Día Mundial del Alzheimer: ¿Cómo Puede Ayudar el Cannabis?

Existen diferentes tipos de demencia, como el Alzheimer (causa más común de demencia), demencia vascular, demencia con cuerpos de Lewy, demencia frontotemporal y mixta. Varios años después del descubrimiento de la enfermedad de Alzheimer, se instituyó el ‘Alzheimer Disease International’ (ADI) en 1984. En su décimo aniversario, la organización proclamó la creación del Día Mundial del Alzheimer en su conferencia anual en Edimburgo, el 21 de septiembre de 1994.

Las organizaciones de salud, médicos, personas que sufren de esta condición, los familiares y la sociedad en general, nos unimos para crear conciencia y empatía reflejando el apoyo ante esta epidemia, que es sumamente temida por la incertidumbre en cuanto a una cura.

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Pero, ¿qué es la demencia?

La demencia es el término general para denominar al deterioro grave cognitivo y de la capacidad mental que afectan las actividades diarias de una persona. Describe un alto espectro de síntomas que van desde el daño de la memoria hasta la pérdida de habilidades de pensamiento. Algunos tipos de demencia son generados por problemas de tiroides, deficiencia de vitaminas, accidentes cerebrovasculares y la enfermedad de Alzheimer, la más conocida, ocupando el 60% de los casos.

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo con cambios neuropatológicos característicos. Es una condición donde las neuronas de una persona se van degenerando, perdiendo la conexión y comunicación entre ellas y, como consecuencia, afectan el pensamiento, comportamiento y las emociones. Es progresiva e irreversible y es uno de los principales tipos de demencia que impacta en la población mayor. Afecta la memoria, el pensamiento crítico y pensamiento común, entendimiento de la realidad, comportamiento, el lenguaje, produce desorientación temporo-espacial, pérdida de objetos, cambios de estado de ánimo y pérdida de iniciativa.

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La demencia afecta, a nivel mundial, a unas 50 millones de personas. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Se calcula que entre 5% y 8% de la población de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento. Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. Este importante incremento se debe al fenómeno de envejecimiento poblacional al que nos enfrentamos.

Los síntomas pueden variar significativamente. Sin embargo, los principales son:

• Pérdida de memoria a corto plazo
• Capacidad para concentrarse
• Dificultad en el lenguaje
• Razonamiento y juicio fuera de lo común
• Trastornos en la percepción visual.
• Cambios en la personalidad
• Depresión
• Ansiedad
• Comportamiento inapropiado
• Paranoia
• Agitación
• Alucinaciones

Esta sintomatología va a estar directamente relacionada con la región particular del cerebro donde las células se han ido dañando; por ejemplo, en la condición médica de Alzheimer, los niveles elevados de ciertas proteínas dentro y fuera de las células cerebrales dificultan que éstas se mantengan sanas, incluyendo la región del cerebro llamada hipocampo, que es el centro del aprendizaje y memoria. Las células son las primeras en sufrir daños en este padecimiento.

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Para poder hacer un diagnóstico de demencia, los médicos se basan principalmente en antecedentes médicos, pruebas de laboratorio, exámenes físicos, cambios de pensamiento, funciones de comportamiento y actividades cotidianas.

También es necesario contar con estudios de imagen del cerebro como una Tomografía Computarizada (TC), una Resonancia Magnética Nuclear (RMN) o una Tomografía de Emisión de Positrones (PET/TC), entre otros.

Los principales factores de riesgo para el padecimiento de la demencia tipo Alzheimer son la edad y el género, ya que algunos estudios demuestran que es más frecuente entre mujeres. Otros factores de riesgo a considerar son, complicaciones cardiovasculares, diabetes mellitus, obesidad, sedentarismo, antecedentes de depresión de larga evolución y por último, factores genéticos. Sin embargo, no se conoce con exactitud la causa principal de esta enfermedad.

