¿Cuáles son las Películas de Terror que NO Tenés que ver si Fumaste Marihuana? Hablan los Expertos

Los bordes de la mente se trazan sobre una delicada línea de puntos. Hasta acá estamos bien, más allá: la incertidumbre. Se sabe que las películas de terror suelen estar atadas a sensaciones físicas y exploraciones mentales.

De hecho, muchas veces se convierten en un vehículo para experimentar flashes y, también, se sintetizan como una cápsula lisérgica que hace vibrar en el cuerpo lo que explota en la pantalla.

Por eso, algunas veces, por su reverso introspectivo, es recomendable no fumar porro para ver ciertas películas del género terror. La advertencia, aquí, va por cuenta de los malviajes: atención, cuidadito, cuidadín. Con esta imagen, la presencia inmarcesible de estados psicoactivos que, a veces, son placenteros, y que otras, si el contexto no acompaña, son una auténtica perdición.

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Los recovecos del miedo anidan en la cabeza y no siempre el factor 420 se convierte en un aliado especial. Entonces, con esta lista diseñada especialmente para El Planteo, diversos expertos en la materia revuelven en lo más profundo de sus videotecas para advertirnos sobre estas películas oscuras.

En pocas palabras, films que hay que evitar si uno fumó marihuana. Trances que conviene saltarse si uno quedó sensitivamente predispuesto y no quiere cruzar el umbral de las sombras hacia ese llamativo pero no siempre simpático “otro lado” de la mente.

De ahora en adelante, todo queda bajo su propia responsabilidad.

Axel Kuschevatzky, guionista, periodista y productor ganador de un Oscar: El Viaje & Blue Sunshine

Yo, lo que no le recomendaría a nadie que tomó cualquier sustancia ilegal, es que vea a conciencia El Viaje, de Roger Corman. Porque es una película de un tipo que, justamente, se toma algo y la pasa como el orto.

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Y en una segunda instancia, Blue Sunshine, que es sobre los efectos retardados de una sustancia alucinógena en los años 60. En la que, años después, la gente se empieza a quedar pelada y comienza a matar a otras personas. Esa también es una película un poco incómoda de ver para cualquiera que haya experimentado o haya tratado de evadir nuestra realidad a través de sustancias prohibidas.

Canela Rodríguez Fontao y Mariana Zárate, de La Monstrua Cinéfaga: Subconscious Cruelty, Guinea Pig & Lamb

En primera instancia, sin ninguna duda, Subconscious Cruelty, de 1999, del canadiense Karim Hussain.

Es una película/ensayo sobre el placer y el goce en el sufrimiento del ser. El humano y sus dos hemisferios cerebrales en eterno conflicto: por un lado, la lógica; y, por otro lado, el impulso. Las imágenes son inconexas, profundamente escatológicas y fuertes. Todo lo que describimos puede parecer ideal para flashearla en el sillón y pensar un rato, pero ¡NO!

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Lo más probable es que la película de Hussain te deje temblando en posición fetal sin entender absolutamente nada de lo que viste y, a la vez, entendiéndolo tan bien que te das miedo a vos misma.

En segundo lugar, todas las entregas de la saga Guinea Pig. ¿Te parece que te gusta el gore y que lo tolerás perfectamente? Guinea Pig no es una película para ver re loca, necesitas estar muy conectado con la idea de que “es sólo una película”.

Charly Sheen la vió y llamó a la policía porque la confundió con una película snuff (literal) porque no sabía que no le convenía verla fumado (y no tenemos pruebas ni dudas de que lo estaba).

En tercer lugar, la más actual de las anti recomendaciones es Lamb, una película polaca de 2021 dirigida por Valdimar Jóhannsson, en la que una pareja cría a una oveja humanoide llamada Ada y le pone todo tipo de ropa: desde vestidos de nena hasta enteritos rollingas.

Creemos que, si la ves estando fumada, es muy probable que ese crossover entre un animal de granja y un infante humano te empiece a parecer siniestro y perturbador muy rápidamente.

O, incluso, puede que le pongas un vestido a tu perro y esperes que se incorpore sobre sus patas traseras y ante el no cumplimiento de tu expectativa, te frustres.

Florencia Orsetti, de Survival Horror Downloads: Tusk

La verdad que es difícil pensar qué película de terror NO ver estando fumade porque, para alguien que ama tanto el terror como yo, me parece que la mayoría de las más flasheras y psicodélicas mejoran cuando estás drogade.

