Revelan el Mapa Genético Más Completo del Cannabis: Ahora Podemos Leer sus Secretos

• El genoma del cannabis es una mezcla compleja y dinámica: los “linajes puros” son una ilusión
• Los genes del THC y CBD están domesticados, pero otros compuestos siguen rutas genéticas mucho más diversas
• Este nuevo mapa genético permite una nueva era de cultivo, descubrimiento y desarrollo de la planta

A veces, para comprender verdaderamente el presente del cannabis, hay que ir hasta la raíz: su genoma.

Un estudio publicado en Nature, una de las revistas científicas más influyentes del mundo, acaba de presentar el pangenoma más completo del cannabis hasta la fecha. Y lo que revela transforma nuestra comprensión de esta planta.

Lejos de centrarse sólo en el THC, el CBD o la ya cuestionada clasificación entre sativa e índica, el estudio aborda cuestiones profundas: la estructura del sexo en el cannabis, la evolución de su ADN, la diversidad genética oculta y las bases moleculares de compuestos poco explorados.

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El Genoma del Cannabis: Diversidad sin Fronteras

La investigación analizó 193 genomas completos de plantas de cannabis: machos, hembras, cultivares industriales, variedades psicoactivas, poblaciones ferales y silvestres, provenientes de Asia, América, Europa y África. El resultado: un pangenoma que abarca toda la diversidad genética conocida de la especie.

Lejos de mostrar una estructura ordenada, el estudio revela que el cannabis tiene un genoma “mosaico”: una mezcla compleja y entrecruzada, producto de siglos de hibridación entre cáñamos industriales y variedades ricas en cannabinoides. Esta plasticidad explica por qué dos plantas visualmente similares pueden ofrecer efectos, aromas y composiciones químicas radicalmente distintas.

Cromosomas Sexuales: Complejidad sin Precedentes

Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es la caracterización de los cromosomas sexuales del cannabis, que están entre los más grandes y complejos del mundo vegetal.

La especie posee cromosomas X e Y altamente diferenciados, con regiones específicas de recombinación, genes duplicados y variaciones estructurales significativas. De hecho, se identificaron al menos dos versiones del cromosoma Y, lo que podría ayudar a explicar diferencias fenotípicas como el tiempo de floración entre plantas macho y hembra.

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THC y CBD: Genes Fijados por la Domesticación

En contraste con la variabilidad general del genoma, los genes que codifican para THC y CBD muestran una notable estabilidad: la mayoría de las plantas contienen una sola copia funcional, insertada en regiones específicas rodeadas por elementos repetitivos.

Esta homogeneidad es producto de un proceso de domesticación intensa. Los humanos seleccionaron y fijaron estos genes para asegurar altos rendimientos de los compuestos más buscados, como el THC. Sin embargo, otras partes del genoma permanecen en constante cambio.

Genes Saltarines, Inversiones y Variabilidad Oculta

Más del 68% del genoma del cannabis está compuesto por elementos transponibles: secuencias de ADN que pueden moverse de un lugar a otro. Estos “genes saltarines” generan mutaciones, duplicaciones e inversiones que, a lo largo del tiempo, crean nuevas combinaciones y posibilidades evolutivas.

Esta inestabilidad estructural, especialmente activa en las variedades de uso psicoactivo, podría ser una fuente clave de innovación para criadores y científicos interesados en rasgos como el aroma, la resistencia a plagas o el rendimiento.

THCV, CBDV y Otros Cannabinoides Raros

Si bien los genes del THC y CBD están relativamente conservados, otros cannabinoides menos conocidos —como THCV y CBDV— siguen trayectorias genéticas más complejas. En lugar de estar codificados por genes únicos, su producción está vinculada a redes de genes relacionados con los ácidos grasos, como ALT3, ALT4 y BKR.

Estas variantes presentan altos niveles de diversidad genética y parecen haberse originado, en parte, en poblaciones asiáticas o ferales. Para la industria, representan una frontera biotecnológica aún poco explorada.

¿Por Qué Importa Todo Esto?

Porque entender el genoma del cannabis no es solo una curiosidad científica: tiene aplicaciones concretas. Permite:

• Desarrollar cultivos más estables, potentes o personalizados
• Explorar nuevas familias de cannabinoides con propiedades terapéuticas
• Preservar la diversidad genética en un contexto de industrialización global
• Adaptar variedades a diferentes climas, ciclos de luz y desafíos agrícolas
• Y contribuir a desentrañar el verdadero origen evolutivo de la planta

El cannabis es una especie extraordinariamente plástica, cuya historia genética es tan diversa como su uso cultural. El nuevo pangenoma presentado por Lynch y colegas no solo redefine lo que sabemos sobre la biología de la planta, sino que abre un camino concreto hacia una genética aplicada, responsable y profundamente innovadora.

Entender su genoma es, hoy más que nunca, una herramienta para cultivar el futuro.