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Cómo el Cannabis Puede Ayudar contra el Dolor Crónico

Cómo el Cannabis Puede Ayudar contra el Dolor Crónico

✍ 18 September, 2023 - 09:21


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Históricamente, el cannabis ha sido utilizado con fines medicinales desde hace miles de años; se ha administrado como analgésico durante el parto, para el dolor articular, convulsiones, trastornos psiquiátricos, entre otras condiciones médicas.

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A pesar de que la prescripción de cannabinoides con fines terapéuticos ha estado sujeta al marco regulatorio de cada país, las nuevas regulaciones han permitido un crecimiento exponencial en la investigación clínica relacionada con el uso de diversos compuestos de la planta de cannabis tales como el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD) en diferentes patologías tales como el dolor crónico.

Redefiniendo al dolor: la epidemia silenciosa

Uno de los trastornos que padecen los seres humanos en algún momento de su vida es el dolor. Después de cuatro décadas, en 2020, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés) redefinió al dolor como una “experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada a una lesión tisular real o potencial”.

Asimismo, la IASP estableció que, cuando el dolor recurre o persiste en el tiempo por más de tres meses, se define como dolor crónico. Además, se encuentra presente en diversas condiciones médicas, como el cáncer, fibromialgia, polineuropatía diabética dolorosa, hernias discales, artritis reumatoide, neuralgia postherpética, esclerosis múltiple, entre otras. Sin embargo, el dolor crónico se considera una enfermedad en sí misma.

Con un estimado por algunos expertos de que entre el 25% al 29% de la población mundial sufre de algún tipo de dolor crónico, podríamos hablar de que nos enfrentamos a una epidemia silenciosa. Sin embargo, estas cifras son muy variables, ya que hay datos que muestran rangos que van del 8.7%, de pacientes con dolor crónico, a un 64.4%. En general, el promedio es del 31%, con mayor frecuencia en mujeres. Adicionalmente, se ha estimado que, a nivel mundial, uno de cada diez adultos es diagnosticado con dolor crónico cada año. Esto lo convierte en un enorme problema de salud pública a nivel global.

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Foto por Joyce McCown vía Unsplash

Para saber cómo identificar el dolor crónico, la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) lo divide en 7 subcategorías: dolor primario, oncológico, postquirúrgico y postraumático, neuropático, cefalea y dolor orofacial, visceral, y músculo esquelético.

Al ser un fenómeno complejo y multidimensional, interfiere en diferentes esferas de la vida del paciente. Ejemplo de esto son las relaciones interpersonales, familiares, de pareja, laborales, afecta la capacidad de concentración, su funcionalidad… En general, su calidad de vida se ve afectada, generando aislamiento e impactando de forma directa en la estabilidad emocional de quienes padecen esta difícil condición médica.

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Entre los síntomas asociados o secundarios que presentan algunos pacientes con dolor crónico se encuentran: insomnio en el 70%, ansiedad en el 30-80%, depresión en el 55% de los casos, y anorexia (falta de apetito) en un 15%.

Tratar el dolor crónico: una estrategia multimodal

El tratamiento consta de una estrategia multimodal que busca controlar la intensidad del dolor y mejorar los síntomas secundarios asociados. Con base en el tipo de dolor que se experimenta, ya sea nociceptivo (causado por una lesión en los tejidos del organismo) o neuropático (consecuencia directa de una lesión o enfermedad del sistema somatosensorial), se van a utilizar medidas farmacológicas. A saber: opioides, acetaminofén (o paracetamol), antiinflamatorios no esteroideos (AINE), antidepresivos, antiepilépticos, entre otros medicamentos. Para complementar el tratamiento se emplean también medidas no farmacológicas. Por ejemplo, fisioterapia y ejercicio, terapia psicológica (como terapia cognitivo-conductual), meditación, mindfulness, acupuntura, hidroterapia, manejo intervencionista del dolor, entre otras. Todas estas medidas se complementan a través de un entorno multidisciplinario.

En algunos casos, es posible observar que la administración de opioides produce efectos terapéuticos parciales o limitados. También puede generar ciertos efectos secundarios como náusea, vómito, estreñimiento, entre otros. Asimismo, existe el riesgo de desarrollar el ya conocido potencial de “adicción” (denominado médicamente trastorno por consumo de opioides). Por otro lado, la prescripción a largo plazo de fármacos como los AINE conlleva a complicaciones y efectos catastróficos. Algunos de estos son: sangrado de tubo digestivo, enfermedad renal crónica y complicaciones cardiovasculares.