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Pero hay una que les puedo decir que no la miren, porque se pueden pegar un mal viaje, y esa es Tusk, la comedia body horror de Kevin Smith. Es una bizarreada que odio y amo a la vez, con Johnny Depp y un montón de actores conocidos, en la que a un pibe lo convierten en morsa.

El proceso es un cringe, un chiste y un asco total, pero el problema de estar fumade es el subtexto de fondo. Si sos de los que fuma y le agarra persecuta, podés tomarte demasiado en serio la visión pesimista y existencialista que tiene de fondo y quedar depre. Muy depre. O muy enojade. Que ya de por sí es una peli que busca eso, imaginate fumade.

Jorge Loser, de Horror Losers: Where the Dead Go to Die

Si te fumas un porro nunca veas Where the Dead Go to Die, lo más parecido a un vídeo maldito salido de un creepypasta en el cine.

Un extraño collage de visiones infernales, violencia y pesadillas surrealistas con animación 3D tosca, propia de un videojuego tan rudimentario que lo hace más perturbador, una semiantología con una trama general demencial llena de tortura, parricidio, incesto, zoofilia, pedofilia y pactos diabólicos que funciona mejor cuanto menos sentido tiene. Todo un ejercicio de provocación extrema con su propia mitología intuitiva.

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El equivalente a un fanzine de cómic amateur de los ‘90 en clave animación casera, cuyo estilo caótico tiene coherencia y añade una textura de suciedad y feísmo pertinente. Es una locura no apta para cualquier paladar que, bajo efectos psicotrópicos, puede derivar en muy, muy mal rollo.

Magnus Mefisto, súper estrella de YouTube: Mother!

Creo que la película que no hay que ver si te fumaste un porro es Mother!, de Darren Aronofsky. Película rara, con Jennifer Lawrence y Benicio del Toro. Una película muy simbólica, que tiene secuencias que, para gente con ansiedad o para quienes empiezan a mal flashearla, pueden resultar muy complicadas. Pueden volverse violentos viendo esta película. No creo que deba contarla, es más de disfrutarla.

Tengan en cuenta que es muy simbólica, muy extraña. No tiene una trama muy armada. La trama está utilizada como una excusa para contar algo, lo que el director quiere simbolizar con los personajes y los sucesos. Pasa dentro de una casa, a lo largo de un año. Y tiene secuencias que parecen un mal viaje, realmente.

Matías Orta, de A Sala Llena: La Cosa & Hellraiser

La que evitaría si uno consumió una “sustancia rara” es La Cosa, de John Carpenter. Que es una experiencia, de por sí, paranoica, grotesca y que, en un “estado especial”, puede maximizar esa experiencia y llevarte a lugares realmente desagradables.

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Con toda esa paranoia y con ese catálogo de monstruosidades, no me atrevería a verla así. La Cosa es una película que tal vez convenga evitar en ese estado.

Otra que habría que evitar si uno fumó o consumió “alguna cosa muy especial” es Hellraiser. Es una película de Clive Barker con esas criaturas, los Cenobitas, que vienen del inframundo para aplicar la idea del placer que tiene que ver con el tormento. Habiendo consumido “algo raro” podés flashearla de una manera inesperada.

Rodrigo Gil Buetto, Santiago Hardie y Fermín Gonçalves, de Scream Queens: Clímax

Ya casi que se transformó en una leyenda urbana la mística que constantemente rodea a este film de Gaspar Noé. Su mezcla de psicodelia, movimientos de cámara no convencionales, música hipnotizante y una fotografía sumamente estética con muy lindos colores y luces neón hizo que Clímax se destacara como “película psicodélica”.

Lo cierto es que esta película del 2018 parece tener todos los elementos necesarios para querer verla fumado y caer en las garras del sueño al cual nos quiere inducir Noé. Pero más que un sueño, Clímax puede convertirse en una pesadilla.

En 2020 hicimos un episodio de nuestro podcast hablando sobre “drogas y terror” y destacamos Clímax. La droga no solo juega un papel importante en el desarrollo de la trama, sino que muchas personas la incluyeron en sus listas de películas para ver drogados.

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Sin embargo, nosotros creemos que esta no es una peli para ver fumado, o al menos para verla fumado y pasarla bien.

¿Por qué? Porque el concepto de esta película es básicamente el de atravesar un mal flash. Vemos cómo varios personajes se encuentran en una situación de encierro, muy claustrofóbica, y van cayendo en una espiral sin límites que los acerca a la locura colectiva.

Clímax es realmente un disparador de ansiedad muy grande. Esta película incomoda y, verla en un estado alterado, puede hacerte caer en la misma espiral que los personajes. Verla fumado puede hacerte malflashear y meterte en las profundidades de esa pesadilla.