El Cáñamo Como Solución a la Crisis Climática: Revolucionando la Agricultura Regenerativa

El mundo tal y como lo conocemos está experimentando una época de grandes transformaciones. El cambio climático es considerado ahora una gran emergencia de salud pública por lxs principales científicos de todo el mundo. El mundo necesita un enfoque multifacético para combatir el cambio climático, y una forma importante de hacerlo es mediante un ajuste radical de las prácticas agrícolas.

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Según un informe de 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la agricultura es actualmente la mayor forma de uso de la tierra del planeta, ocupa el 40% de la superficie terrestre y es responsable del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La agricultura regenerativa es un sistema holístico de principios agrícolas que podría cambiar estas tendencias. Pretende rehabilitar y mejorar todo el ecosistema, en realidad “mejorando los recursos que utiliza, en lugar de agotarlos”.

La agricultura regenerativa es única en su capacidad tanto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como para capturarlas mediante el secuestro de carbono, que es la eliminación a largo plazo del carbono de la atmósfera. Cuando las plantas hacen fotosíntesis, toman dióxido de carbono del aire y lo transforman en carbono que la planta utiliza para crecer. El exceso de carbono creado durante este proceso se transporta a través de la planta hasta el suelo, donde puede alimentar a hongos y microbios, que a su vez proporcionan más nutrientes a la planta.

El carbono puede permanecer almacenado en el suelo durante miles de años, o puede liberarse a la atmósfera mediante prácticas agrícolas como el arado y la labranza, en las que el suelo se excava, remueve o remueve mecánicamente. El Proyecto Drawdown, una organización mundial de investigación que identifica, revisa y analiza las soluciones más viables al cambio climático, considera la agricultura regenerativa como una de las principales medidas que podemos tomar para garantizar un planeta en el que merezca la pena vivir en el futuro.

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El cultivo regenerativo de cáñamo ofrece la esperanza de un futuro mejor en medio de los desafíos y la incertidumbre a los que nos enfrentamos hoy en día. Desde la aprobación de la Ley Agrícola de 2018, se ha producido un aumento masivo del cultivo de cáñamo en EEUU. Aunque el mercado aún es incipiente e inestable, eso no ha impedido que miles de agricultores de todo el país planten sus primeros cultivos de cáñamo.

Entre esos agricultores, se encuentra un pequeño pero creciente grupo de valientes, compasivxs e inteligentes agricultores que están aprovechando la oportunidad de cultivar cáñamo utilizando los principios de la agricultura regenerativa, ya que el cáñamo es un cultivo especialmente adecuado para ello. Casi todas las variedades de cáñamo son naturalmente resistentes a plagas y depredadores. No es necesario utilizar los pesticidas nocivos que suelen emplearse en la agricultura industrial de monocultivo, lo que significa que las granjas de cáñamo se han convertido en paraísos para polinizadores como las abejas y pequeños pájaros y animales.

El cáñamo es un cultivo importante en el movimiento de la agricultura regenerativa por varias razones.

Raíces profundas: A pesar de ser un cultivo anual, sus raíces llegan profundo en el suelo, lo que ayuda a mantenerlo unido, reduce la erosión, y también lo afloja, permitiendo que plantas más delicadas crezcan después en la rotación de cultivos.

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Biomasa: Parte de la biomasa se cosechará para productos de CBD (que actualmente es el producto final más producido), y parte de esa biomasa volverá al suelo y se descompondrá, devolviendo nutrientes a la tierra.

Crecimiento rápido: El cáñamo crece con relativa rapidez, lo que lo convierte en una excelente cubierta vegetal, ya que las plantas bloquean fácilmente el paso a las malas hierbas. Mientras que la mayoría de los cultivos de cobertura no tiene valor comercial, el cáñamo tiene un valor de mercado relativamente alto, por lo que tanto el suelo como el agricultor salen ganando. Lxs científicos estiman que por cada tonelada de cáñamo cultivado se eliminan 1,63 toneladas de Co2, lo que lo hace ideal para el secuestro de carbono, incluso más que los árboles u otras plantas de tamaño similar.

Biorremediación: Es decir, el uso de plantas para descontaminar el suelo y el agua tras la contaminación industrial o tras años de acumulación de toxinas procedentes de la agricultura industrial. El cáñamo puede crecer fácilmente en suelos contaminados, absorbiendo metales pesados y toxinas en las propias plantas.

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Bajo consumo de agua: El cáñamo es una planta relativamente resistente, que necesita mucha menos agua que la mayoría de los cultivos. La alimentación y la agricultura son los mayores consumidores de agua, necesitando muchas veces más de la que necesitamos para uso personal. Hasta el 70% del agua extraída del suelo y de los ríos se destina al riego de productos agrícolas. En algunas partes de Estados Unidos, la agricultura amenaza literalmente con desecar ecosistemas enteros, por lo que los cultivos de bajo consumo de agua son esenciales para una agricultura ecológicamente sostenible.

Diversas aplicaciones: ¿Sabías que se conocen más de 50.000 usos o aplicaciones del cáñamo? Desde la medicina, la alimentación, los biocombustibles, la fibra, los materiales de construcción, el papel, los tejidos y la ropa, hasta un sustituto viable de los plásticos. Cada parte de la planta es útil.

El cáñamo cultivado de forma regenerativa ofrece a la humanidad la posibilidad de un nuevo futuro verde y hermoso. Puede parecer un sueño imposible desde nuestra posición actual, pero hace tan sólo una década era difícil imaginar que el cáñamo sería legal.

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Aunque no seas agricultor de cáñamo, puedes participar directamente en las prácticas de la agricultura regenerativa en tu propia casa, en el jardín, reduciendo las excavaciones innecesarias, añadiendo mantillo o materia orgánica compostada al suelo y utilizando cultivos de cobertura en el jardín (o plantas ornamentales que cubran el suelo) para reducir la erosión y mejorar la estructura del suelo. No sólo es bueno para el medio ambiente, ensuciarse las manos también es bueno para la salud.

Vía Honeysuckle Magazine, traducido por El Planteo

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