La demencia no solo afecta al paciente, también tiene repercusiones en familiares, amigos y cuidadores

El cuidado de pacientes con demencias es psicológica y mentalmente demandante. Un alto porcentaje (65% según estudios) de familiares y amigos que se encargan del cuidado de estos pacientes, tiene síntomas de ansiedad y depresión.  Mantener información adecuada sobre la naturaleza de la enfermedad y sus avances, puede ayudar a los cuidadores a disminuir los procesos de ansiedad ya que pueden equilibrar las expectativas, conocer los costos que generan los cuidados y prepararse para cualquier eventualidad.

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Con el tiempo las personas con demencia van necesitando ayuda con tareas cotidianas desde vestirse hasta tomar un baño. Es importante que las personas encargadas de cuidar a estos pacientes realicen ciertas técnicas, con el objetivo de facilitar el trabajo diario tanto a las personas que sufren del padecimiento, como a ellos mismos, reduciendo el estrés mutuo. Algunas sugerencias incluyen:

• Mantener rutinas establecidas en los mismos horarios todos los días. Como levantarse, vestirse, bañarse, comer, etc.
• Ayudar a las personas con demencia a hacer una lista de actividades y priorizarlas.
• Buscar actividades que disfrute el paciente y hacerlas de manera continua.
• Utilizar sistemas de recordatorio que ayuden a los pacientes a realizar ciertas actividades como tomar medicamentos, dormir, comer, etc.
• Permitir que el paciente intente vestirse solo y escoger ropa cómoda.
• Ser amable y respetuoso informando al paciente poco a poco sobre las actividades a realizar.
• Servir alimentos en un lugar familiar y constante. Dar tiempo y ser pacientes para que la persona se alimente de manera adecuada.

Es importante que los cuidadores aprendan a cuidar de sí mismos, llevando una buena alimentación y descanso, unirse a grupos de ayuda, llevar un proceso de ayuda psicológica, tomarse tiempo de recreación, ejercitarse, meditar y, en caso de necesitarlo, pedir ayuda a amigos, familiares o profesionales de la salud.

Fases de progresión de las demencias

-Fase 1– Leve (1 a 3 años): Se refiere al deterioro cognitivo leve. Pérdida de memoria episódica en la cual las personas olvidan eventos recientes, sin importar que hayan ocurrido 5 o 10 minutos antes. Percepción reducida del medio ambiente. No afecta sus actividades diarias, sin embargo, comienza a existir una pequeña desorientación de lo que lo rodea. Disminución en la concentración.

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-Fase 2– Moderada (2 a 10 años): Deterioro cognitivo moderado. Todos los aspectos de la memoria comienzan a fallar y se producen alteraciones en la función cerebral. Les cuesta trabajo expresarse y darse a entender. Pérdida de la capacidad de reconocer a las personas incluyendo aquellas con las que viven. No pueden realizar actividades cotidianas como vestirse o utilizar cubiertos. Aparecen rasgos psicóticos, embotellamiento o represión de emociones. Aspectos repetitivos llegando a la obsesión y cada vez más se vuelven más dependientes de sus cuidadores.

-Fase 3– Severa (8 a 18 años): Deterioro cognitivo severo. En esta fase el paciente presenta problemas cognitivos significativos y esto genera que necesite en menor o mayor medida supervisión en actividades cotidianas. Además, comienza a perder su autonomía y experimenta episodios de agitación y agresión. Se ven afectadas cada una de sus facultades intelectuales. Los síntomas cerebrales se agravan y pueden aparecer temblores y crisis epilépticas. Pérdida de respuesta al dolor, incontinencia urinaria y fecal; la mayoría de las veces los pacientes terminan en cama y con alimentación asistida.

Aún no se conoce una cura para los diferentes tipos de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer; sin embargo, con el tratamiento médico se buscará disminuir la progresión de la enfermedad, así como el control de sus síntomas a través de medidas farmacológicas y terapia psicosocial.

