Valentía, Vulnerabilidad y la Evolución del Cuidado de la Salud Mental en los Deportes, por Rodney Wallace

Por Rodney Wallace, ex futbolista profesional y fundador de la marca de CBD Rewind.

Al principio, era escéptico a la hora de compartir mis pensamientos y dar mi opinión sobre “la saga de Simone Biles“. La palabra “saga” en sí misma hace que parezca que retirarse de un evento olímpico importante por motivos personales se ha convertido en algo no tan personal. Es un proceso agotador para lxs espectadores. La “saga” mundial resta tiempo a la agenda de lxs espectadores y a su propia agenda personal.

La palabra “saga” atrae a las redes y a los medios de comunicación de todo el mundo para dar vuelta una acción valiente y heroica en defensa de la propia salud mental. La palabra tiene connotaciones negativas y va en contra de lxs deportistas. Sería muy agradable despertar con artículos refrescantes, notas sobre una joven atleta olímpica negra que es un ser humano y que tuvo el poder de subir a su propio podio. Ella fue capaz de tratar el aspecto mental de la existencia como el oro que vale.

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Lo real es ponerse a unx mismo por encima de las creencias de las demás personas. Lo real es conocer el verdadero valor de unx mismo. Al fin y al cabo, a lxs atletas se les elogia cuando les conviene a lxs fans, y no cuando hacen frente a un trauma infantil que llevan consigo en el momento presente. Ser alguien que ha recibido una mala mano del mazo de la salud mental desde el primer día, haber pasado por un infierno, y haber salido adelante mientras pasaba 11 años como atleta profesional, me ha dado el valor de defender a otrxs que están pasando por sus propias batallas internas.

Hablemos de valentía. La valentía se ha convertido en un término utilizado para describir las acciones de alguien que le llevan a aferrarse a algo que cree que acabará perdiendo. Ser valiente es un término que se ha lanzado en muchos contextos diferentes. Esto lleva a un mal uso o a una falta de comprensión de lo que realmente es la verdadera valentía.

La vulnerabilidad es valiente, ser tan abiertx como para sentarse tranquilamente en una sala llena de periodistas y hablarle al mundo de lo que significa poner al equipo en primer lugar. Simone Biles no sólo puso al equipo de Estados Unidos en primer lugar al conocer la importancia de un estado mental saludable para competir, sino que también dio a lxs espectadores una descripción detallada de lo que ocurre dentro de la mente de una persona y competidora de primera categoría. Hemos sido testigos de la grandeza humana y hemos sido bendecidos por jóvenes iconos que están practicando el mindfulness durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.

No fue fácil para Simone. Tuvo que sentarse y explicar a niñxs pequeños y a adultos que idolatran el oficio de la gimnasia que “si no cuidamos nuestra salud mental, no vamos a disfrutar de nuestro deporte, y mucho menos a triunfar tanto como queremos”.

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Cuando miro hacia atrás en mi carrera no me arrepiento de mucho; veo todos los altos y bajos como los valles que me llevaron a donde estoy ahora. Hay momentos en los que sueño despierto: cómo hubiera sido tener los recursos que uso ahora para manejar mi depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, miedos e inseguridades con los que he estado lidiando fuertemente desde el 2014. Cuando me ponía los botines y comprimía todos mis sentimientos, así lo veía inicialmente. De alguna manera, fui capaz de callar a 70.000 aficionados en mi cabeza mientras marcaba un gol en el último minuto, representando a mi país en partidos internacionales. Esto me llevó a ganar una Copa de la MLS cuando estaba pasando por los momentos más oscuros de mi vida.

Esto parece no sólo agotador, sino una receta para el desastre. La vida me dio otra oportunidad, me abrió otra ventana para entrar y darme cuenta de que era mucho más que un comentario en Twitter, mucho más que una foto y un autógrafo. Con la ayuda de profesionales, pude verme como algo más que una estrella del fútbol. Por primera vez, pude verme como un ser humano que había sido bendecido y al que se le había dado la oportunidad de jugar el mismo juego que practicaba en las calles de Costa Rica después de la escuela.

