Don Carlos: el Legendario Bodegón Porteño de La Boca

Décadas antes del auge de la cerveza y la hamburguesa artesanales de Buenos Aires, y antes de que los bares hipster de estilo asiático fueran cosa común, Don Carlos ya estaba en la emblemática esquina de Brandsen y Del Valle Iberlucea, frente al estadio de fútbol de La Bombonera, sirviendo comidas caseras y tradicionales porteñas.

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Por la sencilla decoración, Don Carlos podría parecer como cualquier otro bodegón de barrio. Pero mira más de cerca, y descubrirás la historia y las deliciosas comidas dentro de esta institución gastronómica que en 2018 celebró su 50 aniversario.

Llevar adelante un restaurante en Buenos Aires no es fácil. Así que mantener un restaurante abierto durante medio siglo debería considerarse una hazaña notable. Don Carlos abrió en 1970, sobreviviendo a una dictadura, varias crisis financieras, una inflación interminable, y toda la locura política, social y económica que ocurre todos los días en Argentina.

El asunto es realmente familiar en Don Carlos, que es propiedad de la familia Zinola: Juan Carlos (Carlitos), su esposa Marta Venturini, y su hija Gaby. Carlitos se encarga de la fachada de la casa y la parrilla, mientras que Marta y Gaby tienen el control de la cocina.

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A diferencia de la mayoría de las cantinas tradicionales argentinas, probablemente no te darán un menú. Así es, has entrado en la casa de Carlitos, y se experimenta mejor cuando sucumbes a comer lo que él te recomienda.

Un cuadro de la artista Marta Minujín cuelga en el restaurante, y las fotos de lxs clientes habituales están esparcidas por la sala. Y no sólo lxs pibes del barrio: estamos hablando de personajes famosos internacionalmente y chefs locales, celebridades, políticxs y jugadores de fútbol (que probablemente nunca reconocería si no me lo hubieran dicho). Francis Ford Coppola dijo que este es su lugar favorito para comer en Buenos Aires. Y también lo hizo el célebre chef Francis Mallmann, que llevó a comer a sus amigxs, Anthony Bourdain (RIP TONY, eres el mejor) y Gwyneth Paltrow. (Carlitos dice que Gwyneth comió un bocado de su matambrito, flanco de cerdo a la parrilla – toma ESO, dieta GOOP).

No hay dos comidas en Don Carlos que sean iguales. Lxs comensales son saludados primero por Carlitos y se les pregunta por su nivel de hambre y qué les apetece comer.

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Luego, el resto depende de él y de la cocina, generalmente comenzando con una selección de aperitivos que pueden incluir tomates con ajo, matambre enrollado, empanadas, pimientos rojos asados, buñuelos, tortillas españolas, albóndigas y ensalada de atún. A continuación, las estrellas de la parrilla: carnes asadas como chorizos, morcillas, mollejas y bife de chorizo. Personalmente, mi favorita es la pasta casera de Marta: ravioles, sorrentinos, agnolotti y rotoli.

Marta es la madre ítalo-argentina que siempre quisiste. Cocina comida simple y deliciosa, de corazón y con una gran sonrisa en la cara. ¿Algún otro dato divertido sobre Marta? Le encanta ver el Food Network y se inspira en Ina Garten. #Ina+JeffreyForever<3

Resulta que una de las especialidades de la casa, el rotolo, comparte sus colores con la bandera italiana. Las hojas de pasta fresca se cubren con espinacas, luego se enrollan, se hierven, se cortan en trozos y se terminan en el horno con salsa blanca, un cucharón de salsa roja y queso para crear nidos similares a la lasaña.

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No aconsejo a nadie que cene solx en Carlitos. Es el tipo de lugar donde quieres probar tantos platos como sea posible, especialmente la pasta de espinacas rellenas de queso con tomates cherry y cebolla roja. Sencillo, fresco y muy bueno.

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**NOTA APARTE: Tengo una gran idea para una aplicación. Escúchenme. Una aplicación de comida de viaje para que lxs turistas solxs, amantes de la comida, se conecten con otrxs viajerxs amantes de la comida, para que puedan visitar restaurantes y pedir múltiples platos en el menú. Como un Tinder para restaurantes, sin las citas, ya que el enfoque central es la comida y no el sexo.

¿Quién puede decir que no a los postres de Gaby? Yo no. Cuando alguien te trae un hermoso flan Y una tarta de queso de maracuyá, mejor que le des un mordisco. O cinco.

“¿Cuánta gente trabaja en la cocina?”, les pregunté a Gaby y Marta. Se miraron y se rieron. “Sólo nosotras”, dijo Gaby. “Yo hago el turno de la comida, y luego mamá viene a cenar”. Si Carlitos es la cara del restaurante, Marta y Gaby son el corazón.

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Y sí, los precios son más altos que en otros bodegones casuales de la ciudad. Y no, éste no es un bodegón con un menú del tamaño de una guía telefónica que sirve cientos de opciones de platos a las masas. El lugar es pequeño, íntimo, lleno de clientes habituales y personajes excéntricos, y lo más importante, muestra a lxs comensales de qué se trata la comida ítalo-porteña. Espero que la familia Zinola mantenga su legado vivo por otros 50 años.

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Don Carlos
Brandsen 699, La Boca
De martes a sábado, de 12 a 16 y de 8 a 8, cerrado. Cerrado los días de partido de La Boca.
Teléfono: 4362-2433
Precio promedio por persona: $600-850 pesos
Sin sitio web, sin redes sociales

Vía Pick Up The Fork, traducido por El Planteo.