Ser Católica Disidente, el Acto Político de Conquistar los Derechos Sexuales que Prohíbe la Jerarquía Eclesial
Este artículo se publicó por primera vez en El Planteo el 25 de abril de 2022.
¿Se puede ser católica y reclamar tus derechos sexuales como una feminista? Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) es una asociación civil que apoya la ciudadanía plena en el Estado y las iglesias de mujeres y personas gestantes. Buscan que se escuchen sus voces, y que se reconozca la capacidad para decidir sobre el cuerpo de cada unx.
En un contexto donde las nuevas generaciones van en contra de los mandatos establecidos, aparece un catolicismo disidente que levanta la bandera del feminismo. Para saber más acerca de este movimiento, El Planteo habló con María Teresa “Keka” Bosio, la presidenta de CDD, que contó sus vivencias desde la formación de la organización, pasando por los reclamos para con la iglesia por los derechos humanos correspondientes y la idea de resignificar al evangelio.
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“Nos interesa intervenir en la lógica de la jerarquía católica. Hay una fuerza conservadora que se reproduce, una mirada sexista y discriminadora sobre cómo vivir la sexualidad”, explicó la entrevistada.
Hoy la labor de CDD radica en trabajar para garantizar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) y poder brindar una línea fuerte de capacitación, por ejemplo, en articulación con diferentes universidades. Algunas de las provincias donde tratan de generar mayor incidencia son Formosa, Santiago del Estero y La Rioja.
Católica antes de la última ola feminista
“Nací en una zona rural y fui criada en un pueblo pequeño y religioso. Fui a una escuela católica y mi hermano es sacerdote”, relató Bosio sobre sus vínculos con la religión desde muy temprana edad. “Mi adolescencia transcurrió en un lugar pequeño, en dictadura, donde el discurso oficial primaba”, recordó.
Es difícil el acceso a la información en sitios que se encuentran más retirados de las urbes. Pero fueron las inquietudes de Bosio, lo que la llevaron a animarse a explorar un mundo diferente del que le habían contado: “Mi entrada a un catolicismo más disidente fue por medio de mi interés en las teologías de la liberación y la preocupación de tomar acción por los pobres”.
Durante la nota, la entrevistada reconoció que hubo un antes y un después en haber ido a estudiar a Córdoba en el 84. Fue toda una época de cambios para ella, donde conoció y estuvo en contacto con otras perspectivas religiosas que abrían un poco más el panorama del catolicismo conservador. Una de ellas, la del cura Quito Mariani, referente de la iglesia progresista en Argentina.
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También, mencionó que con la llegada de la revista Tiempo Latinoamericano, comenzó a trabajar desde la recuperación de la memoria, junto a otrxs militantes y presxs políticxs. Muchxs de ellxs habían trabajado con el Obispo Angelelli, asesinado por la última dictadura cívico-militar.
Acción en temas de sexualidad
Católicas por el Derecho a Decidir comenzó construyendo argumentos religiosos a favor del derecho de tomar decisiones por el propio cuerpo. Participaban en instancias internacionales y, de esta forma, fueron tejiendo su red en Latinoamérica, congregando mujeres de diferentes países en la década del 90. De esta forma, dieron con profesionales como Ivone Gebara, una teóloga feminista y filósofa brasileña.
En materia de incidencia, CDD tuvo participación política en la creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (2002), contemplado por la Ley 25.673, que promovía la distribución gratuita de anticonceptivos.
“Cuando se instaló el programa, una organización de derecha, llamada El Portal de Belén, presentó un amparo en Córdoba y frenaron la implementación en la provincia. Fue un punto importante para articular el movimiento de mujeres en Córdoba”, recordó Bosio sobre el camino que fue llevando a la agrupación a armar su campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
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“Somos mujeres que nos formamos en el catolicismo. Pero somos disidentes, nuestro nombre y nuestra acción tienen un sentido político”, explicó la entrevistada, que suele hacer esa diferencia porque “una cosa es la iglesia católica, y otra es la jerarquía eclesial, que es patriarcal y misógina en varios puntos”.
