EXCLUSIVA: Colombia Podría Legalizar el Cannabis de Uso Adulto, ¿Qué Significa para las Empresas del Sector?

El miércoles 20 de julio, el senador colombiano Gustavo Bolívar presentó un proyecto de ley para legalizar el consumo adulto e informado de cannabis. En 2020, Bolívar intentó legalizar el consumo de marihuana, pero su proyecto de ley no contó con el apoyo de la mayoría en el Congreso.

Ahora, con un nuevo Congreso y el apoyo del presidente electo Gustavo Petro, quien está a favor del cannabis, Bolívar aseguró que el nuevo proyecto será aprobado.

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#MeGustaLaIdea
¡Cannabis legal!
El 20 de julio presentó de nuevo el Proyecto de Ley q regula la Marihuana de uso adulto.
Con nuestras mayorías vamos a aprobarlo.
Dejaremos de matarnos por una planta q en USA produce 25.000 millones de dólares/año y mejora la salud del consumidor pic.twitter.com/A2RgUvnuQZ

— Gustavo Bolívar (@GustavoBolivar) July 6, 2022

Un nuevo capítulo en la historia del cannabis colombiano

El propósito de la nueva legislación es crear un marco regulatorio para el cultivo, producción, almacenamiento, transformación, comercialización y uso del cannabis y sus derivados para uso informado por parte de adultos.

Según Luis Merchan, presidente y CEO de Flora Growth Corp. (NASDAQ: FLGC), el operador de cannabis más grande de Colombia, se está generando un momento social y político en el país en torno a la legalización del cannabis para uso adulto.

Merchan señaló que el partido de Petro, Pacto Histórico, ahora tiene la mayoría en el Congreso. “Claramente, el presidente Gustavo Petro es el líder del partido y hay mucho optimismo, [este es] un impulso positivo hacia la legalización de un marco de uso adulto del cannabis”, dijo Merchan a El Planteo.

Para Lucas Nosiglia, presidente para LATAM de Avicanna Inc. (OTC: AVCN), el proyecto abre un nuevo capítulo en la historia del cannabis en Colombia. Piensa que, en virtud del apoyo que tiene Petro, el proyecto de ley podría ser aprobado, animando un debate profundo que ha estado pendiente desde que se legalizó el cannabis medicinal en 2016.

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“La gran diferencia ahora es que la sociedad ha estado en contacto con la industria durante seis años. Es una sociedad que entiende los beneficios que trae la planta”, dijo Nosiglia.

El momento social y político parece ser el indicado

Nosiglia considera necesario el cambio de legislación para garantizar el acceso informado y seguro a los pacientes. Además, desde el punto de vista económico, el argentino destacó que el proyecto podría impulsar el sector, que hoy carece de demanda interna. Además, podría “apoyar a muchas empresas que llevan años invirtiendo en estabilizar y registrar su genética, y cumplir con la normativa”.

“Si se aprueba, la ley permitirá que los operadores internacionales se interesen en Colombia. No hay muchos países que permitan el uso adulto del cannabis, y Colombia será pionera. Si bien existe el caso de Uruguay, donde el cannabis para uso adulto es legal, lo que propone [el senador] Gustavo Bolívar es más amplio y dinámico; (…) seguramente habrá interés de los operadores norteamericanos en crear alianzas y aprovechar esta oportunidad en Colombia”, afirmó Nosiglia.

Asimismo, el representante regional de Avicanna explicó que la ley permitiría la diversificación de la actividad industrial en el país y la ampliación de los canales de distribución minorista, que actualmente son limitados. “Todo lo que se produce hoy en Colombia podría venderse como algo más que exportaciones [de biomasa] o extractos, como flores fumables por ejemplo”, aclaró Nosiglia.

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Alcanzar rentabilidad

Merchan agregó que, si se aprueba el proyecto de ley, ayudaría a empresas como Flora a exportar cannabis para uso adulto y amortizar sus inversiones. “Colombia tiene más de 25 millones de personas adultas que potencialmente pueden usar cannabis. Y eso va a ser importante, ya que muy pocas empresas en este momento han tenido la oportunidad de monetizar las inversiones que han realizado. Entonces sería un paso hacia un beneficio económico realmente exponencial y muy positivo para la industria”, dijo Merchan.

