‘En México, La Ley de Cannabis Medicinal es Súper Elitista’, dice Polita Pepper: Reflexiones sobre Nuevas Derechas, el Rol del Estado y ‘Lo Clandestino’

Polita Pepper ajusta sus característicos anteojos, sonríe con determinación y se prepara para decir verdades acerca del mundo del cannabis. Su historia, marcada por una deportación, interrogatorios y un sistema judicial de gran dureza, no logra borrar su espíritu de lucha. Desde entonces, Polita se ha dedicado a desmontar estigmas, empoderar comunidades y abrir caminos en un mundo donde el cannabis no sólo es una planta, sino una herramienta para la resistencia cultural y el cambio social.

En esta entrevista con El Planteo, reflexiona sobre los desafíos actuales de la industria del cannabis, las barreras elitistas de la legislación mexicana y la necesidad de reinventar las formas de comunicación en un mercado cada vez más sobreinformado y competitivo. La experiencia de 10 años de Cannativa, asociación fundada por ella, y el crecimiento de su visión enfocada en el activismo, la medicina y la cultura, permite ver el pasado, presente y futuro del cannabis con lentes más claros y una dosis de rebeldía bien fundamentada.

¡No te pierdas ni una noticia! Suscríbete a nuestra newsletter GRATUITA, súmate a nuestro canal de Telegram o canal de WhatsApp.

Para Polita Pepper, la industria del cannabis no pasa por su mejor momento

“Siento que la industria del cannabis no está pasando por su mejor momento. El boom se estabilizó un poco y responde a un momento histórico complejo”, reflexiona Polita a propósito del panorama actual de esta industria. Todavía, la economía global sigue tambaleándose tras los efectos de la pandemia y sectores emergentes como este enfrentan dificultades específicas. El auge parece haber entrado en una meseta que pone a prueba a los productores y a los usuarios.

Para Polita, esta estabilización es un reflejo de las crisis económicas globales, pero  también de los desafíos propios de un sector que todavía busca legitimidad y sostenibilidad. “Estamos en la resaca de la pandemia, y a eso se suman las nuevas tendencias de los gobernantes y las decisiones de los estados nacionales, que a veces detienen o diluyen los avances logrados en los últimos cinco o diez años en el terreno del cannabis”, explica. Países como Uruguay, de los primeros en legalizar, intentan adaptarse a las nuevas exigencias, mientras que en otros, como México, el debate parece haberse detenido por completo.

Contenido relacionado: México Tiene su Primera Presidenta Mujer: ¿A Qué Desafíos se Enfrenta Claudia Sheinbaum?

Sin embargo, deja claro que no todo está perdido. “El terreno de la conquista social es el único que no se detiene”, afirma con convicción. A pesar de los obstáculos legales e institucionales, el activismo y las comunidades organizadas siguen siendo un motor de cambio. Puede que las condiciones actuales sean difíciles. Ante eso, Polita ve en esta pausa un momento para replantear estrategias para seguir abriendo camino hacia el futuro del cannabis.

La Ley de Cannabis Medicinal de México es elitista

Polita critica abiertamente la Ley de Cannabis Medicinal en México, describiéndola como “súper elitista”. A pesar de que la normativa permite la importación de CBD con hasta un 1% de THC, las restricciones impuestas por el gobierno dificultan la producción nacional y excluyen a muchas comunidades de la posibilidad de beneficiarse de la planta. “Permite importar CBD, pero no fomenta la producción nacional”, denuncia, subrayando cómo las políticas gubernamentales no favorecen a los actores locales, que son los que podrían dinamizar la industria.

