Argentina, Democracia y Cáñamo: Entrevista a Gustavo Álvarez, Socio Fundador de H.I.J.O.S. y Activista Cannábico

Publicación original: marzo 2023

Argentina produjo cáñamo hasta 1977, época en que recién comenzaba la última dictadura. Los militares tomaron el poder, lo usaron para asesinar y reprimir, y ya que estaban desmontaron los cultivos, que habían sido posibles gracias a la visión del General Manuel Belgrano.

Hoy, en un contexto donde ya se han otorgado licencias para importar semillas para avanzar sobre nuevos cultivos de cáñamo en el país, se conmemoran 40 años de la recuperación de la democracia.

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Por eso, El Planteo habló con Gustavo Álvarez, director del proyecto que obtuvo la primera licencia de importación, socio fundador de H.I.J.O.S. y padre de una de las víctimas de uno de los siniestros recientes en Altas Cumbres, en el que está involucrado Oscar González, presidente provisional de la Legislatura Unicameral de Córdoba.

“El cannabis es una planta más que activista, su semilla no se deja adueñar y eso abre camino a una mejor distribución y a no hacerla exclusiva de unos pocos”, explicó Álvarez, que es ingeniero ambiental y encabeza un proyecto que comprende cannabis medicinal e industrial.

Él será el encargado de viajar a Francia para traer las primeras tres variedades de semillas para iniciar el cultivo, cuyo objetivo será: “Generar un modelo de desarrollo socioeconómico sostenible a partir de la producción cannábica, tanto para uso medicinal como industrial, en el Valle de Traslasierra, Córdoba”, según dice el esquema de planificación.

Cómo se importarán a Argentina las semillas de cáñamo

El proyecto de Innovación Científica y Productiva “Oasis Cannábico” está orientado a trabajar con granjas comunitarias y con variedades de semillas ya inscriptas.

“Según la legislatura, para poder sembrar hay que tener variedades registradas”, aclaró el ingeniero que, acompañado de un equipo, se propuso empezar con el fitomejoramiento de tres variedades de cannabis industrial: una de fibra larga, una de fibra corta y una con doble propósito.

Serán importadas desde una cooperativa francesa dedicada a la genética cañamera y cada cultivo ocupará una hectárea por variedad.

Para que el plan avance, Álvarez tuvo que realizar la inscripción en el Instituto Nacional de Semillas (INASE), preinscribir las genéticas y obtener el certificado de importación, que le permitirá ser pionero en importar desde Europa. Generalmente, las semillas de cannabis se traen desde Colombia y Estados Unidos. Pero en el mercado aún no está tan instalado el cáñamo.

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El cultivo, por caso, será para elaborar materiales de construcción y alimentos.

Además de Álvarez y equipo, en el proyecto contribuirán 50 familias entre Nono, Luyaba y San Javier. “El cáñamo va a difundir la cultura cannábica. Son muchos los insumos que se pueden fabricar a partir de él y veía que no había tanto interés de empresas y particulares, para poder producirlo”, expresó el entrevistado, que afirma que la planta es una aliada para la agroecología, porque es fitoremediadora del suelo y será importante para combatir las sequías y apoyar la sostenibilidad del país. Se prevé, según las temperaturas, que iniciarán el fitomejoramiento de las semillas en agosto, para poner todo en marcha.

El cáñamo hace frente a los agronegocios y a los transgénicos

“Todos los intentos de transgenizar la semilla han fallado. Sólo existen híbridos de cruzamiento natural para tener mayores componentes medicinales”, reveló el ingeniero especialista en gestión ambiental. Para producir cáñamo no se necesitan agroquímicos, ni insecticidas, ni herbicidas, ni grandes cantidades de agua, porque es tolerante a la sequía.

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Desde el punto de vista de la militancia, este proyecto ha decidido ser cooperativo, no implica a grandes agronegocios, hasta la empresa por la cual se importarán las semillas es un grupo de productores europeos.

“Nos gusta consumir cannabis socialmente. Pero la realidad es que tiene muchos beneficios a nivel médico. Tenemos una responsabilidad en trabajar el cannabis. No necesita ser una empresa, la elaboración es bastante sencilla, nada cuesta hacerlo de manera higiénica, responsable y consciente“, expresó Álvarez, que también dejó claro que en el caso de Argentina casi no hay genética de cáñamo, porque cuando el último gobierno de facto lo prohibió, se levantó la producción y se borró del mapa cualquier genética y lo que se necesitaba para volver a introducirla.

