'Simón Dice': Hablamos con Simón Saieg sobre Música, Cine, Veganismo y Marihuana
Piblicación original: septiembre de 2020
¿Qué pasó con Simón Poxyran? ¿Ya no existe más como tal? “Pasó que crecí y empecé a pensar un montón de cosas que antes no estaba pensando”, explica Simon Saieg, haciendo explícita la idea central no sólo de esta charla sino de este momento de su vida.
A muchxs les parecerá inaudito, pero con 23 años Simón está en un momento de madurez. Como artista y como ser humano. Se hizo conocido con Perras on the Beach, la banda que integraba siendo aún un adolescente y, ahora, esa adolescencia quedó atrás. Y con ella, el nombre Poxyran. Hoy prefiere que lo llamen por su nombre y apellido, o por su nuevo alter ego Doppel Gangs.
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“Empecé a componer un disco nuevo que no tenía nada que ver con lo anterior y me pareció una buena oportunidad para volver a empezar. Es una evolución, una mutación”, explica. Doppel Gangs es otro artista acorde otro momento de su vida. Y su primer álbum, Atlas, ya está casi listo y será lanzado el año que viene. Aunque es mucho más que un simple álbum.
Una aventura conceptual multimedia
Hace un par de años todxs hablaban de la movida de Mendoza. Rock indie heterodoxo lo-fi y volado, crónicas sobre el porro y los amigos y un olor a espíritu adolescente. Simón fue tal vez la cara más icónica de esta escena y hoy está, al igual que todos sus amigos cuyanos, explorando las aguas de la individualidad.
Desde Buenos Aires y en solitario, celebra el camino que tanto él como los demás están siguiendo, ya alejados de aquella escena, que los nutría pero también los encasillaba. Hoy nadie está pensando en satisfacer ninguna expectativa más allá de la propia.
“En todo lo que hice antes siento que estaba más limitado y pendiente de lo que hacían todos”, cuenta. “Ahora quiero hacer algo más grande, quiero crecer y está todo dado para hacerlo”.
Atlas será nada menos que un álbum conceptual y, también, audiovisual. Para este proyecto, Simón no solamente escribió canciones sino que además ideó la propuesta estética y hasta escribió un guión.
Va a ser una historia de ciencia ficción. Con mucho cuidado de evitar spoilers, porque prepara un lanzamiento épico, Saieg revela lo poco que puede. Narrativamente, la historia estará basada en la conexión entre un ser del planeta Tierra, el mismo Simón, y un ser interdimensional. En cuando al sonido, adelanta un detalle pequeñito, pero que es una bomba: será completamente hi-fi. Sí, otra diferencia grande entre Simón Poxyran y Doppel Gangs.
El disco está siendo producido por Juan Manuel Rodríguez y Ezequiel Flenner desde el estudio Papa Music. “Nos complementamos y está pasando algo muy increíble”, cuenta sobre estos productores, que además lo dejan fumar marihuana adentro del estudio.
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Simón trabaja en estos temas hace dos años ya. Según dice, la inspiración y la pulsión creativa simplemente bajaron: en un momento necesitó escribir canciones, algunas más abstractas, menos literales y costumbristas que las de antes.
Por estos días, está muy contento con lo maduro y propio que siente el proyecto, como si finalmente hubiera encontrado su verdadera voz. Una voz que representa a los diferentes Simones: el cinéfilo, el youtuber, el fanático de la música, el vegano y el fumón.
“Es una idea que viene de mí y que, para llevarla a cabo, se cruzan muchas más artes que solamente la música”, describe. Se está permitiendo ser ambicioso, más ambicioso que nunca, y eso lo tiene muy motivado.
Artista y fan
Si algo queda claro es que Simón es muy fan de las cosas que le gustan. Escucha muchísima música, devora películas y es muy sensible a todas las expresiones de arte en general. Esto empapa su proceso creativo y más ahora, que está encerrado en cuarentena encarando su obra (porque no son solamente canciones) solista.
“El disco suena atemporal. Tiene condimentos retro y condimentos nuevos. Ni indie, ni hip hop, está todo mezclado y es como un collage”, dice el mendocino. Al escuchar estas nuevas canciones, asegura, está feliz porque ve a todos sus referentes, pero también se ve claramente a sí mismo en su cualidad más auténtica.
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La frescura y la desfachatez a la hora de cruzar referencias que lo hizo destacar con Perras on the Beach también estarán presentes en esta nueva etapa.
“En vez de ir a la escuela de música escucho mucha música y, en vez de ir a la escuela de cine, veo muchas películas”, afirma divertido. Simón está abierto a aprender sobre todo lo que llega a sus manos. Lo dice desde siempre: él no esconde sus referencias, al contrario. “Si hay algo que está literalmente choreado, prefiero que esté expuesto a que esté escondido”, sostiene entre risas. Y sigue: “¡Porque me encanta! Eso existió siempre, es como el arte de samplear”.
