Chemsex en Argentina: Estudio Explica el Uso de Drogas en la Vida Sexual de los Jóvenes

• El uso de sustancias en un entorno sexual se denomina chemsex.
• Un equipo científico de Argentina realizó el primer estudio al respecto en la región.
•  Este fenómeno está poco estudiado, y eso lo hace un gran desafío en materia de salud pública.

Cuando hablamos de chemsex, nos referimos al uso de sustancias en un entorno sexual. Esta práctica ha resultado estigmatizada durante décadas, no sólo debido a la demonización de las personas que usan drogas sino por su percibida relación con la comunidad LGBT. La mayoría de las investigaciones que abordan esta práctica habla (negativamente) sobre varones homosexuales europeos que usan drogas como GHB y metanfetamina. En realidad, personas de todos los géneros y orientaciones buscan acompañar sus encuentros sexuales con sustancias de todo tipo.

Esto no es necesariamente peligroso ni negativo: el chemsex es un acto que implica intencionalidad y planificación. No obstante, sigue estando vinculado al uso de sustancias en un entorno sexual, y por ende no está exento de riesgos. Es por esto que se necesitan más investigaciones sobre el tema.

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Primer estudio de chemsex en Argentina

La Universidad Nacional de Córdoba y el CONICET juntaron esfuerzos con Revista Mate para llevar a cabo la investigación, encuestando a 786 jóvenes y adultos de entre 18 y 35 años de Argentina. El 50,3% había practicado chemsex en los seis meses previos. Por otra parte, 50,7% lo había hecho de 1 a 3 veces al mes, el 23% al menos una vez a la semana y el resto, menos de una vez al mes, según publicó Revista Mate.

A nivel local, la práctica se resume en tres sustancias: marihuana (82,8%), alcohol (68,6%) y MDMA (éxtasis) (37,5%). También aparece una predominancia del policonsumo (uso de dos o más drogas) en un 56,7% de las personas. Esto difiere a nivel internacional, dado que en otras regiones utilizan mayormente metanfetaminas, GHB/GBL (gamma-hidroxibutirato / gamma-butirolactona), mefedrona, ketamina y cocaína. 

Los principales motivos reportados entre los jóvenes argentinos para usar drogas en encuentros sexuales son incrementar el placer y la intimidad, además de aliviar estados emocionales negativos (ansiedad, miedo, tristeza, estrés). Esto último estaría relacionado con mayor consumo y más consecuencias negativas.

Por otro lado, las dos consecuencias más reportadas en los jóvenes encuestados fueron: relaciones sexuales sin protección (65% de los casos) y pérdida de control sobre la conducta de chemsex, como gastar más tiempo o dinero del planeado (55%). Otras consecuencias preocupantes incluyen lesiones sexuales, ataques de pánico o ansiedad, dificultad para recordar el encuentro sexual, y la necesidad de drogas para mantener relaciones sexuales.

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Algunas estrategias de reducción de daños implementadas van desde evitar compartir elementos sexuales o drogas, buscar información sobre las sustancias, hasta realizarse controles de ITS. Sin embargo, estas estrategias no son utilizadas por todos. Así se resalta la necesidad de estudiar el chemsex a nivel local, por lo particular de la cultura y el contexto argentino.

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