Sisters of the Valley: Conoce a las 'Monjas' que Cultivan Marihuana
Si bien no pertenecen a ninguna orden religiosa, la devoción de las Hermanas del Valle es incuestionable. También conocidas como las “monjas de la marihuana”, estas mujeres se dedican a cultivar cannabis y a vender productos medicinales derivados del mismo.
Con base en Merced, California, la organización trabaja desde el 2015 y está conformada por mujeres de todas las edades con un objetivo muy claro: compartir los beneficios medicinales del cannabis y lograr su legalización. Además, su meta es luchar contra un sistema médico que históricamente ha oprimido a la medicina holística.
Todos sus productos son a base de CBD, el componente no psicoactivo del cannabis. El CBD, a diferencia del THC, no produce efectos en la mente, pero sí es un poderoso analgésico y relajante corporal. En los últimos años se han realizado investigaciones cruciales en cuanto el uso del CBD para tratar muchísimas afecciones, como epilepsia, cáncer, artritis, estrés o depresión, entre otras.
Las Hermanas del Valle se rigen estrictamente por los ciclos lunares para su trabajo, ya que creen que esto aumenta los poderes curativos de la planta. Según ellas, las dos semanas siguientes a la luna nueva son idóneas para el desarrollo medicinal. De hecho, hasta venden más baratos los productos que no han podido crear dentro del ciclo correspondiente. Sus productos incluyen aceites, jabones, bálsamos, tópicos, tinturas y más.
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El Activismo como Voto
Al no ser monjas en el sentido estricto, no realizan votos católicos, pero sí tienen algunos propios. No a una religión o a un dios, pero sí a un estilo de vida en particular. Se comprometen a brindar servicios a la gente que sufre, a vivir con simpleza y a respetar la naturaleza y a los ciclos de la luna. También incluyen un voto de castidad, pero aclaran que esto no necesariamente implica el celibato. Uno de sus votos más importantes es el voto de activismo: las hermanas se comprometen a pasar varias horas por semana luchando por causas progresistas en sus comunidades. Estas causas no se limitan a las relacionadas con la marihuana, sino que también suman sus voces a luchas feministas y de igualdad social, entre otras.
Esto no resulta en absoluto sorprendente considerando que la fundadora de la organización, Sister Kate, se dedica al activismo desde hace una década. En el 2011, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos respondió a las preocupaciones de Michelle Obama sobre la salud de lxs niñxs declarando que la salsa de la pizza podía considerarse un vegetal. Entonces Christine Meeusen declaró que “si la pizza es un vegetal, entonces yo soy una monja”, y empezó a vestirse como tal en protestas. Formó parte del Movimiento Occupy en el 2011 y comenzó a ser apodada “Sister Occupy”. Habiendo abandonado su trabajo en el mundo corporativo, ahora es conocida como Sister Kate, y sigue usando el hábito para remarcar su compromiso espiritual con su actividad. También ha declarado que “necesitamos un nuevo tipo de monja”, ya que su modelo arcaico ya no funciona como debería.
Sister Kate y su socia, Sister Darcy, tienen como objetivo crear “empleos espirituales y honorables para mujeres”. Sus únicos requisitos son un fuerte compromiso social y ecológico, y el deseo de vivir y trabajar en comunidad. Luego de trabajar dos años, pueden decidir convertirse en Hermanas y tomar los votos. De las integrantes actuales, sólo una tiene antecedentes en la Iglesia Católica.
Una Vocación Antigua
Su modo de vida ha sido comparado frecuentemente con el de las beguinas. De hecho éstas fueron una gran fuente de inspiración para las monjas de la marihuana.
Las beguinas eran grupos de mujeres cristianas que surgieron en el siglo XII. Se dedicaban a las acciones de caridad, trabajaban independientemente y eran propietarias de tierras. También realizaban producciones literarias, no hacían votos y podían dejar la asociación cuando quisieran.
Además, sus prácticas medicinales y su rechazo a la Iglesia Católica hicieron que muchas fueran perseguidas y hasta quemadas en la hoguera. A las Hermanas del Valle no se les escapa esta comparación: saben que sus rituales, su misión y modo de vida las hubieran condenado a la hoguera hace un par de cientos de años. Por esto ponen tanto énfasis en las luchas sociales y aplauden la creciente diversidad cultural y de género en el ámbito del cannabis.
Fotos del artículo via Facebook: Sisters of the Valley.
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