El stream llegó para quedarse. Con el recambio de propuestas en el ámbito mediático, las nuevas plataformas posibilitaron una oferta de programas y exponentes que son una novedad al momento de generar contenidos. Pero buena parte de estos comunicadores alternativos también son herederos de la vieja escuela radial.
Aquellos que se formaron escuchando a Mario Pergolini, Alejandro Dolina o Fernando Peña, ahora coparon medios como Blender, Luzu TV, Olga, Gelatina, además de alterar el formato con la inclusión de cámaras que transmiten el minuto a minuto de las redes sociales dentro del estudio. A continuación, un repaso por algunas de las temáticas vinculadas a estos cambios de paradigma junto a tres de los exponentes más candentes del momento:
Jesicall: ‘Siempre tuve una fidelidad con la radio’
Jesica Lamonica Lima, mejor conocida como Jesicall, se reparte entre dos de las apuestas más fuertes del circuito. Buena parte de la semana la encontramos en Gelatina haciendo Hermosa Mañana Verdad, y los martes presta su voz en Luzu con Duquesas. Pero antes de saltar a la conducción y los medios, se formó como una oyente constante de AM y FM.
“Yo escuchaba mucho Rock & Pop, pero en lo de mis abuelos sonaba Larrea, Radio Rivadavia. Así que la AM forma parte de mi banda sonora de la vida; no porque la escuchara, pero sabía de lo que se trataba: las cortinas, los imitadores, el informativo, el tipo de nota, eran códigos muy distintos. Mi oído estaba entrenado. Cuando pasé la adolescencia empecé a escuchar más AM”, afirma la host.
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Entre los referentes que le marcaron el camino destaca a Pergolini, La Negra Vernaci, Lalo Mir, Fernando Peña y Sebastián Wainraich: “Para mí, ahí estaba todo. Quería saber de lo que hablaban, entonces iba e investigaba cada cosa que decían. Siempre tuve una fidelidad con la radio”.
¿Y vos de qué lado estás?
Jesica marca la cancha en cuanto a las emisoras que desde hace décadas acapararon el dial para posicionarse como líderes radiales, y que desde entonces se identificaron con diferentes públicos y estilos.
“Antes las emisoras eran como bandas y había una especie de rivalidad. Eras de Rock & Pop o de Metro. Había un sentido de pertenencia con el dial entero. Yo hasta escuchaba Tiempos Violentos, que no tenía nada que ver con la música que escuchaba. Eran universos distintos, con conductores muy diferentes, pero que se identificaban con una misma radio”.
Saltando al presente y a las plataformas que de a poco van copando los medios, la conductora habla de un patrón que se repite, comparando a los distintos sitios de stream como equipos de fútbol que se posicionan desde veredas opuestas.
“Ahora creo que pasa lo mismo con algunos canales de streaming. La gente es fiel al canal, sobre todo los que tienen programación todo el día. Pero también me pasa que encuentro público que va armando el día con cosas que le gustan de un lado y de otro. Por ahí vas por la calle escuchando radio y en tu casa pones YouTube”.
Sobre su participación en dos de los canales de streaming más importantes de la actualidad, como son Luzu TV y Gelatina, junto a una FM emblemática como Metro, considera que esa versatilidad hace que la oferta sea más rica en cuanto a contenidos y estilos, además de darle la posibilidad de trabajar con todo tipo de oyentes.
“Son re distintos los tres programas. Eso me parece buenísimo porque principalmente no me embolo yo. Gelatina es mucho más de actualidad mezclado con humor, en un horario súper competitivo. Después me voy a Metro y es un magazine clásico de todos los días con el oyente tradicional que te acompaña. Y Luzu es otro plano distinto, mucho más televisivo, el estudio, el lenguaje, el programa parece más de tele. Ahí participan mucho las redes, las tendencias. Los tres manejan lenguajes diferentes”.
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Sobre la politización de los medios
Frente a los comentarios que pueden encontrarse en las redes sobre la posición que toman cada uno de estos canales de streaming, algunos usuarios consideran que Gelatina se muestra como el medio más politizado, mientras que Luzu apuesta a una programación más en tono joda y completamente despolitizada.
