EEUU: la Legalización del Cannabis Ha Sido un Éxito Rotundo a Nivel Estatal

Paul Armentano, Director Adjunto de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes sobre Marihuana (NORML) es el autor de este artículo de opinión, publicado por primera vez en OtherWords y que aparece aquí con permiso.

Ha pasado más de una década desde que Colorado y Washington se convirtieron en los dos primeros estados en legalizar el cannabis de uso adulto. En retrospectiva, cabe preguntarse: ¿esta política ha tenido éxito?

Absolutamente. Una política de legalización, regulación y educación es preferible a una política de criminalización, estigmatización y encarcelamiento.

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Seamos claros. La legalización no creó ni normalizó el mercado del cannabis en EEUU. El mercado ya estaba aquí.

Pero bajo la política de la prohibición, este mercado floreció en la clandestinidad y quienes participaban en él no tenían que rendir cuentas. No pagaban impuestos, no controlaban los documentos de identidad ni comprobaban la pureza de sus productos. Las disputas que surgían en el mercado ilícito no se dirimían en los tribunales.

En cambio, en muchos estados, gracias a la regulación, los productos del cannabis pueden adquirirse en tiendas minoristas a través de fabricantes autorizados.

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El cannabis se cultiva y los productos se elaboran de acuerdo a las buenas prácticas de fabricación. Los productos se analizan en laboratorio y se etiquetan como corresponde. Las ventas se gravan con impuestos y los ingresos se reinvierten en la comunidad. Desde 2014, las ventas al por menor de productos de cannabis de uso adulto han generado más de USD 15.000 millones en ingresos fiscales.

Y lo que es más importante, millones de estadounidenses -muchos de ellos adultos jóvenes- ya no son detenidos por poseer una sustancia que es objetivamente más segura que el tabaco o el alcohol.

Según los datos recopilados por la Oficina Federal de Investigación, el número anual de detenciones relacionadas con el cannabis en EEUU cayó de 750.000 en 2012 a 227.000 en 2022, el último año del que se dispone de datos.

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En resumen, estos cambios políticos a nivel estatal han permitido que innumerables estadounidenses se hayan librado de los antecedentes penales—y de las oportunidades perdidas que les acompañan— en la última década.

Y contrariamente a los temores de la oposición, el consumo de cannabis entre adolescentes no ha aumentado paralelamente a la legalización.

Según los datos facilitados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el porcentaje de estudiantes de secundaria que consumen cannabis descendió un 30% en la última década. Los datos de control de cumplimiento de California, Colorado, Nevada y otros estados con cannabis legal muestran que los minoristas de cannabis con licencia no venden productos a clientes menores de edad.

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Además, contrariamente a lo que afirma la crítica, los estados que han legalizado el cannabis no han experimentado ningún aumento de la psicosis ni de las enfermedades mentales.

Según los resultados publicados el año pasado en el Journal of the American Medical Association, los índices de solicitudes de asistencia sanitaria relacionadas con la psicosis no son más elevados en las jurisdicciones donde el cannabis es legal que en las que no lo es. Investigadores de la Universidad de Stanford también informaron el año pasado que quienes residen en estados donde el cannabis es legal no presentan niveles más altos de psicosis que los de los estados no legales.

La legalización también está consiguiendo desbaratar el mercado ilícito. Según una encuesta de 2023, el 52% de las y los consumidores que residen en estados legales afirmaron que adquirían sus productos de cannabis principalmente en establecimientos físicos. Por el contrario, sólo el 6% de las personas encuestadas dijo que compraba principalmente cannabis a un “dealer”.

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Un gran número de consumidores de estados no legales también informaron que viajaban con frecuencia a los estados legales vecinos para adquirir productos de cannabis en lugar de comprarlos a vendedores ilícitos en sus propios estados.

Doce años después del inicio del experimento de legalización del cannabis en los estados, el apoyo público a la legalización del cannabis en todo EEUU nunca ha sido tan elevado. Hasta la fecha, 24 estados han legalizado el mercado de uso adulto.

Ninguno de estos estados ha derogado nunca sus leyes de legalización. Esto se debe a que estas políticas están funcionando en gran medida como votantes y políticos pretendían — y porque son preferibles a la criminalización del cannabis.

Después de un siglo de políticas fracasadas y de “canna-intolerancia”, el veredicto está dado. La legalización es un éxito, y el fin de la prohibición del cannabis no puede llegar lo suficientemente pronto.

Vía Benzinga, traducido por El Planteo

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