Celebridades y Psicodélicos: Matthew McConaughey Mimando Pumas y Más Viajes Increíbles

¿Mimar pumas en habiendo consumido peyote? ¿Recibir una paliza de una estrella de la televisión en medio de un trip de LSD? ¿Recoger a chicas que hacen dedo en un viaje de ruta cargado de alucinógenos? Estas no son escenas de la última comedia de Seth Rogen. Son anécdotas reales de viajes psicodélicos de celebridades, públicamente compartidas a lo largo de los años.

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Los alucinógenos han formado parte de Hollywood durante décadas, pero a medida que el estigma que rodea al LSD, la psilocibina, la mescalina y la ayahuasca continúa evaporándose y el movimiento de despenalización gana impulso, muchas celebridades están hablando por primera vez con franqueza sobre sus propias experiencias reveladoras con psicodélicos. Además de llamar la atención sobre los beneficios mentales, físicos y espirituales de las drogas, las historias que están compartiendo son simplemente salvajes. Aquí están los viajes psicodélicos más locos de celebridades que hemos escuchado.

El puma de Matthew McConaughey

En estos días, un retiro de celebridades parece incompleto sin animales salvajes y un viaje de peyote guiado por un chamán, pero cuando Matthew McConaughey visitó Real de Catorce, México, llevó las cosas al extremo. En sus memorias del 2020, Greenlights, el ganador de Oscars recuerda que caminó seis millas al amanecer mientras estaba drogado con peyote. Su viaje dio un giro inesperado al llegar a la casa de su chamán y encontrarse cara a cara con un puma en una jaula.

“Me acerqué al borde de la jaula y empecé a tener la idea de que iba a entrar en la misma frecuencia que este puma”, dijo McConaughey a Howard Stern mientras promocionaba su libro. Explicó que pasó unos minutos relacionándose con el gran felino antes de tener la “brillante idea” de meterse en su jaula. La feroz bestia le gruñó cuando se acercó, pero él se aproximó al animal lentamente y finalmente se sintieron cómodos el uno con el otro.

“Me dije: ‘Mantén la calma. Mantén la frecuencia'”, recuerda haber pensado McConaughey. “Dos horas después, ese hijo de puta estaba tumbado en mi regazo, ronroneando”.

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Al final, el actor salió ileso. Aunque recuerda haber tenido cierto miedo de que se lo comieran vivo, apostaba que el chamán ya le había dado al animal un desayuno completo. “Fui lo suficientemente inteligente como para saber que el puma no estaba hambriento”, dijo McConaughey.

Carrie Fisher se enamora de Paul Simon

El icono de Star Wars que encarnó a la Princesa Leia, Carrie Fisher, experimentó con una variedad de drogas durante gran parte de su vida. Aunque admitió que desearía no haber consumido opiáceos “más fuertes”, como la heroína, la actriz habló muy bien de sus experiencias con los psicodélicos hasta el final.

“Me encantaba el LSD. Era fantástico”, dijo Fisher a Rolling Stone en una entrevista del 2016, antes de compartir su trip favorito de todos los tiempos, que tuvo lugar en el desierto con su eventual marido, Paul Simon. “Mi abrigo se prendió fuego. Nos reímos de las llamas”, dijo. “La pasé muy bien con el ácido, los hongos y todas esas cosas. Formaba parte de mi vida cuando era muy joven”.

En otra salvaje aventura con el ácido, que relató en el documental de Netflix del 2020 Have a Good Trip: Adventures in Psychedelics, Fisher no tuvo que preocuparse de que su ropa se incendiara… porque no tenía nada puesto.

Mientras estaba de vacaciones en las islas Seychelles en el apogeo de su fama de Star Wars, recordó haber tomado LSD en una playa desolada y pintoresca. “Estoy ahí con mi cámara de cine Super 8 y estoy filmando a mi amigo”, dijo Fisher en el documental. “De pronto, siento que ha habido una ‘perturbación en La Fuerza’, y me doy la vuelta -y, por cierto, estoy topless– y hay un autobús lleno de turistas japoneses”.

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“Resulta que donde estamos es donde llevan a comer a todxs los turistas de los hoteles”, continuó. “Soy, creo que en ese momento, la princesa Leia de una manera profunda, y no estoy vestida”.

Shia LaBeouf se excede con el Método

La estrella de cine Shia LaBeouf llevó la actuación de método a un extremo poco aconsejable durante el rodaje del drama criminal del 2013 Charlie Countryman, dirigido por Fredrik Bond. En la película, el personaje de Shia viaja a Europa, se enamora, entra en conflicto con la ley y, en un momento dado, involuntariamente toma éxtasis. Para entender mejor el viaje de su personaje, LaBeouf se drogó a propósito con LSD mientras filmaba algunas escenas.