“Para mí depende de los productores y de los contenidos. En Luzu nos interesa la actualidad, la política, el país, lo social. Cada vez que tenemos ganas de decir algo, lo decimos. En las elecciones dijimos lo que quisimos y Luzu nunca nos hizo una bajada de qué decir y qué no. Y a su vez Gelatina nunca nos dijo de qué teníamos que hablar, o hablen más de esto que de lo otro”.
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La comparación también plantea otro debate, vinculado a los contenidos que ofrecen los programas de stream. El hecho de que muchas de estas apuestas tengan al frente a influencers, actores, famosos o personas vinculadas con el ámbito de las redes sociales, genera comentarios que apuntan a una banalización de los temas que se tocan.
“Hay gente que se acerca al streaming porque viene de Twitch, en donde le divierte que haya alguien hablando de cualquier tema random, y hay otros que buscan más producción y contenido, con notas y bloques. Yo me siento más identificado con ese estilo. Me parece que lo importante es generar códigos para el que está del otro lado. Hay programas que son solamente una mesa de gente charlando y están buenísimos. Lo importante es aquello que se genera”.
Tomás Pergolini: ‘Vorterix pavimentó el camino para que la gente se dé cuenta’
Una de las voces que se alza durante las noches de Vorterix es la de Tomás Pergolini. El hijo de uno de los iconos radiales que cambió la manera de hacer radio en Argentina está al frente de ¡¿Qué Rompimos?!, pero antes de sentarse frente al micrófono la historia era otra.
“A mi viejo le gustaba llevarme a la Rock & Pop y la pasaba muy bien, era un lugar raro con adultos que no se portaban como tal. Pasaban cosas divertidas, todos estaban trabajando alrededor del programa, pero se cagaban de la risa. Todo esto a través de la mirada infantil. Por ahí le preguntas a un colega de mi viejo y te dice que se quería matar, pero para mí era increíble, un día te caía El Bordo y al otro Dave Mustaine”, cuenta entre risas.
Dando vida al monstruo
Más allá de haberse criado en los interiores de una de las radios más importantes del país y de toda una generación, su carrera comenzó en los cimientos de Vorterix, la plataforma fundada por su padre que fue pionera en la cultura del stream; pero Tomás también renegó de semejante legado y posición.
“Cuando termino el secundario mi viejo me pregunta qué iba a hacer. Le dije que quería tocar el bajo y me dijo que me olvidara de eso, que me tenía que poner a laburar. Así que entré a laburar en Vorterix cuando todavía no existía y lo primero que hago es cargar la videoteca por medio año. Después pase a ser un chico web, mezcla de redes sociales con community manager y también escribía para el sitio”.
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El apellido siempre le pesó, y abrirse camino en los medios muchas veces supuso cierta bronca hacía la radiofonía: “Si bien me parecía divertido, yo odiaba mucho la radio. A donde iba me presentaba y no decía mi apellido, era simplemente Tomás. En el colegio ya desde chiquito me cagaba a trompadas. Pero también lo entiendo, estaba regalado solamente por mi apellido, entonces también por todo eso sentía mucho rechazo hacia la radio. Quería hacer mi camino y diferenciarme de mi viejo”, se sincera.
Tomás fue desbloqueando puestos hasta obtener su propio programa. De cargar la videoteca a trabajar en las redes y sus contenidos se fue moldeando una mayor afinidad hacia la radio y la cosa fue tomando color.
“El amor por decir ‘che, esto está bárbaro’ fue cuando empecé a producir el programa de El Quinto Escalón. Yo venía insistiendo con que Vorterix necesitaba un programa de hip hop. Muphasa, uno de los creadores, me comentó la idea y le dije si podía sumarme como conductor y me dijo que no. Fui al segundo programa y me di cuenta de que no tenían productor, estaban muy desconectados de la radio. En un momento les hablo por el talkback y les digo que tenían mensajes. Ahí dije listo ya está y me enamoré. Es un espacio donde podes hacer lo que quieras”.