Me ganaba la vida haciendo lo que me gustaba, jugar al fútbol. Esto me permitió construir una familia y compartir con ellxs lo que realmente significa ser valiente. Conseguir la ayuda que tanto necesitaba y dar la cara por mí mismo cuando tocaba fondo. Esta honestidad me dio la oportunidad de demostrar que la vulnerabilidad puede ponerte cara a cara con tus sueños de la infancia. La sensación de tener a mi mujer, Haley, y a mi hija Ivy apoyándome en la Copa Mundial de la FIFA 2018 supuso un giro completo y ayudó a allanar el camino para volver a vivir.

Mi vida parecía no ir a ninguna parte rápidamente; encontré refugio en el mundo superficial donde podía ponerme una máscara y fingir que todo estaba bien. En el 2015, tuve una crisis maníaca antes de un partido. Nuestras entradas familiares estaban colocadas en nuestras taquillas para ser recogidas después del entrenamiento. Había sido una semana difícil llena de una combinación de noches de insomnio y automedicación para frenar mis pensamientos negativos… El percocet, el tequila y algunos analgésicos hicieron efecto.

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Recuerdo que me enfadaba por no ganar un partido de entrenamiento. Siempre era yo el que hablaba superado si ganaba, y el que estaba dispuesto a pelear cuando perdía. Ese día, supongo que fue demasiado. Cuando volví de la ducha dispuesto a volver a casa, vi que faltaban dos de mis entradas. Normalmente no me tomo en serio algo así, pero pude sentir el parloteo y las risas del resto de mis compañeros por mi confusión.

Mi gran ego se hizo añicos y me sentí expuesto. Reaccioné saliendo a la calle con mi toalla y cogiendo un soplador de hojas. Tiré de la cadena tres veces, finalmente, el motor se puso en marcha, y entré en el vestuario exigiendo ver mis dos entradas familiares restantes. Como era de esperar, nadie dijo nada, sólo se rieron de mi ridículo aspecto en toalla, chancletas y soplador de hojas. Empecé a caminar, soplando todo lo que había en la primera taquilla y eso me dio una sensación de control y poder. Encontré más alegría al ver los papeles que iban por todas partes, joyas volando por el aire, gente que se subía a las sillas para proteger sus pertenencias. Todavía recuerdo que sabía que algo no iba bien.

Uno de mis mejores amigos del equipo me preguntó si me sentía bien. Al día siguiente, no empecé el partido, y hacía muchas semanas que no estaba en el once inicial. Probablemente esto fue lo que llevó a estas acciones descaradas. Después del partido, como siempre, me emborraché fingiendo que estaba bien, con la esperanza de ocultar mi depresión maníaca a lxs demás. Ojalá hubiera sabido entonces lo que sé ahora, pero me llevó tiempo descubrir las verdades más profundas y enfrentarme a mis demonios. Ese mismo año, levanté la copa más importante de mi carrera y marqué el gol de la victoria en la Copa de la MLS.

Toda la angustia mental que sufrí podría haberse evitado si me hubiera dado cuenta de que había ayuda ahí fuera. Quiero que todo el mundo sepa que hay ayuda para todxs, ¡sólo hay que ir a buscarla! Creo que la mayoría de las veces actuamos basándonos en lo que se ha grabado en nuestra mente. Las experiencias traumáticas se quedan con nosotrxs y se manifiestan de diferentes maneras en diferentes momentos. Entonces, rápidamente, se sale de nuestro control.

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Simone Biles tuvo el valor y el conocimiento de controlarse a sí misma durante uno de los eventos más importantes de su carrera. Siendo campeona olímpica, el acto de revisarse a sí misma y darse cuenta de que tiene los pies en la tierra y está mentalmente sana es heroico. Simone tuvo mucha conciencia de sí misma al tomar la decisión de abandonar la competición, conocerse tan bien a sí misma que es capaz de no poner su cuerpo en peligro físico es notable. Cuando crecía, me educaron para pensar que tenía que endurecerme y soportar todo sin más. Sin embargo, en las últimas etapas de mi vida, aprendí a lidiar con esto.