Por esta razón, con el fin de ofrecer otras opciones terapéuticas que complementen de forma segura el manejo multimodal y la estrategia multidisciplinaria del dolor, el cannabis medicinal es una herramienta que puede ser de gran ayuda al tratar el dolor crónico.

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Antes de iniciar un tratamiento con cannabis medicinal, es indispensable realizar una valoración completa al paciente. La misma debe incluir todos sus antecedentes personales patológicos y no patológicos, exposición previa a cannabinoides, tratamientos previos y actuales (farmacológicos y no farmacológicos), examen físico completo, determinar que no haya contraindicaciones relativas y/o absolutas para terapia con medicamentos con base en cannabis, y evaluación objetiva.

Cuando el paciente es candidato para recibir terapia con cannabis medicinal, es fundamental definir cuáles son los síntomas principales a controlar. Así se podrá decidir qué tipo de ‘chemovar’ o formulación de cannabinoide (ejemplo, THC, CBD, o ambos) debe consumir de manera específica. Por ejemplo, un producto rico en CBD puede ser suficiente para mejorar la ansiedad del paciente; consecuentemente, de forma indirecta, podría producir una mejoría en la intensidad del dolor, calidad de sueño y estado emocional. En otros casos, puede hacer falta agregar un poco de THC al tratamiento para lograr optimizar el efecto analgésico. De hecho, la evidencia clínica actual sugiere que el THC tiene un mayor impacto para el control del dolor crónico. La mayoría de los estudios realizados en pacientes con dolor crónico neuropático han sido con productos ricos en THC administrados por vía inhalada.

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Por otra parte, así como ocurre con fármacos como los opioides y gabapentinoides (ejemplo, pregabalina), la administración de productos enriquecidos en THC puede producir efectos secundarios. Po ejemplo: mareo, somnolencia, boca seca, ansiedad, euforia, paranoia, taquicardia, dolor de cabeza, visión borrosa, entre otras. De igual manera, el consumo de productos donde predomina el CBD puede producir somnolencia, boca seca, diarrea, fatiga, dolor de cabeza leve e hipotensión. Es importante resaltar que muchos de estos efectos adversos son leves a moderados. Es decir, que no tienen impacto en la funcionalidad del paciente, y no es necesario suspender el tratamiento con cannabis medicinal.

El uso de tratamientos a base de cannabinoides deber de ser siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud especializado en esta terapia médica. También se debe de enfatizar que el cannabis medicinal no es la panacea ni va a eliminar por completo el dolor; simplemente será un aliado en el control de síntomas, en la mejoría de la funcionalidad y de la calidad de vida de quienes lo padecen.

Por Dra. Mafer Arboleda, editado por El Planteo.

Foto por VAZHNIK vía Pexels

Publicación original: noviembre 2021

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Médica anestesióloga con especialidad en medicina del dolor y cuidados paliativos, la Dra. Mafer descubrió su vocación tras la pérdida repentina y violenta de un familiar en su Cali natal, marcada por las características de la violencia vivida en Colombia en los 90´s. Así, decidió estudiar medicina (en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá) para poder ayudar a miles de personas a no sentir dolor y a tener la mejor calidad de vida ante dolencias crónicas o en su camino hacia la muerte.

Después de realizar su especialidad en anestesiología y el curso de alta especialidad en medicina del dolor y cuidados paliativos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, completó un Fellowship clínico en anestesia para cirugía de columna y manejo intervencionista del dolor en la Universidad de McGill y el Hospital General de Montreal, en Canadá. Finalmente, realizó estudios postdoctorales de investigación en Cannabis Medicinal y Cuidados de Soporte en Cáncer en la Universidad de McGill y Santé Cannabis, clínica líder y especializada en cannabis medicinal en Canadá. Allí, tuvo la oportunidad de atender a cientos de pacientes, realizar protocolos de investigación clínica, y comprobar de primera mano los beneficios y usos que podía tener el cannabis medicinal directamente en sus pacientes. En la actualidad, es una experta en los usos, investigaciones, verdades y recomendaciones del cannabis medicinal, a la par que continúa con su práctica privada de anestesiología, manejo del dolor crónico y cuidados paliativos.

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