Lo mismo le pasa con el cine. “Todxs lxs directores que nos gustan se están copiando de directores de hace mil años. Ahí también nace el arte de cada uno, en reinterpretar algo”. Con respecto a las referencias visuales y argumentales en Atlas, Simón no lo duda: sus inspiraciones son E.T. y Star Wars, dos películas que lo apasionan desde chiquito.
Amigos, no comida
Simón es vegano. Y un vegano convencido. Pero para considerarse un activista, dice, todavía tiene mucho que aprender. Además siente que le cuesta mucho hablar del tema y comunicarlo como le gustaría sin ponerse emocional. “Se me mezclan mucho las emociones, hay mucha bronca de por medio y me cuesta mucho empatizar con la gente que no empatiza”, cuenta humildemente.
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De hecho, pocas cosas lo hacen sentir tan representado: “Es algo que me mueve muchísimo y agradezco el día que me cayó la ficha y pude hacer algo desde mi lugar de privilegio. Porque hay gente que no tiene elección, pero hay gente que recontra tiene elección, y elige no hacer nada”.
Para Simón, el veganismo es la vía para un futuro mejor, tanto para las personas como para todos los seres que habitan en este planeta. Él utiliza la palabra “despertar”: despertar ante el dolor ajeno, despertar ante los modelos heredados, despertar de las mentiras que nos repiten generación tras generación y que ni siquiera son culpa de nuestros padres o abuelos, sino del sistema.
El joven artista quiere usar su voz para inspirar a otrxs: “Hay gente que cree que con su acción individual no cambia nada y yo no creo que sea así. Es entre todes, ir contra la mentira de lxs mismxs que nos venden la comida que después nos enferma”.
¿Se cuela el veganismo en el arte de Simón? Y sí, claro. De hecho, mirar su propia obra fue parte de su despertar. “Antes de hacerme vegano me di cuenta de que todas mis canciones hablaban de amigos ¡Y yo me estaba comiendo a mis amigos! ¡Si yo amo a los animales! Me cayó esa ficha y me enojé conmigo, con la sociedad, con el sistema. Pero el enojo no lleva a nada. Hay que seguir contagiando las ganas de despertar”, reflexiona.
Re loco
Desde los primeros temas de Perras quedó clarísimo que a Simón Poxyran le encanta la marihuana. Y a Doppel Gangs, también.
Sus crónicas despreocupadas que mencionaban una y otra vez al porrito le valieron, en tiempos de Perras on the Beach, la comparación con el Pity Álvarez. Pero Doppel Gangs fuma a su manera y tiene una historia con el porro y una forma de hablar de él bien distinta.
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Simón Saieg es hermano de Juan Saieg, también conocido como Juan Mango, de Usted Señálemelo. Pero también son mejores amigos, comparten grupo desde siempre y son tan confidentes que para la gente que recién los conoce es hasta llamativo que sean hermanos. En su temprana adolescencia, fumó por primera vez junto a su hermano mayor. “Me acuerdo que era tan chiquito que me daba miedo, entonces me proponía fumar solo los fines de semana si iba a un cumpleañito”, cuenta riéndose.
Pero luego siguió y nunca paró. Lo asocia a los amigos, a la plaza, a andar en skate. En esos años, dice, entendió la marihuana y se dio cuenta de todos los provechos que traía a su vida. No hacía falta fumar y quedar tumbado, lo lindo era usarlo para estar todo el día patinando en la montaña, en su Mendoza natal, entre paisajes increíbles.
Él pensaba que era algo peligroso u oscuro y, rápidamente, quedó fascinado con lo que terminó descubriendo. “Me sentía re bien. Y hasta el día de hoy me sigue pasando, por eso lo sigo haciendo”.
En la actualidad, Simón fuma todos los días. “En un momento me encantaba a otro level el mañanero, empezar el día fumando un porro era todo. Ahora ya no tiene el mismo efecto que antes. Creo que el de la noche, de ver una peli en la cama, es el porrito que más disfruto”. Y como casi todx fumadorx de larga trayectoria, siente nostalgia de los pegues de antaño. “Cuando fumás tanto, de repente no te pega. Por eso me gusta cuando me quedo sin porro, tal vez lo extraño dos días, pero cuando volvés a fumar es otro flash”, celebra.
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La marihuana atraviesa todo su proceso creativo, desde la inspiración, la composición, la ejecución y después los ajustes a posteriori. Y en este proceso, poder fumar adentro del estudio lo tiene absolutamente feliz. “Cuando escucho una canción que acabo de hacer después de fumarme un porro le encuentro un montón de cosas nuevas que tal vez antes no veía. Lo mismo me pasa cuando fumo para ver películas: me pone más sensible”, describe.