Merchan señaló que el mercado es extremadamente competitivo y está creciendo exponencialmente, mientras que la industria está pasando por un período de consolidación. Esto significa que las grandes empresas en Colombia están “actualmente buscando aliados estratégicos en el exterior o tratando de encontrar fusiones de efectivo para seguir operando, ya que no han podido activar las ventas de la forma que esperaban.”

Flora ha sido capaz de acelerar sus ventas a través del desarrollo de marcas y alianzas estratégicas, que le dan a la empresa una ventaja competitiva. “Ya tenemos más de 500.000 clientes que compran nuestros productos diariamente, estamos distribuidos en más de 15 países; y creo que la diferencia entre la competencia en Colombia y nosotros es que Flora Growth ya está buscando pequeñas y medianas empresas y tribus de pueblos originarios para ayudarlos a maximizar su negocio y beneficiarse económicamente“.

Efecto multiplicador: turismo y venta minorista

Merchan destacó que la legalización del cannabis podría tener un efecto multiplicador en la economía y reactivar sectores económicos que fueron fuertemente impactados por la pandemia del COVID-19. Por caso, mencionó el turismo. 

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“El turismo cannábico va a generar una fuente de ingresos muy importante. Existe un conocimiento ancestral sobre el cultivo de marihuana que se ha transmitido de generación en generación dentro de Colombia. Estos son cultivos que tienen otros procesos que son un poco diferentes a los procesos para [hacer] cannabis farmacéutico. Con la legalización, podemos activar este tipo de conocimientos y ofrecer este tipo de productos a los turistas. Claramente, ésta va a ser una oportunidad muy grande para sectores como alimentos y bebidas funcionales y bebidas alcohólicas con infusiones psicoactivas; todas estas categorías van a experimentar una disrupción y un crecimiento significativo si se aprueba el proyecto de ley”, dijo Merchan.

Merchan también se refirió a los canales de distribución minorista que delinea el proyecto de ley, como los dispensarios (que serán privados y estatales) y los clubes cannábicos (que operarán como organizaciones sin fines de lucro). “Estos dos modelos le van a dar una oportunidad a los pequeños productores de poner sus productos en el mercado y recibir la atención que ya tienen en el mercado informal”, continuó Merchan.

Tamaño del mercado, acceso y certificaciones

El tema del tamaño del mercado es una preocupación de larga data de los operadores de cannabis multinacionales. Estos terminan subsidiando la producción nacional porque o no tienen bocas de expendio o tienen que competir con el mercado ilegal. Al respecto, Merchan dijo que el proyecto de ley abarca estándares regulatorios similares a los que se han implementado para el cannabis farmacéutico, “sin comprometer la idea de poder cultivar cannabis de la forma en que se ha cultivado durante 100 años”.

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“La trazabilidad es uno de esos requisitos. También los métodos de cultivo, los pesticidas que se utilizan y también para asegurarse de que en términos de empaque, en términos de etiquetado, se cumplan requisitos bastante estrictos. Así que va a haber una distinción bastante clara entre el mercado legal y el mercado ilegal. Una vez que haya acceso, la población va a recurrir a un producto que sabe que es seguro, que sabe que ha sido cultivado con métodos de cultivo sanos y seguros, y que no está usando pesticidas o productos químicos que son dañinos para el cuerpo. Y de esa manera los inversionistas van a estar protegidos cuando estén compitiendo con un mercado ilegal”, concluyó Merchan.

Detalles del proyecto de ley: El plan del presidente electo Petro para apoyar la cadena de valor del cannabis colombiano

En junio, el presidente electo Petro publicó su plan de gobierno. Según informó El Planteo, Petro planea dar un impulso especial al valor del cannabis durante su mandato.