Henry Cejundo, campeón de lucha y ex titular de dos divisiones de la UFC, afirmó que los medios de comunicación y lxs aficionados contribuyeron a elevar a Biles a un nivel que ella podría haber tenido dificultades para alcanzar. Cejudo se preguntó si esto era algo que Biles podría haber superado. Cejundo sugirió que la gimnasta necesita una patada en el culo, salpicada de un poco de amor duro.

El trauma personal de una persona no tiene por qué convertirse en la carga de otra. Si al crecer sólo se superó gracias a las patadas en el culo, tal vez sea hora de que Henry Cejundo se “revise a sí mismo” y se libere de lo que se le inculcó mental o físicamente. Al reaccionar de forma negativa a las acciones de mindfulness de otrx campeón olímpico, no está viendo a la gimnasta como un ser humano. En lugar de levantarnos unos a otros, seguimos utilizando el método de la vieja escuela de la bravuconería que está frenando y perjudicando a muchxs atletas.

En el 2020, después de lidiar con dos prótesis de cadera a los 31 años, supe que era el momento de devolverle el favor al juego que me dio tanto. Utilizando mis experiencias vitales, mis caídas, mis luchas, fui capaz de convertir Rewind en mi propia medalla de oro y creé una línea CBD basada en el principio de dar un paso atrás para avanzar.

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El CBD cambió mi visión de la vida desde un punto de vista mental y físico. Del 2017 al 2019, me escondía en el vestuario tratando de averiguar cómo consumir CBD sin que mis compañeros de equipo entendieran lo que estaba haciendo. No quería que los entrenadores lo supieran, ya que también contenía un porcentaje de THC que está prohibido en el Major League Soccer. Me encontré escondido una vez más y no estaba contento. Había trabajado tanto a lo largo de los años para llegar al lugar más feliz de mi vida, que era inconcebible tener que volver a esconderme.

Mis médicos me dijeron que mis lesiones habían puesto fin a mi carrera y yo estaba agradecido porque mi corazón se sentía lleno. Había creado un producto para dar a otrxs la oportunidad de sentir lo que yo siento ahora. Físicamente, mis dolores se redujeron enormemente y pude disfrutar del parque con mis hijas, mentalmente me volví ilimitado. Mantenerme activo sigue formando parte de mi vida y cuidar mi cuerpo es importante. Y por eso sé que puedo confiar en mi propia receta probada. Ahora mi familia y yo aprendemos unxs de otros. Intentamos mejorar nuestras vidas y ayudar a lxs demás en el camino.

Abramos el camino a la próxima generación para que nuestro presente sea tan hermoso como lo que nos espera. Saludo a Simone Biles y a Naomi Osaka por tomar la iniciativa y dar a la salud mental una cara que formará parte de una cultura nueva y evolucionada en los próximos años. Son las valientes vallas publicitarias que dieron la cara por ellas mismas y por sus propias vidas porque, inevitablemente, nadie más lo hará. Cuando Simone ganó el bronce en la viga de equilibrio, dijo en USA Today: “Significó el mundo estar allí, no esperaba salir con un metal. Lo hacía por mí, y lo que pase, pasará”.

Dos almas heroicas tomaron la decisión consciente de cambiar la trayectoria de lo que significa ser un modelo abierto a que la próxima generación aprenda de él. Estos son los caminos por los que lxs campeones olímpicos deberían seguir esforzándose; exponiendo sus experiencias más profundas y oscuras a sus momentos de triunfo para que el mundo lxs admire y comprenda. No son tareas fáciles, pero Biles y Osaka asumieron la responsabilidad en el momento más crucial de sus carreras, y por ello les agradecemos su valentía y honestidad.

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Que Naomi muestre su vida en una serie de Netflix y que Simone exprese sus convicciones al mundo significa que estamos abocadxs al cambio. No hay duda de que esta generación se está moviendo en la dirección correcta y pronto el resto del mundo se pondrá al día.

Mi válvula de escape para el cambio mental y físico es el CDB. No necesito depender de nadie más, y mucho menos de cualquier otra sustancia.

Rodney Wallace es campeón de fútbol de la FIFA y propietario de REWIND By Rodney Wallace.

“Eres el dueño de tu destino, el capitán de tu alma”. -William Ernest Henley

Vía Benzinga, traducido por El Planteo.

Foto por Fitsum Admasu vía Unsplash