El porro es un aliado absoluto a la hora de disfrutar la música y de meterse de lleno en la experiencia artística, tanto propia como ajena. Cuando está re loco, a Simón le gusta escuchar Pond, una de sus bandas favoritas.
De lo nacional, prefiere a Juana Molina: lo pone nostálgico ir a verla en vivo, siempre muy fumado y flasheando con todos los detalles de su música y su show. “La recontra admiro a otro level, la amo”, dice.
También, para fumar y estar en su casa, le gusta escuchar cosas tranquilas y climáticas: música clásica, orquestas de sintetizadores y zamba psicodélica de los ‘70 son algunos de los ejemplos que se le vienen a la mente.
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En esta nueva etapa, a Simón también le interesa hablar un poco más en serio sobre marihuana. “En este nuevo disco quiero que esté, porque es parte de mi vida”, reflexiona. Y revela: “En toda esta historia, en la unión entre este ser de otra dimensión y Simón, hay música, hay un montón de cosas y también hay porros”.
Al igual que le pasa con el veganismo, le gustaría informarse cada vez más para, en algún momento del futuro cercano, meterse en el activismo cannábico. Salvando las distancias, esta también le parece una lucha contra la injusticia.
¿Y la relación con los psicodélicos? De mucho respeto, pero excelente. Su usuario de instagram lo confirma. De hecho, cuenta, parte de la historia de este nuevo disco está inspirada en un viaje de DMT (Dimetiltriptamina).
Los psicodélicos lo ayudaron a destrabar muchas cosas y a darse cuenta de otras, pero siempre con mucho respeto y cuidado. Simón cuenta con antecedentes familiares que le hacen saber, desde muy chico, que la salud mental no es joda.
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“Yo soy un chabón muy tranquilo y muy sensible, y excederme hasta me parece una provocación innecesaria y por eso me cuido”, reflexiona. “Pero nunca tuve una experiencia mala. Al contrario, siempre fue algo muy bueno y me re sirvió para sanar”.
Canciones para los días de la vida
No hay con qué darle: a Simón Saieg le están pasando muchas cosas buenas. Más allá de lo artístico, hace días nació su sobrino Azul, el hijo de su hermano Juan y Vera Spinetta, cosa que lo tiene muy flasheado y completamente conmovido.
También, hace poco se mudó a una casa nueva con su pareja Camila y, en ese sentido, cuenta, están pasando juntxs por un momento re zarpado. “Estoy re conectado con esto y es en parte al momento que estamos viviendo como sociedad. Sino estaríamos todo el tiempo corriendo y volando por ahí”, asegura, feliz de disfrutar del amor y del hogar.
El aislamiento lo obligó a la introspección, a pensar y a replantearse un montón de cosas, como persona y también como artista. Simón nunca deja de reconocerse como privilegiado y, estar bien en este momento en donde todo el mundo está mal, le da ganas de ayudar.
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“Esta opinión es muy personal, mucha gente la está pasando realmente mal y a mí eso también me afecta muchísimo, me da mucha bronca y mucha tristeza. Pero, bueno, todos tenemos un camino, y yo estoy transitando el mío. Realmente espero que esta música que estoy haciendo ayude a la gente a sanar un montón de cosas”, concluye.
Bonus track: Simón recomienda
Si hay algo que le encanta es hablar de música y de cine. Y, antes de despedirse, quiso recomendar los discos y películas que le volaron la cabeza durante los últimos tiempos. Siempre de un espíritu rabiosamente independiente, por supuesto.
En español, el álbum de la argentina Anyi, Crucero de Cristal, delicado, onírico y en algún lugar entre la canción indie y el dream pop lo-fi. Astucia, de Paul Higgs, un pastiche lúdico de géneros con una mirada queer, en algún lugar entre Spinetta, la sensualidad de Prince y, precisamente, el sonido mendocino. Y Astro, el ya clásico álbum de la banda homónima, próceres del rock sónico chileno.
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En inglés, recomienda Jinx, del grupo Crumb. Psicodelia lo-fi, teclados voladores, muchísimo eco y una voz femenina que hipnotiza. Ideal para un buen porrito.
Al hablar de cine, se emociona. Primero menciona Altered States, de 1980. De su boca: “Una película en donde unas personas descubren el sentido de la vida a través del viaje con psicodélicos. Es un peliculón”.
Asimismo, recomienda enfáticamente Los amantes del Pont-Neuf, de Leos Carax, una película francesa de 1991 que cuenta la historia de amor entre dos indigentes (¡una de ellxs es Juliette Binoche!) y que lo dejó extasiado. Otra es Good Time, de los hermanos Safdye, protagonizada por Robert Pattinson, con un ritmo y una narrativa que crispa los nervios.
Por último, la clásica Paper Moon, la película de 1973 de Peter Bogdanovich. Una hermosa y tierna comedia agridulce sobre la relación de un padre y una hija en el contexto de la Gran Depresión.
Fotos: Camila Rodríguez
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