¿El cannabis medicinal puede ser un aliado para aliviar síntomas relacionados con el Alzheimer y las demencias?

De acuerdo con los resultados de ciertos estudios clínicos, los cannabinoides pueden ser coadyuvantes de las terapias convencionales para aliviar ciertos síntomas asociados con las demencias. Esto, siempre y cuando exista una supervisión médica, y se tengan claras las expectativas del tratamiento con cannabis medicinal, el cual se administra como complemento de las terapias tradicionales. Siempre es necesario hacer una valoración médica para determinar si el paciente es realmente candidato a utilizar tratamientos a base de cannabinoides en este contexto clínico.

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Los compuestos del cannabis pueden modular los síntomas y fisiopatología de la enfermedad de Alzheimer a través del sistema endocannabinoide, mismo que tenemos todos los seres humanos. Estos compuestos químicos de la planta de Cannabis sativa (cannabinoides) tienen un papel importante en la inflamación e inmunomodulación, principalmente uno de sus componentes, el cannabidiol (CBD), que con sus propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras llegan a tener un potencial terapéutico para el tratamiento o manejo de trastornos neuroinflamatorios como la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, no hay evidencia clínica sólida y de buena calidad que confirme que exista modificación en la progresión de la enfermedad con la administración de CBD.

Respecto al THC, se encuentra que tiene dos posibles funciones dependientes de la edad. En estudios preclínicos realizados en modelos animales de etapa adulta, pequeñas concentraciones pueden incrementar la memoria y la cognición, pero en altas concentraciones reduce estas funciones; por otro lado, en animales jóvenes cualquier concentración es perjudicial. Por tanto, este tratamiento con cannabis solo sería efectivo en personas mayores con problemas neurológicos como el Alzheimer.  El THC puede resultar beneficioso para el control de trastornos conductuales, sin embargo, los resultados proporcionan poca evidencia de eficacia para el efecto sobre la agitación en pacientes.

Los resultados en los estudios clínicos realizados sugieren que los productos de cannabis con predominancia de CBD podrían ser útiles para tratar y prevenir la enfermedad de Alzheimer, porque los componentes de CBD podrían suprimir los principales factores causales de esta. Además, se sugirió que usar CBD y THC juntos podría ser más útil que utilizar únicamente CBD y THC de forma aislada. Lo anterior requiere de más estudios clínicos en seres humanos que confirmen estas hipótesis.

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También, se ha observado que el CBD y THC brindan beneficios controlando algunos síntomas asociados con la demencia incluyendo ansiedad, insomnio, dolor, espasticidad y rigidez, por sus propiedades analgésicas, ansiolíticas y antieméticas. Sabemos poco sobre los efectos seguros y efectivos esta de la terapia a base de cannabinoides, sin embargo, nos muestra resultados prometedores para pacientes con síntomas refractarios.

Es urgente hacer un llamado a realizar más estudios clínicos para asegurar el consumo de cannabis en un ámbito clínico con grandes potenciales. En la medida en que los pacientes y las asociaciones de pacientes con demencia lo soliciten, existe una necesidad inminente de gestionar estudios clínicos para proporcionar pruebas más sólidas y asegurar el uso del cannabis medicinal en pacientes con esta difícil condición médica.

“Vale la pena reiterar que el cannabis medicinal no es la panacea, y tampoco sustituye a otros medicamentos, pero sí es un gran aliado en el tratamiento de distintas condiciones neurológicas. En el caso de las demencias, puede ser útil para el control de síntomas psicológicos y conductuales como la agresión y agitación que se observa en estos pacientes. Aunque todavía falta más investigación al respecto, el panorama es cada vez más alentador en el uso responsable del cannabis y con la adecuada supervisión médica por especialistas capacitados en su prescripción”, concluye la Dra. Mafer Arboleda.

Foto por RODNAE Productions vía Pexels

Publicación original: septiembre 2021

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