Contenido relacionado: EXCLUSIVA – México: COFEPRIS Autoriza Cultivo de Cáñamo con THC Menor al 1%

El panorama se vuelve aún más complicado cuando se observa el estancamiento legislativo en el país. Aunque la Suprema Corte de Justicia declaró la inconstitucionalidad de la prohibición del cannabis, el avance hacia una legalización efectiva sigue siendo una quimera. “Es una conquista social mediática, pero no cotidiana”, reflexiona, aludiendo a la desconexión entre los cambios legales y las acciones concretas del gobierno. La legislación sigue siendo una especie de espejismo y los usuarios, cultivadores y empresarios de la industria se sienten atrapados entre la promesa legal y la falta de implementación real.

La situación de México refleja una tendencia más amplia en América Latina. “El mundo gira peligrosamente hacia la derecha”, dice, apuntando a cómo las tensiones políticas globales afectan la industria cannábica, relegándola a un segundo plano. La falta de una agenda política que priorice los derechos sobre el cannabis hace que el progreso sea aún más difícil, especialmente en un contexto donde los gobiernos parecen más inclinados a mantener el status quo que a fomentar la innovación y el cambio.

El estado es un cuento de ficción

En la mirada crítica de la entrevistada hacia las estructuras de poder, el Estado se revela como una “ficción”. Para ella, el concepto de estado nacional es una construcción que no refleja la realidad social. “Los estados nacionales en nuestros países son una ficción, nadie se la cree porque no vivimos en estado de derecho”, sentencia. Según su análisis, los sistemas políticos actuales no funcionan como protectores de la ciudadanía, sino como “estados genocidas, usurpadores, extractivistas” que perpetúan desigualdades históricas.

Esta ficción se vuelve aún más evidente cuando se observa cómo los sectores más vulnerables, como las mujeres, las personas trans y las comunidades indígenas, a menudo son despojados de sus derechos básicos. “No somos todos iguales ante la ley”, explica Polita, destacando que aquellos que no pertenecen a los sectores privilegiados de la sociedad suelen ser objeto de extorsión y violencia. “Son sujetos defectivos del Estado”, agrega.

Contenido relacionado: La Cultura del Cannabis en México Reflejada en la Música Urbana y la Comunidad LGBTIQ+

También, señala la hipocresía del Estado en sus intentos de regular las drogas, especialmente en el contexto del cannabis. “La ley no prescribe comportamiento”, reflexiona. Las leyes que prohíben el cannabis son más un intento de controlar a las personas que una solución real a los problemas sociales, según la visión de la creadora de Cannativa. En su experiencia, el patriarcado y el colonialismo son los grandes responsables de perpetuar estos sistemas de control.

Cannativa, una asociación que empezó con la deportación de Polita Pepper

La historia de Cannativa, la asociación civil que trabaja en educación y consultoría especializada en cannabis, está marcada por una experiencia transformadora de una de sus fundadoras. “Llevaba tiempo viviendo en California, trabajando con cannabis medicinal. Pasó exactamente como en las películas”, comenta con un tono que refleja lo surrealista de ese momento. El choque cultural y la violencia del proceso migratorio le permitieron reconfigurar su propósito y encontrar un camino que fusionara la lucha por los derechos humanos con su vínculo ancestral con las plantas medicinales.

“Ese momento fue como que, en principio, todo era la peli: la manita sobre el libro, ‘juro decir la verdad’, ‘policía bueno y policía malo’”, recuerda sobre el proceso, como si fuera parte de un guion. En la celda, la experiencia fue aún más impactante, compartiendo espacio con mujeres de distintas culturas, muchas de las cuales no hablaban ni inglés ni español. “Mi deportación fue muy, muy privilegiada, en el sentido de que estuve compartiendo celda con mujeres, por ejemplo, de mi país, que no podía ni siquiera hablar con ellas porque yo no hablaba su lengua”, explica, 

A pesar de la violencia y el racismo implícitos en el proceso, la cofundadora de Cannativa reconoce que su experiencia fue más llevadera que la de muchas otras personas que compartían celda. Por ejemplo, logró hacer cumplir sus derechos: “Pedí que viniera un agente de derechos humanos a leer mi declaración“.

