grandes empresas de cannabis abrazaron esta narrativa que pinta al cáñamo como una droga que debe ser regulada como tal. Sus acciones traen aparejadas consecuencias negativas para los sectores de la industria del cáñamo que trabajan con derivados no psicotrópicos. Estos incluyen los cereales, el forraje y la fibra de cáñamo industrial.
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Según los datos de la Encuesta Nacional de Cáñamo conducida por Whitney Economics, en 2021 el impacto de esta campaña en los ingresos de la industria del cáñamo fue entre USD 20 mil millones y USD 25 mil millones. Este impacto estimado en 2021 es mayor que todo el mercado legal de cannabis de 2020. La narrativa de las grandes empresas de cannabis es tan generalizada que está ahuyentando a los inversores que se necesitan para expandir la infraestructura y la producción de fibra y grano, la fabricación de productos y de aplicaciones industriales.
Fuente: Vote Hemp (2016 – 2018), Whitney Economics (2019 – 2021), Randall Lusson (2021)
Falsa narrativa: el cáñamo es una droga y los cultivadores son una fachada
Esta narrativa, que comenzó en Oregon, ahora se extiende por todo el país. Ha sido mencionada explícitamente por legisladores en California, Colorado, Hawaii y Oklahoma. Si bien existen cultivadores ilegales, para que la narrativa sea cierta todos los cultivadores de cáñamo deberían cultivar marihuana ilegalmente y todo el suministro ilícito debería provenir de cultivadores de cáñamo.
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Los legisladores de Oregon han afirmado esto en reuniones públicas. Sin embargo, esto no podría estar más lejos de la verdad.
Los números no cierran
Los datos no respaldan la narrativa presentada por las grandes empresas de cannabis. Por ejemplo, según un informe reciente sobre el suministro de cannabis en EEUU (publicado por Whitney Economics), Oregon exporta casi 3,2 millones de libras de cannabis ilícito cada año a otros mercados estatales. Esto se atribuye erróneamente a los agricultores de cáñamo de interior. Para que la narrativa de las grandes empresas de cannabis sea cierta, el 1% de la superficie cultivada de cáñamo en interior de Oregon tendría que producir aproximadamente 38,000 libras de cannabis por acre (~17 toneladas cada 0,4 hectáreas). En algún momento, los legisladores tendrán que darse cuenta de que esta es una narrativa falsa y que han sido engañados por las grandes empresas de cannabis. En realidad, el cultivo ilícito de cannabis es el resultado de actores ilícitos y no del pequeño número de operadores de cáñamo que quedan.
Engañar a los legisladores le está costando a la industria del cáñamo de EEUU miles de millones al año
Los reguladores que legalizaron el cáñamo en 2018 pensaron en el despliegue de productos industriales, pero no anticiparon la producción de cannabinoides más allá del CBD. Los reguladores que pensaron que la legalización federal del cáñamo daría buenos resultados ahora buscan poner los productos de cáñamo bajo el mismo paraguas regulatorio que la marihuana de Lista 1. Pero no se dan cuenta de las enormes consecuencias no deseadas que resultan de este cambio.
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Con proyectos de ley aprobados en aproximadamente 20 estados que restringen los productos de cáñamo y las licencias de cáñamo, los fondos de inversión comienzan a agotarse y los agricultores ya no están dispuestos a solicitar licencias. Como resultado, año tras año, la superficie cultivada de cáñamo tiende a disminuir un 60% en 2022. Y ya había disminuído un 56% en 2021.
Los fabricantes de productos que buscan fibra de cáñamo para respaldar las industrias automotriz, plástica, de construcción y textil están compitiendo por el suministro limitado de fibra de cáñamo basada en EEUU. Los fabricantes están recurriendo a la importación de fibras desde Canadá, China y Francia, lo que agrega millones de USD en costos a los licenciatarios. Más aún, se está cediendo el liderazgo de una industria mundial que fácilmente podría pertenecer a los EEUU.
El fuerte impacto de la sobreoferta y la oscuridad regulatoria en el cannabis
En Oregon, que alguna vez fue uno de los mayores productores de cáñamo del país, el exceso de oferta combinado con la confusión regulatoria asociada con esta narrativa falsa ha diezmado la industria, reduciendo su valor en USD 5,5 mil millones en un plazo de 2 años. Muchos agricultores están encontrando un entorno empresarial hostil. Hasta ahora se han aprobado leyes que llaman a una moratoria en la concesión de nuevas licencias. Al 7 de julio, las solicitudes de licencias de cáñamo en Oregon habían disminuido en más del 75 % desde el año pasado.
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Fuente: Departamento de Agricultura del Estado de Oregon, Whitney Economics, Panxchange (Precios)
Asociaciones de comerciantes y grandes empresas de cannabis contra la industria del cáñamo
Cuando le pregunté a un miembro de una asociación de comerciantes de Oregon al respecto de su posición política sobre si usar o no el cáñamo para expandir el mercado potencial del cannabis, me dijo: “Nunca apoyaré a una industria competidora de productos intoxicantes”.
