¡Las Personas Sordas También Cultivan! Explorando la Diversidad de la Comunidad Cannábica

En toda comunidad hay una mezcla fascinante de personas que comparten un amor común, en este caso, por la planta de cannabis. A la vez, cada grupo social alberga una amplia diversidad de experiencias y perspectivas que enriquecen a un mundo en constante evolución. En esta ocasión, el viaje será el de conocer una parte de la comunidad cannábica, que a menudo permanece en silencio: las personas sordas.

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La cultura cannábica abarca una amplia gama de identidades, creencias y formas de vida. Pero es importante recordar que todos son parte de una comunidad que se conecta a través de una pasión compartida. Es esencial mirar más allá de las diferencias y encontrar formas de unión y de poder aprender unos de otros.

Rompiendo las barreras de la comunicación

Para comprender mejor la experiencia de las personas sordas en la comunidad cannábica, El Planteo conversó con Germán, usuario y cultivador de cannabis, y compartió su historia.

“Mi nombre es Germán, soy una persona sorda de nacimiento”, se presentó el entrevistado, que ha logrado encontrar su lugar en la comunidad cannábica.

Es importante que, como comunidad, se pueda incluir y comprender mejor las necesidades de las personas sordas, como de cualquier persona que tenga una condición diferente de lo que se conoce como “lo usual”.

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Entre 2019 y la pandemia de 2020 comenzaron a hacer visibles casos conocidos vinculados a trastornos de la salud mental, que dieron lugar a repensar cómo afecta esto a la gente. Durante la cuarentena, Germán comenzó a tener ataques de ansiedad con más frecuencia.

“Un amigo me sugirió probar cannabis para ver si mejoraba la cosa y el resultado fue positivo”, contó.

https://www.youtube.com/watch?v=DayDeMyd8QA

El cultivo, la alternativa viable de los argentinos

Germán relató que se inició en el cultivo por una cuestión económica: “Es bastante caro conseguir flores a través de dealers y mi idea era ser autosuficiente en eso”.

“Decidí cultivar en exterior e interior porque tenía jardín y galpón”, contó el cultivador.

Y siguió: “La verdad, fue una experiencia enriquecedora”.

Al principio, la idea de tener cannabis en la clandestinidad le produjo cierta inseguridad. Pero todo cambió cuando, al poco tiempo, el Ministerio de Salud impulsó el REPROCANN. “Me hizo sentir seguro esa legalidad”, reveló acerca de cómo empezó a cultivar.

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“Todo fue gracias a redes sociales como Instagram, Facebook y YouTube”, explicó Germán en relación al valioso aporte que le hizo la comunidad cannábica con “los tips básicos pero fundamentales”. Además, señaló que, con el tiempo, también aprendió muchas cosas gracias a lo que le enseñó la misma naturaleza a la que unx se enlaza, cuando se ocupa de su cultivo.

Educación y sensibilización

Hay un error que, sin darse cuenta, muchos cometen: asumir algo como cierto sin cuestionarlo, o sin prestarle la debida atención. En otras palabras, cuando alguien da las cosas por sentado, está dando por hecho que algo sucederá o que ciertas circunstancias permanecerán constantes sin considerar la posibilidad de que puedan cambiar.

Pero, ¿qué tiene que ver esto con las personas sordas?

Gabriela Kowal es psicóloga y se dedica a la psicoterapia con adultos sordos en lengua de señas. Además, pertenece a la Asociación CODA, que nuclea a todos los hijos oyentes de madres y padres sordos. “Soy hija de padres sordos y, yo particularmente, soy nieta de abuelos sordos. La lengua de señas es mi lengua madre. Crecí en la comunidad y tengo parte de su cultura”.

Kowal habló de la principal barrera que enfrentan las personas sordas: la de la lingüística. “No sólo basta con subtítulos o intérpretes, sino ‘pensar como sordo’”, contestó la profesional acerca de la falta de acceso a información.

Las personas sordas en la comunidad cannábica (así como en otras) llegan a quedar excluidas de muchos recursos sobre, en este caso, el cannabis. Los videos que carecen de subtítulos o intérpretes son sólo un ejemplo de todo lo que dificulta el acceso a las personas sordas. Esto es algo muy común, que incluso pasa en los eventos sociales en general.

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Para sellar estas diferencias, la psicóloga sugirió que, como comunidad, se tome una medida fundamental y tan fácil que parece una obviedad, aunque no lo es para nada: “Debemos pensar el mundo desde lo visual”.

“Para nosotros, los oyentes, el mundo es estrictamente sonoro y pensamos como oyentes”, explicó.

Ver la diversidad como una de las fortalezas de la comunidad cannábica, en lugar de dejar que persistan las diferencias, es parte de unir las vivencias para crear un espacio inclusivo que esté al alcance de todos y donde se sientan representados. Porque este es el único camino a la evolución como sociedad.

Para cerrar: un pequeño glosario visual de lengua de señas argentina y marihuana

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