Democracia argentina: H.I.J.O.S. y las secuelas del terrorismo de estado

“En el 84, tenía 12 años e iba al Taller Julio Cortazar, un lugar donde se empezaron a reunir hijxs de desaparecidxs, fusiladxs, exhiliadxs y presxspolíticxs, que surgió en Córdoba”, contó el entrevistado. Tiempo después, y ya más grandes, de ese grupo nacería la asociación H.I.J.O.S., en 1995.

Álvarez vivió muy directamente la última dictadura: “Tengo secuelas del terrorismo de estado, una de ellas es la hipoacusia”. Durante el gobierno de facto, él y su familia atravesaron situaciones de persecución y allanamientos. “Me tocó perder a mi viejo“, reveló sobre su padre, que fue fusilado en La Perla, uno de los centros clandestinos dónde operaban los militares.

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“Cuando fue el juicio de La Perla, mi viejo entró en la causa. Tuve que ser parte de la querella para que pudieran determinar al culpable de la muerte”, recordó el hijo de Carlos Álvarez, que ha militado por los derechos humanos a nivel internacional, sobre todo en Sudamérica.

Luego de vivir varios años en Perú, donde conoció a su pareja y a la hija, decidió volver a Argentina por sus convicciones: “Pensé que podría vivenciar mi vuelta con un proyecto sostenible. Mi militancia siempre ha sido en ese sentido, no en banderas políticas partidarias. La organización a la que hoy pertenezco defiende los derechos humanos y el medioambiente, algo que está ampliamente relacionado”, informó el entrevistado, cuya experiencia en agroecología no sólo radica en sus estudios universitarios, sino también en sus experiencias, como haber convivido en la selva de Chiapas con el Ejército Zapatista, donde estudió sus formas de producir.

El enfrentamiento con la justicia por el crimen vial de Altas Cumbres

El 29 de octubre del año pasado, la hija de la pareja de Álvarez iba a ver a la banda uruguaya El Cuarteto de Nos con una amiga y la mamá, cuando fueron embestidas de frente por un vehículo que manejaba Oscar Félix González, presidente provisional de la Legislatura Unicameral de Córdoba.

Sucedió en el paraje Niña Paula, saliendo de Mina Clavero. “González invadió el carril contrario en zona doble línea, la mamá de la amiga de mi hija murió, y mi hija quedó con una paraplejia. Desde entonces, vivo entre hospitales, clínicas y rehabilitación”, relató el entrevistado.

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Hace tan solo una semana se confirmaron que se harán pericias sobre el hecho ocurrido hace cinco meses. “Estamos esperando que la causa avance y se eleve a juicio”, deseó sobre algo que “le tocó” y aseguró que le hará frente: “No nos amedrenta tener que enfrentarnos a personajes como Gónzalez”.

Álvarez dijo que en cuanto supo quién estaba detrás del siniestro, no dudó y se contactó con el abogado que tienen en la asociación civil de Traslasierra, que lleva causas judiciales de violación a los derechos humanos. “A veces uno trata de buscar explicaciones, a por qué le pasan tantas cosas, qué más va a venir, cuándo se podrá hacer un poco de vida más tranquila. Pero, al fin y al cabo, son preguntas sin respuestas”, expresó.

Firme a sus convicciones

La previsión y el desasosiego de Gustavo Álvarez inspira y genera cuestionarse si uno está siguiendo realmente sus convicciones. Su pasión por la gestión socioambiental, su historia, o los “hechos del destino” lo han llevado a disputarse en contra de modelos dominantes avasallantes.

Así y todo, sigue avanzando en un proyecto en el que cree firmemente: “El cáñamo es una planta que da muchas respuestas inmediatamente, va a ser difícil desconocerlo, porque ni bien se pueda sembrar una hectárea va a quedar demostrado lo que puede hacer”.

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Personas como él no se encuentran casi nunca. Cuando sucede, hay que detenerse a escucharlas para conocer, aunque sea un poco, la lucha social que toca más de cerca a unxs que a otrxs. Le ha tocado vivenciar sucesos fuertes y todavía se ve entero y con ganas de seguir adelante con sus ideales porque, cómo él mismo dijo: “Los derechos humanos no empiezan ni terminan en lxs 30.000 desaparecidxs”.

Publicación original: marzo 2023

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