¿Cómo Es la Terapia Asistida con Ketamina?
Por Suzannah Weiss
“El gato está persiguiendo al ratón en el cobertizo de fuera de la casa”, murmuro. Esta frase sin sentido se torna inexplicablemente significativa mientras me reclino en un sillón de masajes, con los ojos cubiertos por antifaces.
“Vuelve a tu intención original: la imagen corporal. ¿Se te ocurre algo al respecto?”, pregunta el terapeuta.
“Que si me imagino todos mis rasgos positivos multiplicados por diez, y todos los negativos divididos por diez, eso es lo que ven los demás cuando me miran”.
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Estoy en el centro de terapia psicodélica Field Trip de Los Ángeles y estoy tomando ketamina, un anestésico tradicionalmente utilizado para las cirugías, que también resulta tener propiedades psicodélicas y que recientemente ha ganado atención como tratamiento de salud mental. La investigación ha sugerido que la ketamina puede proporcionar un alivio duradero para la depresión y la ansiedad e incluso para otros problemas como el dolor crónico.
Mi experiencia previa
Field Trip no es el primer lugar en el que he consumido ketamina. El año pasado, comencé mi viaje con este psicodélico disociativo en la Ketamine Healing Clinic de Los Ángeles, con la esperanza de reducir la ansiedad y los síntomas persistentes de la enfermedad crónica de Lyme, incluyendo la fatiga, la irritabilidad y el insomnio.
Por aquel entonces, realicé dos sesiones de ketamina a la semana durante tres semanas en la Ketamine Healing Clinic. Luego, las reduje a una vez a la semana durante un mes y, más tarde, acudí según mis necesidades.
En cada cita, el médico o la enfermera me administraban la ketamina por vía intravenosa, me dejaban en paz durante una hora y media (comprobando periódicamente que me encontraba bien) y luego volvían para una breve charla, quizá de cinco minutos, sobre lo sucedido.
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Después, en el trayecto de vuelta en Uber, le enviaba un mensaje de texto a mi acupuntora (con la que mantenía una estrecha relación) con todos los pensamientos que habían surgido durante el viaje. Creo que ella ni siquiera solía responder; era más bien para que yo tuviera ese registro de mi experiencia y la consolidara en mi propia mente. A menudo, me dirigía directamente a una sesión con ella o con un trabajador corporal después para hablar del viaje y reforzar cualquier curación física que hubiera logrado.
La mayoría de las clínicas de tratamiento con ketamina son así. Tienes el apoyo de un médico y/o una enfermera, pero la mayor parte de la integración de la experiencia ocurre por tu cuenta.
Mis viajes en Field Trip
Sin embargo, Field Trip adopta un enfoque diferente. Tienen psicoterapeutas en plantilla, que están contigo mientras recibes la ketamina y hablan contigo sobre la experiencia en sesiones separadas.
Después de inscribirme en el programa, con la esperanza de abordar la ansiedad y la depresión relacionadas con el COVID, tuve una sesión introductoria que no incluía ketamina con el terapeuta que me asignaron. A la semana siguiente, tuve una sesión de terapia asistida con ketamina y una sesión de terapia normal, y esa misma estructura se repitió la semana siguiente.
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Si bien algunxs pacientes con traumas graves siguen asistiendo durante seis semanas, el equipo decidió que mi tratamiento estaba completo después de dos semanas.
Durante las sesiones asistidas con ketamina, yo narraba mis viajes y el terapeuta intervenía de vez en cuando para darme un empujón en una dirección útil, de modo que, por ejemplo, abordaba los problemas de imagen corporal que me habían estado atormentando, en lugar de demorarme en imágenes abstractas de animales y similares.
Eso es lo que pasa con la ketamina: es realmente extraña y abstracta. Nunca fui capaz de darle sentido a muchas de las cosas que surgieron en la terapia. Pero nos centramos en lo que parecía tener una conexión más directa con mi vida. Por ejemplo, uno de los temas que surgía era mi dificultad para distinguir entre todas las voces que compiten en mi cabeza cuando intento tomar decisiones, así que hablamos de cómo averiguar a qué parte de mí misma debo escuchar.
Los pros y contras
Esperaba que combinar la ketamina con la psicoterapia fuera la forma más clara e intensa de hacerlo, pero en realidad vi los pros y los contras de ambos enfoques que experimenté. La ventaja del enfoque de Field Trip era que tenía un profesional que me ayudaba a procesar la ketamina de forma significativa mientras la tomaba. La gente a veces dice que la mejor manera de usar los psicodélicos es simplemente entregarse, pero a menudo saco más provecho de un viaje si puedo dirigirlo un poco, y eso es más fácil de hacer con la ayuda de alguien que no está intoxicado.
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Field Trip también me dio la oportunidad de explorar el viaje en profundidad desde una perspectiva psicológica, pero me pareció que el truncamiento de la terapia fue un poco chocante: el tratamiento terminó justo cuando empezaba a conocer al terapeuta y a rascar la superficie de cuestiones muy arraigadas.
En la Ketamine Healing Clinic recibí menos atención pero más libertad, gracias a su modelo más sencillo. Empezar fue un proceso menos complicado, se me permitió seguir yendo todo el tiempo que quisiera y tuve poder de decisión sobre la frecuencia de la terapia. Además, desarrollé una relación continua con la clínica. Y, como estaba procesando mis viajes con personas con las que ya trabajaba desde antes, como mi acupuntor, tuve un apoyo continuo de las mismas personas durante y después de mi tratamiento.
Conclusiones
Estas experiencias combinadas me enseñaron que la integración puede verse de muchas maneras diferentes. La psicoterapia es sólo una forma de hacerlo. Para mí, a veces la integración consistió en enviar textos atrevidos a mis intereses amorosos gracias al aumento de confianza que estaba experimentando, en explorar nuevos aspectos de mi sexualidad que surgían en los viajes y en escribir sobre las ideas que me surgían en un cuaderno. No siempre se trató de mirar dentro de mi psique; a veces solo tuve que mirar hacia fuera y avanzar.
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Mi consejo a otras personas que buscan diferentes tipos de terapia psicodélica es que, en última instancia, no importa el formato que elijas, tú eres el capitán de tu viaje de curación, y es tu trabajo evaluar qué modalidades de integración funcionan para ti. Incluso si el centro al que vas te proporciona la terapia, tendrás que pensar en lo que harás después.
Ninguno de los tratamientos con ketamina me ofreció cambios permanentes en el estado de ánimo o en la salud física, pero lo que sí hizo fue darme una perspectiva nueva y más positiva desde la que tomar nuevas decisiones. Y, en última instancia, son esas decisiones que tomamos después de una experiencia psicodélica las que determinan lo duradera e impactante que es para nuestras vidas.
Vía DoubleBlind, traducido por El Planteo.
Imagen vía Doubleblind
Publicación original: marzo 2021
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