De la iglesia machista a la teología feminista
Hay una fuerza conservadora en la jerarquía, que reproduce una mirada sexista sobre como vivir la sexualidad, que además es discriminadora. Al respecto, la presidenta de CDD comentó: “Según la iglesia, las mujeres no se pueden masturbar. Antes ni sabíamos que teníamos algo para masturbarnos. La sexualidad no aparece en ningún escrito del evangelio, Jesús no habla de sexualidad”.
Existen otras miradas, como la de “Jesús y las Mujeres”, un libro mencionado por la entrevistada, en el que se argumenta que sus mayores milagros fueron con mujeres que sufrían el peso del patriarcado y que esos milagros estaban orientados a la sexualidad.
Uno de los milagros que menciona Bosio es la curación de una mujer que no había dejado de menstruar en 12 años. Otro, más conocido por el refrán, es el de la mujer a la que querían apedrear por adúltera. Pero Jesús interviene con el famoso: “El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”.
“Es interesante trabajar desde la teología feminista esos relatos que han sido invisibilizados en el tiempo, o que están bajo un análisis de que Jesús era bueno y curaba a todo el mundo”, expresó Bosio, que ratificó que “hay muchos ‘milagros’ que en realidad eran una forma de visibilizar una injusticia”, y ¿quiénes eran las personas que más sufrían injusticias? Los pobres y las mujeres.
Desde CDD, se revisan y reelaboran discursos en base a argumentos religiosos, y también desde una posición política. “Yo soy católica ¿y qué? Estoy a favor del aborto ¿y qué?”, reivindicó la referente de la agrupación.
La participación de Católicas en la legalización del aborto
Durante el debate por el acceso al aborto legal, seguro y gratuito, las escuelas llamaban para pedir la participación de CDD en sus instituciones. “Fue muy interesante porque muchas mujeres se prendieron a cuestionar su mirada sobre la sexualidad. Empezaron a aflojar y a dejar de estigmatizar a quien no quiere maternar”, manifestó Bosio.
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Hubo un trabajo intenso, político y de identidad, para llegar a poder decidir sobre la sexualidad de cada unx. Eso fue impactando en las creencias y valores de una comunidad religiosa que resultó quedar en el medio de una dicotomía, entre el peso que tenía lo que decía la sociedad sobre esa toma de decisión, y lo que dictaba la institución, donde se supone que esas personas ponían su fe.
“La iglesia no es homogénea, no somos todos iguales, y lo que uno hace comúnmente cuando no le gusta algo, es decir: ‘nos vamos’. Pero nosotras dijimos ‘¡no!’ Nos ponemos en el centro y nos decimos Católicas por el Derecho a Decidir”, dijo sobre por qué quisieron adoptar ese nombre para la asociación, y sumó: “La sexualidad es tan esencial para las personas, qué tiene que ver la religión con eso, para venir a ocultarlo o desvalorizarlo”.
La moral platónica occidental
Algunos pensarían que vivir la sexualidad va en contra de proteger la pureza del cuerpo y el alma. Es una de las razones por las que la iglesia católica practica la castidad de sus referentes dentro de la institución, y también es algo que pregona debe mantenerse hasta el matrimonio en sus fieles.
Pero, ¿de dónde viene ese mandato? “Tiene que ver con una moral platónica occidental, donde el cuerpo tiene todo lo malo y la mente todo lo bueno, en otras cosmovisiones no es así para nada, no tiene nada que ver”, declaró Bosio, que evocó como ejemplo a lxs budistas y a las creencias de los pueblos originarios, donde no hay tal separación.
“¿Todo lo que está en la cabeza es bueno y las pulsiones son malas? Esa mirada dicotómica de tener que dominar el cuerpo nace con la modernidad, para disciplinar el cuerpo, para que labure más. Esta es la mirada que construye la iglesia católica, en relación a que lo vinculado al placer”, dijo la entrevistada con ánimo de cuestionar los discursos a los que muchas personas son sometidas.
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A su vez, habló también de que la mayoría de los pecados capitales tienen que ver con el placer. Y eso, en realidad, es porque la iglesia es funcional a la cultura capitalista: “Es una institución social que forma parte de un sistema económico y cultural. Desde ahí, impone a una serie de creencias que obedecen a un sistema capitalista y patriarcal”.
