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Arte

De Paraguay a Argentina: la Historia de Cómo el Fortnite Juntó a Lautaro López con el Trap

De Paraguay a Argentina: la Historia de Cómo el Fortnite Juntó a Lautaro López con el Trap

✍ 19 November, 2023 - 13:05


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Lautaro López tuvo una formación musical sólida. El joven que vivió buena parte de su infancia en Paraguay junto a sus padres decidió instalarse en Buenos Aires para perseguir su sueño de vivir de la música. Pero más allá de las ansias de aprovechar una de las escenas musicales más calientes de la actualidad, Lautaro cuenta con un bagaje variado de sonidos y conocimientos.

Dice: “Mi viejo siempre fue muy melómano. Tenía una gran colección de discos. Y lo primero que me shockeó fue escuchar Sui Generis. Me ponía a cantar todas sus canciones. Mi vieja me despertaba y de fondo sonaban Luis Fonsi, Cristian Castro, Luis Miguel. Siempre hubo mucha música en mi casa y de ahí aprendí”.

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La llegada de una guitarra de juguete marcó el camino que Lautaro querría transitar de ahí en más. El contacto con su primer instrumento lo llevó a confeccionar una suerte de ritual sobre los procesos que convierten a un intérprete en estrella.

“Cuando era chico me habían regalado una guitarra de juguete por el día del niño. Ni siquiera tenía cuerdas. Entonces empecé a armar shows en mi pieza. Tenía un cuaderno con el que armaba las entradas. Las recortaba, se las daba a mis papás y les decía que a las 9 de la noche arrancaba un show en mi pieza. Hacía que cantaba con un inglés inventado”, revela sin avergonzarse.

Soñando en grande

Aquello que empezó como un juego fue convirtiendo al pequeño Lautaro en un adolescente autodidacta que se fue haciendo valer por sus propios medios. Y como todo artista en edad de desarrollo, le empezó a picar el bichito de la curiosidad.

“Después en uno de esos shows la guitarra se me rompió. Me puse mal, fue re trágico. Al siguiente día del niño me regalaron otra guitarra pero era una acústica chiquitita. Entonces empecé a ver tutoriales en YouTube de forma autodidacta. Y ahí me terminé de enamorar por completo de la música”, afirma.

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Esta joven promesa del trap cambió los juguetes por las computadoras, pasando de las cuerdas a las teclas, y poniendo atención a los programas que los productores empezaron a usar para armar canciones desde el living de la casa, sin necesidad de aprender cómo tocar instrumentos o formar una banda junto a otros músicos.

“Ya siendo adolescente un amigo de Paraguay me muestra el FL Studio y me dice que es un programa con el que se puede hacer música. Me puse a investigar y no le agarraba la onda pero igual me gustaba. Pero no se me ocurría cantar. Me daba vergüenza. Dije ‘capaz que estoy hecho para producir’. Arranqué con música electrónica. A los 15 años, en el 2017, cuando explotó el trap en Argentina, dije ‘listo es el momento’“, se sincera.

Pasaporte en mano

En diálogo con El Planteo, Lautaro López cuenta que sus viajes a la Argentina se habían vuelto más recurrentes, y en aquellas visitas fue que se dio cuenta de que en el país vecino la oferta de estudios para producir música era de lo más variada.

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“Me acuerdo patente, durante una Navidad con mi familia, que yo estaba buscando estudios y di con FIM Records. Les hablo por Instagram, cambio unos guaraníes que tenía ahorrados y alquilé el espacio. El día antes de ir al estudio me di cuenta que no tenía una canción armada. Me puse a buscar beats en Internet y escribí la letra en una libretita. Al otro día llevé todo y grabé. Fue todo muy natural. No sabía cómo hacerlo, pero se dio”, reflexiona.

