¿Sabías que un Controversial Político Boliviano Inspiró un Videojuego Súper Exitoso?

Mira hacia afuera de cuadro como si allí, en su curul de diputado, no hubiera nada. Pero hay: unos micrófonos, unos papeles, unos cables, un vaso de plástico de café sin café, unos muñecos de peluche. Dice un periódico boliviano: “El diputado Tata Quispe decidió llevar peluches a la interpelación del ministro Eugenio Rojas para recordarle que, cuando era alcalde Achacachi, permitió degollar perros en su municipio”.

No nos vamos a meter a revisarle la ropa interior a los hermanos bolivianos, ni a sindicar al tal Rojas de mataperritos (o sí, o no, o quién sabe, tal vez, nada que ver: cosa de ellos), pero sí hay algo que llama la atención: un diputado llevó unos peluches (dos) para problematizar sobre perros asesinados.

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“En su momento la gente quería al Tata porque denunciaba diferentes hechos de la política del país de formas creativas”, Edgar Cuenca Pérez, gerente general de la empresa VReality, responsable de El Viaje Astral, el videojuego del Tata.

Gaming político: el juego del Tata Quispe

El videojuego es, digamos, muy sencillo: el personaje, el siempre controversial Rafael Arcángel “Tata” Quispe Flores, tiene que ir saltando entre plataformas para llegar lo más lejos posible haciendo uso de power-ups que van apareciendo en el trayecto y representan alguna de las ocurrencias de su vida política.

“Llegamos a mostrarle el juego y lo probó, le gustó y lo agradeció. Aquellas veces tenía un equipo que manejaba la imagen del Tata Quispe y también lo compartieron”, recuerda Cuenca Pérez. Tata Quispe: El Viaje Astral es un (ultra) casual game, un arcade muy sencillo en la línea del Flappy Bird, en el que manejás a un pájaro y tenés que evitar golpearte con las tuberías.

Desde VReality encararon el proyecto en un momento de carga baja laboral y decidieron desarrollarlo “como un ejercicio” porque “el Tata Quispe estaba en tendencia y aprovechamos la oportunidad”. Como los Shitty Games en Argentina, VReality lanzó un juego coyuntural, que interpelaba a esa realidad, a esos quince minutos.

Innovación boliviana

Por caso, VReality es una empresa que se dedica al desarrollo de experiencias interactivas o videojuegos publicitarios o educativos. Fue de las primeras empresas en trabajar en tecnologías inmersivas como realidad virtual o aumentada en Bolivia y, actualmente, extendieron su influencia y trabajan para otros países del continente.

Sobre sus espaldas, el Jukumari, un videojuego independiente publicado en PlayStore que hasta se llevó algunos premios de desarrollo a nivel nacional. “Es un serious game que trata de concientizar la frágil existencia de este oso andino”, aclara el desarrollador boliviano.

Su país, por caso, tuvo un pico alto de desarrollo de videojuegos durante la pandemia. Incluso, tras ese momento de ebullición, se llevaron adelante exposiciones y convenciones. Ahora, dice Cuenca Pérez, se está “volviendo a rearmar todo con una nueva generación de desarrolladores más activa”.

Y sigue: “Hay varios grupos que se están formando pero hay muy pocas empresas legalmente constituidas y muy pocos juegos publicados a nivel nacional”.

Un fenómeno de descargas y calificaciones

Pero hablemos de Tata Quispe: El Viaje Astral: a la gente le gustó, lo bancó, lo compartió y obtuvo cerca de 50.000 descargas en apenas unos días, manejando un puntaje promedio de 4.3/5.0 con 1500 calificaciones. “Creemos que es novedoso aún ver personajes nacionales plasmados en algo interactivo”.

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En la actualidad, los desarrolladores de El Viaje Astral están trabajando con advergaming, juegos para stands en ferias o webs de diferentes empresas. “Después de tantos años haciendo pequeños juegos, creemos que ya tenemos la experiencia y las herramientas necesarias para lanzarnos a algo más ambicioso”.

—¿Les gustaría desarrollar un videojuego sobre algún otro personaje de la política boliviana? ¿Y del mundo, quién?

—No particularmente. El desarrollo del juego sobre el Tata Quispe fue muy circunstancial. En general, nos gustaría mucho más apoyar causas como a la que apunta Jukumari, de carácter ecológico y concientizador. Siendo así, nos parece que la quema de bosques en el continente, tanto en Bolivia como en lado de Brasil, podría ser una buena causa.

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