¿Un Cómic de Harley Quinn con Aroma a Marihuana? Hablamos con Jimmy Palmiotti, su Creador

En los últimos años, la figura de la supervillana Harley Quinn no paró de crecer: apariciones especiales, protagónicos, cosplays, cómics, nuevas aventuras y más. Así las cosas, desde 2016, con la caracterización de Margot Robbie, la creación de Paul Dini y Bruce Timm para DC Comics se convirtió en uno de los personajes más reconocidos de la cultura pop.

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Llegó Suicide Squad (2016), Birds of Prey (2020) y The Suicide Squad (2021). Pero cinco minutos antes del furor cinematográfico, en 2014, a pasitos del boom, apareció Harley Quinn Annual #1, una historieta con aroma a marihuana que causó sensación en todo el planeta. ¿¡Qué!? ¿¡Una historieta con perfume a faso!?

“El proceso de ‘rascar y oler’ para añadir un olor a un cómic nos lo presentó Dan Didio, nuestro editor en jefe de ese momento. Nos habló de diferentes ideas que podíamos hacer para algunos de los especiales de Harley Quinn y nos propuso a Amanda [Conner] y a mí esta idea y un folleto con diferentes olores que podíamos utilizar. Pensamos que era lo suficientemente loco como para que funcionara y así fue”, dice a El Planteo el reconocido autor norteamericano Jimmy Palmiotti, uno de los responsables de llevar a Harley Quinn a la primera plana.

El éxito de Harley Quinn

Por caso, gracias a las altísimas ventas de sus historias regulares, Palmiotti y Conner fueron la llave para allanar el camino de la masividad de Harley Quinn.

Justamente, fue aquel éxito el que les permitió llevar adelante esta pirueta innovadora: “Los cómics de Harley Quinn se vendían tanto en ese momento que DC Comics decía: ‘Hay que darle a Amanda y Jimmy todo lo que pidan’. Estábamos un poco fuera de control en ese momento. El éxito puede hacerle eso a una persona”, se ensancha Palmiotti.

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—Pero, ¿era realmente cannabis lo que se olía en la historieta?

—Sí, definitivamente sí. Creo que en las copias canadienses lo cambiaron por pino. Es curioso porque pensamos que nunca nos saldríamos con la nuestra a ese nivel, pero sí, realmente lo hicimos.

—¿Cómo se enfrentaron con el mercado internacional, llevándolo a países donde el cannabis no es legal?

—Fue tan sencillo como cambiar el olor por otro, como el de pino, etc. Todo funcionaba con la historia, ya que el olor se basaba en algo que prácticamente nadie había olido antes. No sé realmente lo que hicieron para otros países fuera de los EE. UU. y Canadá.

En aquel momento, como todo lo que tocaba la dupla Palmiotti y Conner, Harley Quinn Annual #1 fue un gran suceso de ventas. “El factor curiosidad estaba ahí con el truco del olor y la gente quería más y más libros de Harley escritos por nosotros. En ese momento estábamos haciendo 2 libros regulares al mes y un especial trimestral como éste también. Sinceramente, les hubiera gustado un semanal nuestro, pero no estábamos en condiciones de dejar de vivir y dedicar el 100% de nuestro tiempo a los cómics. Claro, lo hacíamos en un 80%, pero Amanda y yo somos una pareja, así que necesitábamos tiempo libre”, señala Palmiotti.

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El autor asegura que el hecho de usar varios sentidos para leer la historia mejora la experiencia y, de poder, además hubieran añadido “una banda sonora para la música de fondo, que también hubiera ayudado”.

Aroma a churro

Curiosamente, esta innovación basada en “rascar y oler” fue la primera de su naturaleza en el campo de las historietas. “Y quizás la última”, bromea Palmiotti. “Fue extremadamente difícil escribir este libro porque el proceso actual dictó dónde podíamos poner el olor, no la historia. Tuvimos que escribir en torno a eso para que tuviera sentido”.

Por el momento, ni Palmiotti ni Conner estuvieron vinculados en algún otro proyecto de estas características. “Tal vez algún día podríamos tener otra oportunidad, aunque no muy pronto”, afirma

Desde su adolescencia que Palmiotti consume cannabis recreativo. Cuando joven, compartía porros con amigos mientras viajaban o escuchaban música juntos. Más tarde, empezó a incorporarlo a su vida para aliviar el estrés y “para conseguir que todo el mundo se relaje y se despreocupe por un momento”.

Asimismo, sienta una posición: “Soy un firme creyente de que debería ser totalmente legal en todas partes. El cannabis medicinal debería estar regulado como otras cosas. Si fuera legal en todos los Estados Unidos, acabaríamos vaciando muchas cárceles porque hay mucha gente cumpliendo condena por ello. Ante mis ojos, eso es un crimen en sí mismo. El cannabis fue demonizado por las empresas tabacaleras hace mucho tiempo, pero está teniendo un gran regreso”.

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Medicina y creatividad

Por lo demás, Palmiotti nunca lo ha consumido con fines médicos pero muchos de sus amigos toman aceite de CBD para combatir el estrés y diversos problemas de salud.

Con respecto a su vida profesional, el autor de sendas historias de Painkiller Jane, Jonah Hex y Deadpool, no fuma cuando está trabajando en sus libros. “Nunca he necesitado al porro para crear a ningún nivel”, sacude. Y continúa: “Siempre ha sido para recrearme y para esos momentos en los que no estoy trabajando. El cannabis lo asocio con el tiempo libre. De nuevo, siendo un fumador social, se trata de una experiencia compartida con otros. Me pasa lo mismo con la bebida”.

—Trabajaste junto a las mayores empresas de cómics: Marvel y DC. ¿Con cuál te sentiste más libre?

—Con mi propia empresa, Paperfilms, porque puedo crear lo que quiera y ponerlo en marcha. Trabajar con Marvel y DC ha sido divertido, pero al final no poseo nada de todo el éxito que les he aportado. Y la lealtad y las corporaciones no van juntas. Ayudaron a dar a conocer mi nombre, pero durante estos últimos años Amanda y yo hemos estado haciendo cada vez menos con ellos porque no nos incluyen -como deberían- en el éxito que tienen. Los cómics corporativos son un callejón sin salida para alguien que quiere hacer cómics de por vida. Son un buen trampolín pensado desde el principio.

—¿Cuál es el trabajo que te ha hecho más feliz?

—Bueno, usás la palabra “trabajo”, así que diré que escribir mi propio personaje: Painkiller Jane. A Amanda y a mí nos encanta escribir a Powergirl, Harley y a los demás, pero -como siempre- nos guiamos por la editorial, así que es un poco menos divertido que hacer tus propias cosas.

En la actualidad, Palmiotti y Conner acaban de terminar una serie de Red Sonja para Dynamite Comics y, a su vez, tienen unos cuantos proyectos en camino que aún no se han anunciado oficialmente. “Me gustaría poder contarte más, pero es parte del contrato el mantenernos callados hasta que nos den luz verde”, desliza.

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Asimismo, bajo producción de su propio sello, están al caer Fantasima, una historia sobre dos hermanos que se separan en Chile y que la vida los vuelve a juntar tiempo después, y Found, sobre una familia que investiga un volcán activo y la locura que encuentran ahí dentro.