Revisión de Licencias de Cannabis en Argentina: Guía Práctica Sobre INASE para Gente Que Cultiva 

El Instituto Nacional de Semillas (INASE) ha suspendido temporalmente las inscripciones de nuevos operadores de cannabis en Argentina. La Resolución 81/2024 establece que esta suspensión durará inicialmente seis meses, con posibilidad de prórroga. Entonces, ¿cómo deben las personas que cultivan readecuarse a estos nuevos requerimientos?

Qué dice la resolución de INASE

El INASE suspendió a fines de marzo de 2024, las inscripciones de nuevos operadores en el Registro Nacional de Comercio y Fiscalización de Semillas (RNCyFS) que trabajen con la especie Cannabis sativa L., con el objetivo incrementar los controles y asegurar que los operadores existentes cumplan con los estándares establecidos.

El Instituto busca garantizar la estabilidad, homogeneidad y novedad de las variedades comercializadas.

Proceso de investigación

Para los cultivadores con una autorización categoría “A’” vigente en INASE, es esencial continuar con su proceso de investigación. Destinada al fitomejoramiento y desarrollo de nuevas variedades, la “A”, es la más popular, aunque INASE también ofrece otras licencias como la “K” y la “F” para diversas actividades del cultivo de cannabis​​.

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La ingeniera agrónoma Ruth Noriega recomienda contratar ingenieros que acompañen el seguimiento del cultivo y avalen el proceso de extracción de datos. “Es necesario tecnificar, invertir y ser totalmente transparentes en el avance científico que debe ser plasmado en una base de datos”, comenta Noriega​​.

Selección de parentales y fitomejoramiento

El proceso de fitomejoramiento comienza con la selección de parentales adecuados. Estos parentales deben reunir los requisitos específicos para la nueva variedad que se desea desarrollar.

Para esto es necesario haber cultivado previamente las variedades, determinando comportamientos, crecimientos y desarrollos visualizados a lo largo de toda la fenología de la planta. “Es fundamental seleccionar de una población de diferentes variedades, dos o más parentales que reúnan requisitos específicos”, explica Noriega​​.

La selección de cruzas, metodologías de polinización y estabilización del germoplasma son pasos cruciales en este proceso. 

Según Noriega, el proceso de estabilización del germoplasma y la homogeneidad de las cepas puede variar en duración dependiendo de varios factores, como la cantidad de parentales elegidos y la metodología utilizada para conservar la estabilidad a lo largo de los años​​.

Mauricio Beutel Sartor y Lucia Sánchez Deicas, ingenieros agrónomos de la consultora Agrocannabis, agregan: “El plan de fitomejoramiento debe establecer objetivos claros desde el inicio, ya sea para inscribir una nueva genética o para colaborar con otros operadores. Es necesario establecer una secuencia de actividades con un cronograma y determinar los objetivos a mediano y largo plazo según el material genético con el que se trabaja”​​​​.

Diseño experimental

Una vez estabilizado el germoplasma, se inicia el proceso de extracción de información sobre el cultivo. Este debe seguir un diseño experimental proporcionado por INASE, que incluye parcelas específicas según el tipo de propagación.

Para variedades propagadas por semillas, se requieren dos parcelas de 200 plantas cada una. Para las propagadas de manera agámica, se necesitan dos parcelas de 40 plantas cada una. “El diseño experimental no es arbitrario y debe cumplir con los estándares establecidos por INASE”, señala Noriega​​.

Mauricio de Agrocannabis agrega: “Es crucial organizar los ensayos en el tiempo y las actividades, asegurando que se cumplan con los parámetros requeridos para la estabilidad y homogeneidad de las plantas”.

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De estas poblaciones se extrae una muestra y se recopila información para completar el anexo II, un descriptor adoptado de la UPOV. Este descriptor incluye 26 puntos a rellenar y un análisis cromatográfico de la cepa, junto con fotografías en diferentes estadios fenológicos de una muestra de 20 plantas​​.

La Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) es una organización que establece normas para proteger nuevas variedades de plantas mediante derechos de propiedad intelectual. Existe un debate sobre las versiones de la UPOV, ya que algunas otorgan mayores derechos a los obtentores, lo que, según pequeños productores, aumenta sus costos y limita su acceso a semillas.

Metodologías y documentación legal

Las metodologías utilizadas para la conformación de la variedad deben ser detalladas año por año en el anexo IV, demostrando cómo se logra mantener la pureza de la variedad. Los anexos I y III incluyen documentación legal del obtentor y del ingeniero patrocinador, quien debe avalar la veracidad de la información brindada​​.

Mauricio explica que este proceso también incluye la reconstrucción y documentación detallada de la genética: “Es necesario detallar de dónde se partió y cuál fue el trabajo de mejoramiento y selección para llegar a obtener ese material estabilizado”​​.

“El INASE evalúa la estabilidad, homogeneidad y novedad del germoplasma antes de aprobar su comercialización. Si se aprueba, la variedad se comercializa bajo la categoría de variedad identificada, con cada ejemplar etiquetado por INASE”, comenta Noriega​​.

Este germoplasma se incluye en el catálogo de INASE, siendo el Registro Nacional de Cultivares (RNC) exclusivo para la comercialización y el Registro Nacional de Propiedad de Cultivares (RNPC) para la protección de la variedad​​.

Auditorías y planificación para el fitomejoramiento

Mauricio y Lucía enfatizan la importancia de la planificación y auditoría en el proceso de fitomejoramiento. “Ofrecemos una auditoría trimestral de la actividad del criadero, fijado por un contrato entre las partes”, explican. Esta auditoría incluye visitas a campo, revisiones de salas y consultas virtuales para asegurar que se sigan las metodologías establecidas​​​​.

Alternativas y costos

Los costos y el tiempo necesarios para un plan de fitomejoramiento pueden ser significativos. Sin embargo, existen alternativas menos intensivas en recursos.

Noriega sugiere que los cultivadores pueden explorar la categoría K para la mantención de madres sanas donadoras de clones, o la categoría F para la comercialización a través de growshops. Estas opciones permiten una formalización sin la necesidad de un extenso plan de mejoramiento​​.

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Mauricio y Lucía de Agrocannabis también recomiendan considerar estas alternativas: “La categoría K permite mantener madres sanas que donan clones, lo que es menos costoso y complejo que el fitomejoramiento, permitiendo a los cultivadores formalizarse sin enfrentar los costos de un plan completo de mejoramiento”​.

La imagen de portada fue creada con ayuda de una IA.

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