Otra cosa que alimenta ese mismo discurso con trasfondo capitalista es esa cultura del sufrimiento y de la culpa, algo totalmente arraigado en gran parte de la sociedad. “Se nos fueron pegando esas formas de sentir, y eso tiene que ver con esa cosmovisión del sacrificio, como parte del camino al ‘reino de los cielos’. ¿En función de qué me tengo que sacrificar?”, se preguntó Bosio, que remitió como ejemplo a las mujeres obligadas a parir y decretó: “El cuerpo no es un engranaje del patriarcado”.
Interacción con otras comunidades religiosas y espirituales
“Construimos desde adentro, pero no desde adentro del territorio eclesiástico. Porque ahí la vamos a perder, por esa misma estructura jerárquica terrible. Nos construimos desde la identidad y damos nuestro mensaje político. Utilizamos la presencia en los medios, en las tesis de grado y espacios de formación, para construir nuestro discurso cultural”, relató y comentó que, incluso, han trabajado de forma interreligiosa con agrupaciones de mujeres judías y evangélicas, entre otras.
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CDD forma parte de una red de teólogas feministas, donde se construyen argumentos y se suman miradas diversas, como las de los pueblos originarios, para plantear las creencias y la espiritualidad desde otro lugar. Sobre esto, la entrevistada mencionó: “No hablamos desde el dogma, ni desde la imposición. Lo hacemos desde la propia expresión por la que uno siente y vive la religión, algo que muchos necesitan hoy”.
Sin embargo, aunque se posicionan sobre una mirada religiosa/espiritual, lo hacen también promoviendo la justicia social y el reconocimiento de derechos, desde la mirada colectiva, no individual. Es por eso, que no suelen adoptar algunas tendencias alternativas actuales: “Estas líneas new age tienen una inclinación de que de ‘vos te salvas a vos mismo’. Nosotrxs, en cambio, creemos en el movimiento feminista, en trabajar en comunidad. Como parte de eso, aportamos lo otro porque vemos que muchas lo necesitan, como cuando hablamos de la religiosidad popular”.
Un lugar de comunión
Dentro del movimiento feminista, lxs integrantes de esta asociación civil se sienten como parte de un proceso en el que trabajan por una vida digna, justicia social, acceso a la salud, a la comida y al hábitat, donde rechazan la violencia.
“En ese sentido, decimos que estamos en comunión con el evangelio, porque en el segundo testamento, en todo momento, Jesús optaba por los pobres. Él va y destruye el templo de los fariseos que no dejaban entrar a los más necesitados”, contó la entrevistada.
“Todo es un mensaje relacionado a la igualdad y la justicia social. Ahí comulgamos, la jerarquía eclesial no toma ese discurso. ¿Cómo pueden seguir haciendo misa con un cura adelante y la gente escuchando sin hablar? No va más, hagamos otra lógica. Algunos la tienen ¿por qué no se ocupan?”, cuestionó.
“Este año, Francisco cumple 10 años de papado y se prevé que hará declaraciones sobre el feminismo en este marco”, señaló la entrevistada. Tal vez, esta gestión papal no se haya mostrado tan progresista como se esperaba, aunque ha habido sucesos que intentan demostrar un lado más transgresor de la iglesia católica. Por ejemplo, que “el Papa le quitó muchos de sus privilegios al Opus Dei”, organización de donde venían muchos amparos de la derecha católica.
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Sin embargo, una misa para CDD no es en los recintos de la iglesia católica, sino en una marcha feminista, donde se encuentran las compañeras con diferentes reclamos. “Nuestro discurso no es ‘el Estado es responsable’. El Estado es el impulsor de políticas públicas. No alcanza solo con estar en la calle”, comunicó la entrevistada.
Bosio es profesora con una maestría en educación. Es docente universitaria y pertenece al equipo de ciencias en el área metodológica, de la Universidad Nacional de Córdoba. Como presidenta de Católicas por el Derecho a Decidir, vela por el bienestar de sus compañeras e integrantes de otras comunidades de mujeres y disidencias. CDD interviene desde casos de obstaculización de derechos, hasta en temas de salud que involucran jóvenes. Su abierta forma de incidir radica en que solo los alcances que proporcionan las políticas públicas aseguran condiciones de vida digna.
Foto de portada por Naty Roca
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