Clubes de Cannabis en Barcelona: Secretos y Misterios Tras Puertas Cerradas

Barcelona es famosa por su vibrante turismo, pero hay una atracción menos conocida: los clubes de cannabis. A pesar de su atractivo, estos clubes existen en una zona gris legal, oscilando entre la regulación y la amenaza de cierre.

“La gente viene aquí a relajarse, a veces a trabajar, o a desconectar después del trabajo, a jugar”, dice Tamara Bernal. “Los clubes te absorben inevitablemente”.

Estos clubes, asociaciones sin fines de lucro, permiten a sus socios consumir cannabis legalmente, aunque en España es ilegal sacar la marihuana del local. Aunque están destinados principalmente a los locales, muchos clubes también atienden a turistas.

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Los socios pagan una cuota de entre EUR 20 y 50, que les da acceso a una amplia variedad de cepas y marcas, como en los coffee shops de Ámsterdam. Aunque siguen siendo ilegales en España, Bernal afirma que los clubes prosperan gracias al turismo.

Presiones y retos reglamentarios

El entorno normativo de los clubes de cannabis de Barcelona está marcado por turbulencias. En 2024, el gobierno de la ciudad intensificó los esfuerzos para cerrar los clubes, utilizando a la policía secreta para vigilar a las personas que salían de los clubes e inspeccionar los locales en busca de cannabis. “Si no encontraban nada, alegaban ‘este frigorífico no es adecuado’ y pretextos así para cerrar o angustiar la actividad del club”, explica Bernal.

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La situación legal de estos clubes ha sido precaria a lo largo de los años. Inicialmente regulados con licencias municipales en 2016, un tribunal consideró posteriormente que el gobierno municipal carecía de autoridad para expedirlas. En 2017, el Congreso catalán aprobó una ley que las regulaba, pero el Tribunal Constitucional español la anuló tras los esfuerzos del conservador Partido Popular.

Impacto económico y empleo

A pesar de las dificultades, los clubes de cannabis crean importantes oportunidades económicas. Bernal, que ya va por el tercero, afirma que los clubes suelen contratar a trabajadores indocumentadxs sin contrato debido a las lagunas normativas: “Es una consecuencia de que no estén regulados. No se les permite tener trabajadores formales, así que te toman sin contrato”.

A principios de 2024, las protestas de pacientes médicos y usuarixs de clubes provocaron una disminución de los cierres. “Hay una doble conveniencia para el Ayuntamiento [gobierno local], ya que cobran una multa a lxs turistas si quieren cobrar”, dice Bernal.

Clubes sometidos a escrutinio

El papel de Bernal en estos clubes va más allá de las operaciones cotidianas. “Me encargaba de las redes sociales y recibía consejos de lxs abogados [cada club tiene uno] sobre qué hacer o no, qué tipo de fotos usar y qué no”, explica.

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Los clubes de cannabis proporcionan espacios seguros, alejados de la moral conservadora y de la aplicación de la ley por parte de la policía. También sirven como centros comunitarios. “Un club debe tener eventos culturales, participación, debe proporcionar un espacio para que la gente se conozca”, explica Bernal. Los clubes varían en tamaño, con los de tamaño medio que albergan entre 300 y 500 miembros activos, aunque puede haber miles registrados. Lxs socios deben ser remitidos a un club, tener más de 18 o 21 años y utilizar su documento de identidad para afiliarse.

Intervención de la policía secreta

Tras un reciente cambio de gobierno, las autoridades reprimieron los clubes. “Utilizaban la policía secreta y paraban a la gente en la calle cuando salían de los clubes. Si les encontraban algo, entraban en el club para tratar de descubrir actividades ilícitas”, explicó Bernal. La represión a principios de 2024 provocó meses de movilizaciones y disputas legales. Aunque la tensión ha remitido, las discotecas siguen bajo escrutinio.

El futuro de los clubes de cannabis

A pesar de los retos, la comunidad sigue resistiendo y aboga por un marco jurídico más claro que apoye tanto a los clubes como a sus miembros. Bernal reconoce que algunos clubes no siguen las normas.

“El gobierno concedió muchos permisos en el pasado. Ahora están intentando volver a como eran las cosas antes, y se dan cuenta de que no es fácil”, afirma. “Pero el enfoque incoherente del gobierno en materia de regulación dificulta el buen funcionamiento de los clubes”.

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A pesar de la batalla constante con las cambiantes interpretaciones legales y las prácticas de aplicación de la ley, los clubes de cannabis españoles han sido fundamentales en la creación de una alternativa más segura al mercado no regulado y han influido en los debates internacionales sobre la reforma de la política de drogas. Por ejemplo, Alemania se fijó en los clubes españoles como ejemplo para desarrollar sus futuros establecimientos de cannabis.

Por ahora, la lucha por la legalización y la regulación adecuada de los clubes de cannabis en Barcelona continúa. “La diferencia ahora es que no hay nuevas licencias para los clubes”, dice Bernal. “Así que si quieres entrar en el negocio, tendrás que encontrar un club… y comprarlo”.

Vía Benzinga, traducido por El Planteo

Publicación original: junio 2024

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