Los que la vieron
El componente visual es una constante primordial dentro del lenguaje del stream. Hoy las radios visualizan sus programas, cambiando el panorama de la vieja escuela. El dial ahora se televisa y las plataformas automáticamente se rigen bajo esta nueva tendencia, otra herramienta que fue novedad de la mano de Vorterix.
“Cuando pusimos las cámaras en Últimos Cartuchos los chicos tenían miedo. Hoy en día el programa de Migue Granados tomó mucho de Vorterix, desde las cámaras, entender el nivel de estudio, tener un estudio multifunción y cómo manejarlo. Vorterix pavimentó el camino como para que la gente se dé cuenta. Creo que les mostramos a todos como mierda hacerlo. Hoy tiene la validación que tiene gracias a que sumó un montón de medios que validaron esta nueva manera de consumir contenidos”, confiesa con total orgullo.
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Tomás se refiere al stream como un género propio donde convive la escuela de la radio FM noventera con las nuevas herramientas que brindan las redes, y que no sería lo mismo con ambos conceptos por separado: “El stream ya es una realidad. A nadie le llama la atención que un tachero a la mañana tenga en el celu a mi viejo o a Nico Occhiato”.
La era de los ídolos digitales
La participación de las redes sociales a la hora de hacer stream es crucial para determinar los contenidos y el rumbo de los programas. Tomás se asume como un consumidor constante de las redes, desde las tendencias que rigen el día a día de la información hasta los influencers que se convierten en voceros de la noche a la mañana.
“Algo que aprendí de mi viejo y que veo mucho es que luchar contra lo que sucede es estúpido. A mí me encantan las redes sociales. Me divierte Tik Tok, estoy mucho en Twitter, aunque me parezca una cloaca. Todos son síntomas de época, y hoy en día es lo que importa. El contenido digital que durante tanto tiempo quisimos creer que no importaba tanto hoy importa un montón. No hay con que darle, pese a quien le pese. Las marcas y la gente están ahí, y también hay contenidos ahí. Si después siguen culos o tipos cocinando es otra cosa, pero contenidos hay”.
Desde que Vorterix dio el puntapié inicial para cambiar el rumbo de la radiofonía, la oferta de plataformas de a poco fue acaparando la atención de los medios. Para Tomás hay un solo referente que se equipara al estilo que defiende el clan Pergolini.
“Vorterix sin que sea pensado, con el que más alineado está es con Blender, por una manera de comunicar. Son personas que podrían trabajar tanto en un medio como en otro y no habría diferencia. Cuando veo el resto de las propuestas no me identifico con nadie salvo con Blender. Le habla al chabón treintañero que tiene sus ideas políticas y morales claras, pero que también no es ningún santo”.
Galia Moldavsky: ‘Hablar de política te segmenta mucho la audiencia’
En el último tiempo, Galia Moldavsky se posicionó como uno de los personajes centrales del universo streaming. Sus columnas y opiniones en Blender despiertan todo tipo de comentarios, desde quienes los festejan hasta los haters de turno detrás de su perfil de Twitter. Pero antes de entrar a un estudio de radio, la historia era otra.
“Siempre supe que quería dedicarme a los medios y al periodismo. Mi primer laburo fue como productora, los miércoles a la tarde en Radio Contacto, un programa de liberales. En el segundo año de TEA una profe me recomienda para un portal de noticias que se llamaba Política Argentina y ahí entro como redactora. De ahí en más ya me dediqué siempre a eso”.
Galia cuenta que su vínculo estaba más ligado a la gráfica y antes no se reconocía como una oyente de radio: “Mi sueño era trabajar en Página/12. Quería hacer periodismo de investigación, intervenir sobre la realidad, con un tono más político. Recién en el 2016 entro a Metro y Medio como productora. En el 2018 arranco con columnas en Sensacional Éxito, el programa de la noche de Luciano Banchero y Fiorella Sargenti; y en paralelo tengo intervenciones chiquitas en Metro y Medio. Arranqué como columnista, agarraba todo lo que me ofrecieran. Tenía muchísima libertad, venía de un palo más político y me metí en el entretenimiento, pero me divertí mucho, estaba aprendiendo un montón”.