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Era el momento para desempolvar algunas de las canciones que tenía escritas desde su adolescencia en Paraguay, y que hasta ese momento nunca se hubiese imaginado que alguna vez iban a convertirse en sus primeros singles para subir a Spotify: “De chico escribía poesía, frases. Tenía mucho material guardado y decidí expresarlo en la música. Entonces abandoné la idea de producir y me decidí por ser cantante”.

Apenas arrancó a producir canciones, Lautaro dio con uno de los músicos que se convertiría en uno de sus aliados más importantes para abrirse paso en la escena nacional trapera. A partir de una jugada online de Fortnite fue que se cruzó a Nissa, el músico oriundo de Morón con el que al día de hoy lleva grabada casi una docena de canciones.

“Lo vi en línea y empezamos a hablar. Después se armó un grupo de WhatsApp de músicos que jugaban Fortnite. Un día le hablé por privado y le dije que me gustaba su música y que me gustaría armar algo juntos. Y así fue que hicimos la primera colaboración llamada ‘Te Perdí’ que llegó al millón de reproducciones. Desde ahí sentí que nos conectamos mucho. Hoy es mi mejor amigo, es la persona con la que más disfruto hacer música. De hecho, para el nuevo disco que estoy haciendo colaboró en muchos temas”.

Argentina, tierra de oportunidades

El paso de los estudios a los escenarios terminó de definir si Lautaro tenía pasta para pegar el gran salto. Lo que en un principio era pánico escénico, después se convirtió en una euforia que usaría como combustible para calmar la ansiedad y dominar los conciertos.

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“El primer vivo fue hace 2 años en un bar cerca del Abasto donde no había más de 60 personas. Pero lo sentí como un estadio, tenía ganas de vomitar. Ahí me terminé de enamorar al 100% de la música porque en el vivo es cuando se termina de completar la canción. Recién con la reacción del público te das cuenta que la canción cumplió su ciclo”, confiesa.

Mientras disfruta su ascenso dice que le perdió el gusto a grabar música suelta, y entre sus próximos planes sigue latente la idea de armar un álbum conceptual, como los que solía sonar en su casa de Paraguay. Su próximo trabajo de estudio es “Lejos de Casa”, el cual tiene pensado presentar en La Trastienda.

A la hora de hablar de aquellos músicos que admira y que a la vez son colegas de la escena trap, se refiere a Duki como el artista que “rompió todo cuando pasó del trap al reggaetón” y define a Bizarrap como “un genio del marketing que entendió cómo dominar la industria”.

El artista que hacía trap hace tres años, ahora también hace otras cosas. Cumbia, pop, reggaetón, rock. Es una cuestión cultural de los argentinos, donde hubo artistas de la puta madre. No es algo del gen trap sino de los argentinos. Este es un país rico culturalmente”, expresó.

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El cannabis tiene mucha circulación entre los músicos de la escena, ¿cómo te llevas con esa parte del ambiente?

—Respeto mucho todo ese mundo. No tengo una relación muy apegada al cannabis. La mayoría a mí alrededor lo consume. Si lo usás con “buenos fines” te puede llegar a potenciar. Conozco gente que fuma y se activa y compone el mejor tema de su vida. Pero también conozco otra que fuma y se queda todo el día tirado sin hacer nada. Yo tengo mucha ansiedad y eso no me ayuda.

Fotos cortesía de Lautaro López.

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Enrique D. Fernández

ACERCA DEL AUTOR

Enrique D. Fernández cursó la carrera de Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Se destacó como conductor y columnista para diferentes programas radiales y podcasts. Supo formar parte de los sitios A Sala Llena y Metacultura como redactor de críticas y análisis sobre cine. También escribió artículos para las revistas Haciendo Cine, Cine Fantástico y Bizarro y Mavirock. Actualmente integra el staff de Revista Replay donde realiza investigaciones y notas dedicadas a la cultura gamer. También colabora con la editorial Cuarto Menguante participando en la publicación de libros abocados al cine de género.