El programa de gobierno de Petro sostiene que la guerra contra las drogas ha fracasado. “El país necesita avanzar (…) hacia una agenda internacional concertada basada en los derechos humanos y la construcción de la paz, la transformación económica de los ambientes productivos sin criminalizar a los cultivadores, la protección de la naturaleza, (…) y el abordaje del consumo como problema de salud pública”, reza el texto del programa de gobierno.

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De acuerdo con el programa de gobierno, “la producción y derivados del cannabis contará con un marco legal que privilegie los permisos y el acompañamiento técnico comercial para las familias productoras, asegurando que en el mercado participen los pequeños propietarios y las cooperativas de productores y que en la comercialización se garantice una distribución segura para el consumidor y un importante recaudo de impuestos para el Estado”.

De aprobarse, la ley crearía el Instituto Colombiano para la Regulación del Cannabis (ICORECA). Éste regularía y coordinaría la ejecución de la política nacional en materia de importación, exportación, siembra, cultivo, fabricación, producción, adquisición a cualquier título, almacenamiento, transporte, comercialización, transformación, distribución y uso de la planta de cannabis y sus derivados. Además, la ley otorgaría competencia al Ministerio de Justicia y del Derecho, al Ministerio de Salud y Protección Social, al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y al Ministerio de Educación Nacional.

Cobro de impuestos

Si el proyecto de ley se convierte en ley, el estado establecería un impuesto sobre el cannabis para uso adulto. El 50% de los recursos derivados del impuesto se destinarían a la prevención del consumo de sustancias psicoactivas; el 25% para sustitución de cultivos y desarrollo sostenible; y el 25% restante para el funcionamiento del Instituto de Regulación de Sustancias Psicoactivas. “El impuesto debe fijarse de tal manera que evite incentivos para que los consumidores recurran al mercado ilegal”, aclara el proyecto de ley.

Dispensarios, autocultivo y tiendas online

Además, se permitiría el cultivo doméstico de cannabis sin licencia, en propiedades privadas en un número no superior a veinte unidades, siempre que no tengan fines lucrativos.

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Los dispensarios de cannabis, por otro lado, serían estatales o privados. Los dispensarios estatales tendrían la obligación de ofrecer precios asequibles para los consumidores de diferentes niveles socioeconómicos, a fin de desincentivar la reincidencia de los consumidores en el mercado ilegal. La venta de alcohol, tabaco o productos farmacéuticos en los dispensarios estaría prohibida. Por último, de aprobarse el proyecto de ley, los dispensarios deberán contar con estrategias para identificar consumos problemáticos y recomendar una ruta de atención al consumidor.

El Estado habilitaría sitios web autorizados para la venta exclusiva de cannabis y productos derivados, con estrictos protocolos para verificar que el solicitante sea mayor de edad. Asimismo, deberán cumplir con las políticas de salud pública y prevención del consumo de sustancias.

Políticas de empaquetado, reducción de daños y salud pública

De acuerdo con el proyecto de ley, los envases de cannabis minorista deberán ser resellables y a prueba de niños. Con el fin de proteger a las personas del consumo accidental, el proyecto de ley prohíbe la fabricación y venta de productos a base de cannabis en forma de dulces, juguetes u otras formas que puedan resultar atractivas para menores.

El empaque no puede estar dirigido o particularmente atractivo para los menores. Tampoco puede “sugerir que el consumo de cannabis contribuye al éxito en cualquier área de la vida”.

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Los empaques de los productos de cannabis al por menor deberán tener etiquetas que informen al consumidor sobre las políticas de reducción de daños y los posibles riesgos y efectos del uso del cannabis y sus derivados. Además, la etiqueta deberá especificar de forma clara y visible el tipo de cannabis, composición química y la cantidad exacta de moléculas psicoactivas, de acuerdo con los estándares de calidad establecidos por el Ministerio de Salud.

Al mismo tiempo, el proyecto regula la difusión de contenidos cannábicos en los medios de comunicación masivos. Se prohibiría la promoción del consumo adulto de cannabis y sus derivados en redes sociales, radio, televisión, cine, diarios y revistas, producciones teatrales y eventos en vivo.

Vía Benzinga, traducido por El Planteo.