Salió un Libro de Memorias de Hermann, Líder de Mal Momento: Punk, Años Extremos y Sintonía Cannábica

El reflejo de los años ochenta y noventa delineó estampas duras, creativas, corrosivas. Fueron épocas de desparpajo, de novedad, de experimentación. Y, en medio, la escena punk entronizó una revolución: fue un grito desesperado y, también, un cobijo para los jóvenes.

Y entre todos esos pibes que configuraron la historia anduvo Hermann, líder de Mal Momento, un artista infatigable del do it yourself que pulula en la movida desde hace casi 40 años y que, ahora, publica un libro sobre sus memorias más profundas.

“Sentí necesario contar mis vivencias desde el inicio”, cuenta Hermann, referente del punk criollo y autor de Sr. Punk, su autobiografía. “En el punk es tendencia hacer shows festejando los 36 años y eso solo me parecía poco para el público”, continúa.

Fantasías y realidades

Fue la reflexión sobre sus propias pistas, fue la gravedad del paso del tiempo, fueron los miles de cambios de formación de su banda, fueron las fantasías ungidas alrededor del mito explosivo del “sexo, drogas y rock and roll” y fue –fundamentalmente- su directora audiovisual Lorena Mexy quien lo empujó a darle forma a este proyecto en papel.

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“Lo veníamos hablando desde hace un par de años. Creo que es mejor mostrar al ‘Hermann persona’ que seguir alimentando fantasías”, confiesa a El Planteo. 

Por su parte, el libro contiene un tendal de disquisiciones íntimas, recorren algunos momentos divertidos (y de los otros) y, además, revuelve ideas sobre la movida, el género y sus contemporáneos.

Con prólogo del escritor y periodista Marcelo Oliveri y con una pluma ágil y coloquial (acá se escribe como se habla), Sr. Punk es uno de esos libros para leer de sopetón: se yergue exprés, va al grano, es bien punk.

Dos décadas únicas

“Los ochenta tenían la magia de la novedad”, confiesa el músico.

“Hacíamos cosas que casi nadie hacía. Vivíamos la noche como un gran banquete prohibido. Íbamos a Café Einstein de Omar Chabán, a Zero Bar. Ahí estaba lo nuevo. Hasta que llegaba un patrullero y nos encerraba por averiguación de antecedentes durante 24 horas”.

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¿Y los años noventa? “Fueron el nudo de la historia de las bandas punks. Ya existían lugares donde mostrarnos, como Cemento, Die Schule y Zona Cyborg. Y mientras tocábamos, las pandillas de Buenos Aires hacían la colecta de dinero en la puerta para entrar. Eran épocas violentas, las tribus se congregaban y la policía de la dictadura daba sus últimos estertores”.

Mañana es mejor, pero ayer es mejor aún

A pesar de todos los vaivenes del paso de los años, Mal Momento, que nació durante la segunda camada del punk argentino, sigue presente y copando los escenarios del país.

“Creo que Mal Momento es, fue y será una influencia para cientos de bandas jóvenes, lo cual me hace sentir responsable de seguir creando en la escena y evitar la monotonía que hace del punk solo otro producto comercial”.

“Actualmente existe una escena más organizada y cada cual tiene su lugar para mostrarse. Existen las redes sociales, donde cualquiera puede mostrar lo que hace. Es mucho más fácil”, describe Hermann.

Pero, con el peso de la experiencia sobre sus espaldas, ¿cómo ve la escena artística actual? “Realmente no me gusta mucho. Salvo dos o tres bandas que hicieron algo novedoso, las demás se repiten una y otra vez. No hay nuevos hits”, arremete.

Adentro de la cultura cannábica

Asimismo, en diversos pasajes del libro se hace mención lúdica al consumo de marihuana (y de otras sustancias, la verdad). Es que Hermann siempre se asumió como “fumador de María”. Y, desde que tiene uso de razón, el churro fue parte de su vida.

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“Me considero parte de la cultura cannábica”, señala.

El porro, dice, lo ayuda a vivir más relajado y a dormir mejor. “No entiendo por qué todavía su consumo no es libre”, cierra.

Para conseguir el libro Sr. Punk pueden escribirle al Facebook de Hermann y Mal Momento.

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