Más tarde, agregó: “…la industria está unida ahora bajo una asociación y nosotros estamos unidos en la falta de apoyo”. Estas tácticas se están volviendo cada vez más comunes en los EEUU. Entre los llamados defensores del cáñamo financiados por el cannabis corporativo, la mera mención a que el cannabis funciona junto con el cáñamo es un tabú. ¿Cómo una industria que ha luchado por la equidad puede suprimir oportunidades?
Los estupefacientes a base de cáñamo pueden regularse sin ser tratados como un fármaco de Lista 1
En mayo de 2022, el noveno circuito dictaminó que los productos psicotrópicos a base de cáñamo (específicamente, el Delta-8 THC) eran legales. Incluso antes la DEA ya había dictaminado que los productos a base de cáñamo eran legales. Sin embargo, con la continua confusión regulatoria a nivel federal, y particularmente en la FDA, los estados han sentido cierta presión para promulgar leyes que traten a los cannabinoides a base de cáñamo como un fármaco de Lista 1.
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El mosaico de leyes estado por estado está haciendo cada vez más difícil llevar a cabo el comercio interestatal básico. Básicamente, se está recriminalizando al cáñamo, a pesar de ser legal a nivel federal. Regular los estupefacientes a base de cáñamo de la misma manera que el alcohol y los cigarrillos posiblemente abordaría el aspecto de seguridad pública de mantener los estupefacientes fuera del alcance de los menores y al mismo tiempo permitir el acceso al mercado.
A pesar de los intentos de las grandes empresas de cannabis de bloquear el desarrollo del cáñamo en los mercados estatales, los programas de cáñamo fumable regulado se han propagado en varios estados, más recientemente en Minnesota, Utah, Colorado, Luisiana, Alaska y Nueva York. Es necesario señalar que existen modelos exitosos sobre cómo regular los productos a base de cáñamo con efecto psicoactivo.
Las grandes empresas de cannabis trabajan para limitar el potencial de mercado de la industria del cáñamo
En un análisis del impacto económico de la legalización del cannabis en Indiana, Whitney Economics examinó múltiples modelos asociados con las conversiones de consumo ilícito a legal. Manteniendo constantes las estructuras regulatorias, la tasa de conversión ilícita a legal se reduce a dos cuestiones principales: acceso y precio.
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Al permitir una distribución generalizada fuera de los sistemas de dispensarios tradicionales, los estados pueden eliminar rápidamente la mayoría del suministro ilícito, interrumpir las cadenas de suministro ilícitas y generar ingresos fiscales significativos. Al hacerlo, los estados tendrían la oportunidad de abordar una de las principales preocupaciones de los operadores y reguladores legales: el mercado ilícito de cannabis.
Este enfoque de dos sistemas no está funcionando
Regular el cáñamo en la puerta de la granja mientras se regula el cannabis como una droga de categoría 1 simplemente no está funcionando. Un problema de esta magnitud requiere más que un mosaico de leyes estatales para abordarlo. Seguirá habiendo conflicto. Sin embargo, con tanto cannabis que se vende por la puerta trasera de los operadores de cannabis con licencia, definir el cáñamo como una droga y perpetuar el mito sobre la seguridad pública es pura hipocresía.
Si bien hay ejemplos de malos actores y mal comportamiento en ambos sectores, esta no es la respuesta. La supresión del comercio y el acceso a los mercados es un tratamiento totalmente inapropiado de un cultivo agrícola legalmente viable.
Lo que afecta a las industrias de la fibra y el grano está afectando la competitividad global de los agricultores estadounidenses, al tiempo que se están abriendo los mercados para la fibra y el grano de cáñamo.
Dejar de lado la hipocresía: los reguladores deben tomar decisiones en frío, en base a datos
Muchos operadores de cannabis y cáñamo tienen conflictos de intereses. El debate sobre la política del cáñamo debe basarse en los méritos y no en una narrativa falsa y la histeria de seguridad pública que se comparten a puerta cerrada para apoyar el interés propio.
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Hasta que haya un diálogo abierto y transparente, los agricultores de cáñamo de EEUU seguirán perdiendo miles de millones de dólares cada año en casa. Además, perderán su oportunidad de liderazgo mundial en el extranjero.
Es hora de que los legisladores y los encargados de formular políticas dejen de ser engañados por las grandes empresas de cannabis comprendan los conflictos de intereses, tengan un debate basado en datos e implementen políticas que apoyen la industria agrícola legal.
El momento es ahora, y la acción debe tomar lugar antes de que sea demasiado tarde.
Beau Whitney es el fundador y economista jefe de Whitney Economics, una consultora líder en EEUU, especializada en la industria del cannabis. También es el director ejecutivo de EVERY DAY HEMP COMPANY, una empresa de plástico a base de fibra de cáñamo.
Vía Benzinga, traducido por El Planteo.
Foto por Kindel Media vía Pexels
Este artículo fue escrito por un colaborador externo a El Planteo y su contenido no ha sido editado. Las opiniones expresadas no representan aquellas de El Planteo.
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