Argentina Regenerativa: La Iniciativa Federal para Proteger los Suelos, la Salud y la Calidad del Cannabis Argentino

La industria del cannabis argentino todavía carece de certificaciones nacionales, accesibles a los productores, que sirvan para preservar el medioambiente y la salud de los y las usuarias.

Si bien existen sellos internacionales que certifican la procedencia de productos orgánicos, no todos los productores argentinos pueden acceder a los costos, insumos y estándares internacionales que estos imponen.

¿Puede, entonces, el cannabis argentino tener una certificación de calidad accesible a los productores nacionales?

¿Cómo armar un sello criollo que garantice el cuidado del medioambiente? ¿Cómo acuñar un sello que titule “Apto Uso Terapéutico – Cannabis Industria Nacional”?

Para Anuar Yamil Peche, comunicador social, capacitador, militante, y cannabicultor inscripto en INASE, todo comienza por federalizar la información sobre prácticas de cultivo basadas en la regeneración de la vida en el suelo.

¿Cannabis regenerativo?

¿De qué se trata el cultivo regenerativo de cannabis? En palabras de Peche: “Producir entendiendo al suelo como un organismo vivo, evitando los monocultivos [como la soja], incrementando la materia orgánica y la biodiversidad para conservar la salud de los suelos en donde se desarrollarán las plantas de Cannabis Sativa L”.

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“Es una alternativa ecológica que brinda diversos beneficios para el productor, que reduce los costos y es importante para el usuario que busca un producto sin químicos sintéticos, seguro e inocuo para un uso terapéutico humano y no humano”, explicó didáctico Peche.

‘Federalizar la información’

Anuar desarrolló un manual de cultivo regenerativo de cannabis que fomenta la conservación del suelo, aumenta la productividad y se está institucionalizando en ciclos de capacitación con el respaldo del Laboratorio Estudios Interdisciplinarios de Cannabis y Enteógenos de la Universidad Nacional de Quilmes.

“Primero fui al laboratorio y después al INTA. No sólo por una cuestión de producción, de más rinde por hectárea, fui por una cuestión de impacto social. Tengamos en cuenta que la primera medicina es el suelo. Se habla mucho de la planta como regeneradora del suelo, menos se habla de las prácticas que regeneran la vida en el suelo”, dijo Peche a El Planteo.

“El principal objetivo de Argentina Regenerativa, federalizar el proyecto de formación, federalizar la información”, continuó.

¿Una certificación Argentina?

La tarea no es sencilla. Pasar del aula a la certificación requiere de algunos (varios) pasos previos.

Un sello de calidad no es una invención cualquiera, requiere del apoyo de instituciones públicas y/o privadas que certifiquen los métodos y procesos utilizados en la elaboración de un producto.

El problema es que a menudo las certificaciones internacionales de calidad no distinguen entre grandes y pequeños productores. Y no todos pueden cumplir con ellas.

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Peche considera que las prácticas de cultivo regenerativo de cannabis pueden convertirse en una alternativa nacional a este esquema internacional, sobre todo, porque son más accesibles al pequeño productor.

¿Por qué? Porque se basan en procesos, no en fórmulas o protocolos complejos. A través de Argentina Regenerativa, los productores aprenden a hacer sus propios sustratos, enmiendas y fertilizantes en base a microorganismos y residuos orgánicos.

Es decir, el proceso de fabricación de insumos se adapta a la región y su gente, no al revés.

¿Y los costos? Mejor aún. Los costos son en pesos, porque los insumos no son importados, son regionales.

“Lamentablemente un 33 % de los suelos del planeta están degradados. Por eso el cultivo regenerativo no sólo es una alternativa consciente, sino que además es una transición necesaria”, agregó Peche.

De la fórmula al proceso: una transición necesaria

Un sistema federal de certificación regenerativa que se base en procesos, más no en fórmulas globales, a menudo indescifrables para los pequeños productores, podría ser un trampolín bien criollo para posicionar los productos argentinos.

“Los procesos se pueden armonizar, adaptar, a las distintas economías regionales. En vez de usar fertilizantes sintéticos o químicos para todo el país, trabajamos con insumos locales. Tenemos que transmutar de las prácticas basadas en fórmulas químicas a las de procesos humanos. Tenemos que formar formadores que transmitan procesos y no fórmulas”, aclaró Peche.

Por eso, Argentina Regenerativa reúne al agricultor y al agrónomo. Al concentrarse en el proceso en vez de la fórmula, da un acceso horizontal al conocimiento.

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“En Argentina Regenerativa se encuentran profesionales que vienen de la agronomía tradicional con cannabicultores que tienen la experiencia práctica. Siempre me pareció importante no dejar a nadie afuera y reconocer el know-how que tenemos. Es un espacio interdisciplinario”, continuó Peche.

“Mediante convenios con universidades nacionales podemos hablar de una certificación con validez nacional”, aventuró.

Y, de hecho, la iniciativa sigue creciendo. En junio de 2023, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Quilmes declaró de interés cultural y municipal el “Proyecto Educativo Cannábico Argentina Regenerativa” en la Universidad Nacional de Quilmes que contará con “Certificación Oficial”.

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