De todos estos viajes psicodélicos de celebridades, éste puede haber sido el que peor salió. LaBeouf y su director ya no estaban de acuerdo antes de que las drogas entraran en escena, y las cosas se pusieron físicas después de que LaBeouf tomara ácido.

“Justo después de ese viaje de ácido, lo ahorqué”, dijo LaBeouf a la revista Interview. “Mi entrenador me tuvo que separar de él”.

“[Bond] estuvo a punto de abandonar la película. Quería hacer una pausa para comer mientras yo estaba drogado. Yo le dije: ‘No podemos hacer un descanso para comer, estoy drogado'”, continuó LaBeouf. “Y todo se volvió una locura”.

Gary Busey y su jugo de pomelo

Gary Busey, un veterano de Hollywood, lleva décadas hablando abiertamente de sus experiencias con las drogas. Escribió un artículo sobre las consecuencias de la adicción, apareció como consejero en el reality Celebrity Rehab y hasta reveló que una vez pasó 25 minutos esnifando cocaína de su perro. Durante una entrevista del 2017 con Howard Stern, Busey también compartió uno de los viajes psicodélicos más graciosos de celebridades que hemos escuchado. A principios de los ’70, accidentalmente tomó alucinógenos mientras protagonizaba un episodio de Kung Fu.

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Busey recordó que se sentía deshidratado antes de una gran escena de artes marciales, por lo que la estrella del programa, David Carradine, le ofreció amablemente jugo de pomelo. “Me tomé un trago de jugo de pomelo y dije: ‘¿Qué tiene esto?'”. recordó Busey. “Y él me dijo: ’21 dosis de Clearlight [LSD]'”.

Aunque Busey no se enfadó con Carradine por haberle dado la bebida, el ácido sí afectó a su capacidad de actuación. “Me sentía como una mariposa en un traje de neopreno”, dijo a Stern, explicando que sentía que se movía y hablaba en cámara lenta. Por suerte, la escena de acción también se filmaba en cámara lenta.

“Carradine nos pateaba y golpeaba de verdad”, recordó Busey. “Me dijo: ‘Eso va a quedar bien en cámara lenta’. Y yo dije: ‘¡Ahora estoy en cámara lenta!”.

Las autoestopistas de Anthony Bourdain

“Me llamo Anthony Bourdain y me gusta mucho el LSD”, dice el famoso chef convertido en guía de viajes de la televisión durante su aparición póstuma en Have a Good Trip: Adventures in Psychedelics.

Bourdain, que falleció en el 2018, dijo en cámara que había hecho “como 500 viajes” a lo largo de los años. Uno de los primeros que recordaba implicaba un viaje por la ruta, un amigo con permiso de aprendizaje y un coche lleno de drogas. “Adquirimos… un montón de ácido, algo de porro, hachís libanés, ginebra Gordon’s, dos cajas de [cerveza] y también -esto es importante- algunos Quaaludes”, dijo Bourdain. “Procedimos a tomar muchas de las drogas, incluido el LSD”.

Poco después de tomar el ácido y salir a la ruta, el dúo se encontró con dos jóvenes autoestopistas. Las mujeres, que al parecer trabajaban como bailarinas exóticas, se subieron al coche sin pensárselo dos veces e invitaron a Bourdain y a su amigo a irse de fiesta a su habitación de hotel.

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“Las cosas empezaron a salir mal muy rápido”, relata Bourdain, que explica que lxs cuatro ingirieron todas las sustancias de su arsenal y que las drogas no tardaron en superar a una de las autoestopistas, Panama Red, que estaba modelando trajes de sus días de trabajo como showgirl en Las Vegas.

“De repente, Panama -mientras desfila- pone los ojos en blanco. Se desploma en el puto suelo”, dice Bourdain.

Como era de esperar, fue entonces cuando el viaje de Bourdain dio un rápido vuelco. “Está muerta y le dimos las drogas que la mataron”, recuerda pensar, mientras se preocupaba por la posible participación de la policía. Pero Panama Red no estaba realmente muerta. Simplemente se había adormecido durante unos minutos y la mente de Anthony, afectada por las drogas, le hizo temer lo peor.

A pesar de que ese viaje en particular dio un giro aterrador, Bourdain nunca se arrepintió de haber experimentado con los psicodélicos.

“¿Me hizo más inteligente? ¿Me iluminó? No lo sé, pero creo que me permitió desde el principio imaginar otro punto de vista, otra perspectiva. Creo que me hizo mejor persona, tanto en lo creativo como en todo lo demás“, concluyó el difunto chef. “Prefiero ser una persona que haya tenido eso en su pasado que alguien que se lo haya perdido”.

Vía Psychedelic Spotlight, traducido por El Planteo.

Foto de portada: All-Pro Reels from District of Columbia, USA, CC BY-SA 2.0, vía Wikimedia Commons; editada en Canva por Natalia Kesselman.