Contenido relacionado: Morennabis: El Ala Cannábica de la Fuerza Política que Triunfó en las Elecciones en México

En medio de esta experiencia, Polita Pepper reflexiona sobre la conexión histórica entre México y Estados Unidos, una relación tensa pero con identidad compartida. “Si hay casi treinta millones de personas mexicanas en Estados Unidos, no sólo somos una población presente, sino que llevamos muchos años formando parte“, expresa. 

En estos 10 años de Cannativa, continúa la lucha por la legalización del cannabis, por democratizar la información y por la reivindicación del poder de las comunidades latinas en la discusión de plantas medicinales, cultivadas de manera responsable y en respeto a las tradiciones ancestrales.

Las técnicas comunicativas de hace 10 años ya no funcionan para llegar a los ‘impacientes’

Cannativa comenzó con talleres clandestinos en México, “nos contactábamos vía Facebook”, rememora Polita, al tiempo que evoca la evolución de un movimiento que desafía las convenciones y se adapta a los tiempos cambiantes. Los talleres eran realizados en espacios ocultos, donde familias desesperadas por encontrar alternativas al tratamiento convencional llegaban buscando una respuesta para enfermedades graves como el cáncer. 

“A la gente que le habían mandado a morir a su casa, le habían dicho que el Estado no le podía más solventar el tratamiento”, cuenta. Las madres y personas desahuciadas se acercaban a Cannativa buscando soluciones fuera del sistema tradicional. Estos “impacientes”, como les llamaban, luchaban contra un sistema de salud que no les ofrecía más opciones y que los rechazaba.

Pero lo clandestino ya no es suficiente para enfrentar las complejidades del panorama actual. “La sobreexposición a información también es un mecanismo de desconexión de lo real”, apunta Polita. La digitalización ha generado un fenómeno en el que, aunque las personas estén informadas, pierden conexión con lo local, con lo que sucede en su propia comunidad.

Contenido relacionado: [Video] Marihuana, Día de los Muertos y Fumar con Presidentes: Live con Simón Espinosa y Polita Pepper

Esto es un desafío importante para quienes buscan visibilizar causas sociales a través de plataformas digitales. El movimiento de Cannativa ha tenido que adaptarse, evolucionando de aquellos primeros encuentros clandestinos a un trabajo más abierto, pero igualmente comprometido con su raíz: ofrecer a las personas las herramientas para cambiar su destino, como la posibilidad de cultivar su propia medicina.

Hoy, el panorama es distinto. “Estamos en un momento de replantear todo. Los formatos de comunicación que teníamos hace diez años ya no funcionan”, asegura la fundadora. 

El uso de redes sociales y otras plataformas digitales requiere de nuevas estrategias, no sólo para conectar con el público, sino también para mantener un enfoque auténtico. “El objetivo principal era generar las herramientas para que los familiares o la persona en sí misma tengan las herramientas básicas para cultivar y generar su propia medicina”, recuerda. Este enfoque ya no sólo se trata de enseñar a cultivar cannabis, sino de crear una red de apoyo que permita que los usuarios, ahora mucho más informados y conectados, puedan acceder a sus propios recursos de manera responsable.

En los últimos años, el discurso sobre el cannabis ha dejado de ser un tema marginal para convertirse en parte del debate político y social. “Se amplificó y complejizó la discusión sobre el cannabis y otras plantas medicinales. Ahora hablamos de permisos de cultivo, trámites legales y cómo comercializar productos de manera responsable“. Las plataformas ya no son sólo medios para compartir información, son herramientas para transformar realidades. Los discursos sobre cannabis se diversifican y también lo hacen las estrategias de comunicación, que deben adaptarse a una audiencia más crítica, informada y exigente.

Más contenido de El Planteo:

• Moonrock: Qué Es
• Marihuana Hidropónica: Qué Es y Cómo se Cultiva
• Marihuana Morada: Qué Es y Cuáles Son sus Efectos