Una vez dentro de la radiofonía, Galia comenzó a buscar auspiciantes para 1990, su primer programa propio en Futurock que se emitió a mediados de 2020. En ese momento, se empapó de un montón de cuestiones vinculadas con los medios radiales, al mismo tiempo que la pandemia confinaba a todos a estar encerrados.
“Fue clave en mi carrera porque fue mi primera experiencia en un montón de cosas. Conducción, autogestión, encontrar tu estilo. Fue un año difícil pero un punto de inflexión. Salía de mi casa solamente para hacer 1990”, aclara la co-conductora de Escucho Ofertas.
¿Quiénes mueven los hilos del stream?
Siendo alguien que vivió la transformación de la escena, Galia habla de la importancia de las redes sociales como agentes determinantes para diagramar las voces que conforman la programación de las plataformas.
“Para mí el primer generador de famosos masivos fueron las redes sociales con los influencers. Antes de que existan las plataformas de streaming que explotaron muchas figuras nuevas, hubo un antecedente que fueron Instagram, Twitter, YouTube, Twitch. Es cierto que implicaban menos recursos, elaboración y producción, pero mucho de lo que pasa en el streaming es producto y reflejo de eso. Las principales plataformas van a buscar influencers o gente que supo formar comunidad en sus redes sociales. Eso fue un antecedente clave para entender dónde estamos parados hoy”.
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La conductora de Galanes habla de la aparición de una “democratización para el acceso a la visibilidad de mucha gente que no entraba en los medios tradicionales, porque siempre fueron pocos los medios fuertes”. Sostiene que hasta hace muy poco no había un recambio generacional que modifique el rumbo de los medios.
“Hoy tu principal plataforma de publicidad son los recortes del programa que van a Instagram, Twitter. La realidad es esa. Es muy difícil pensar un programa sin esa pata. No hay medio que no le dé relevancia a las redes. Se hable bien o mal siempre va a ser publicidad. La idea siempre es llegar a más personas. Todos tuvimos que acostumbrarnos y ver cómo funciona ese diálogo entre el vivo y el resto de las redes sociales”.
¿Quién determina la oferta?
A la hora de referirse a los contenidos que construyen la diaria de estos programas, habla de una marcada postura ideológica que se basa en el tipo de oyente que las plataformas buscan alcanzar, y que al mismo tiempo define el perfil de sus conductores.
“Escucho Ofertas tiene una pata en el entretenimiento y otra en la actualidad. Siento que no tenemos el deber de hablar de nada. No es que somos un programa de política que si o si tiene que cubrir las noticias. El abordaje de las noticias es muy ligero. No hay una búsqueda de rigurosidad periodística. No sentimos el deber ni estamos en condiciones de hacerlo así. Para temas más particulares tratamos de invitar a un especialista. Nosotros abordamos las noticias con humor e ironía para hablar de ‘X’ tema”.
Más allá de estos perfiles moldeados para diferenciar una plataforma de otra, Galia se refiere a un interés en común por sobre todas que apuesta a la idea de no concentrarse puramente en la agenda política argentina.
“Creo que las plataformas tienen identidades muy marcadas. Es un signo de época. Para construir una audiencia tenés que tener claro a quién le estás hablando. Tu contenido refleja a quién vas a buscar. Hablar de política te segmenta mucho la audiencia. Hay un grueso de la población que no quiere todo el tiempo escuchar sobre política, prefiere entretenerse y divertirse para olvidarse de los temas que le preocupan”.
Y sigue: “Cuando vos tomás una decisión, como es el caso de Gelatina, de Futurock, parcialmente de Blender, de hablar de actualidad, ya sabés que estás dejando fuera a mucha gente que te va dejar de elegir justamente por eso. En ese sentido, Luzu eligió la vereda opuesta que es realmente nunca cubrir actualidad, casi como una postura editorial. Olga en términos generales no lo hace pero para algunos temas llevan gente y el programa de la primera mañana tiene algo de actualidad, pero el grueso es más despolitizado”.
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