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¿La Marihuana, es Adictiva?

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¿La Marihuana es Adictiva? La Diferencia entre Adicción y Dependencia

Por El Planteo

¿La Marihuana es Adictiva? La Diferencia entre Adicción y Dependencia

✍ 17 October, 2022 - 10:51


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Empezó como una ayuda para dormir.

Durante años tuve problemas para conciliar el sueño. Recuerdo vacaciones familiares con mis padres, despertándolos a cualquier hora de la noche, quejándome de que ya había contado todas las ovejitas y aún no me podía dormir. En la secundaria, tomé jarabe para la toz durante mucho más que las dos semanas recomendadas. Hice lo mismo con todos los somníferos disponibles en el mercado que no necesitaban receta. Por supuesto, nunca quise desarrollar ninguna dependencia. Así que en la facultad, me entusiasmé al descubrir algo que funcionaba y que, según entendía, no era adictivo: el cannabis. Era como un vacío legal perfecto. Dormía tan bien luego de fumar con mis amigxs a la noche que por fin lo implementé a mi rutina de sueño.

Pero lo que al principio fue un alivio bienvenido lentamente se transformó en un hábito inconveniente. Si me iba a dormir a lo de mi novio, guardaba mi provisión con mi cepillo de dientes. Elaboraba intrincados planes si sabía que iba a viajar y no iba a poder conseguir porro. Al final, me tuve que preguntar si mi consumo constante de cannabis estaba prolongando (o hasta exacerbando) mi habilidad para dormir. Y más importante aún, si iba a ser capaz de parar.

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Durante años, hemos confiado en la tentativa y raramente investigada alegación (¿o mito?) de que la marihuana no es adictiva. Pero con la accesibilidad al cannabis cada vez más fácil, con productos nuevos diseñados para acompañar cualquier actividad en cualquier momento del día, y el surgimiento de grupos de Marihuana Anónimos en Estados Unidos, es difícil seguir creyendo ese mito. Hay un neurocientífico que ha dedicado más de 20 años de investigación a determinar cuánto tiene de verdad esta afirmación. Hablamos con el doctor Daniele Piomelli, jefe del dinámico instituto de investigaciones Centro para el Estudio del Cannabis de la Universidad de California, Irvine, para que nos cuente sobre sus descubrimientos sobre cuán adictivo puede ser el cannabis y si lo es en absoluto.

Adicción o dependencia: ¿Cuál es la diferencia y cómo influye el cannabis?

Antes de responder mi pregunta original, Piomelli enfatizó la diferencia entre dependencia y adicción, para luego avanzar sobre el tema del cannabis. Según Piomelli, “la adicción es cuando se pierde el control cortical,” lo cual significa que la corteza prefrontal de tu cerebro ya no controla tu capacidad de decisión. Es un desorden cerebral crónico en el cual se experimenta la pérdida del control voluntario. Desemboca en comportamientos habituales, peligrosos y dañinos más allá de cuál sea el vicio (el juego, por ejemplo).

La marihuana no es adictiva según la definición médica, según la cual la persona ya no tiene control de su corteza frontal. “No creo que exista una adicción real con el cannabis, en el sentido de que (jamás llegaría al punto de decir) ‘O me das mi porro o te mato’”. En las adicciones, “existe un ansia, un anhelo intenso por la sustancia”. Con el cannabis, no necesariamente ansiamos físicamente la droga. Ciertos estudios muestran que esta es una distinción importante entre la adicción conductual y la adicción a la sustancia.

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El cannabis puede, sin embargo, crear dependencia. Según Piomelli, “La dependencia es el estado en el cual el organismo se adapta al uso continuo de una sustancia en particular, y la homeostasis de dicho organismo cambia para incorporarla”. Mientras es importante entender la diferencia entre adicción y dependencia, “el hecho de que el cannabis puede no causar una adicción real no significa que la dependencia que causa tiene que ser tomada a la ligera”.

La dependencia es un estado en el cual el organismo se adapta. Entonces, “si fueras a dejar de consumir una sustancia a la cual tu cuerpo se ha adaptado, el organismo se encontraría en una posición extraña. Por lo general, eso conlleva una serie de síntomas. Por ejemplo, si tomas medicación para controlar la presión sanguínea alta y te detienes, vas a ver un aumento en la presión. Esto aplica para la mayoría de las medicaciones, ya sean psicoactivas, esteroides, o antiinflamatorias. Este estado de dependencia es lo que ocurre con el cannabis”.
Es por esto que cuando sacas al cannabis de la ecuación, experimentas síntomas similares a la abstinencia. Según Piomelli, “el momento en que un individuo experimenta abstinencia es incómodo. La abstinencia de cannabis no es tan seria como la de otras drogas, como por ejemplo los opioides, pero se puede poner feo”. Pueden aparecer irritabilidad, pérdida de sueño y de apetito, disforia del ánimo, entre otros. “Todos esos síntomas duran un tiempo, y son un fuerte motivador a continuar el consumo”.

Lo básico de la dependencia

Piomelli comenzó sus investigaciones hace más de 20 años con la suposición común de que el cannabis no creaba un hábito. “Por ese entonces, se hablaba de tal o cual factor psicológico, pero la evidencia era débil. Ahora, con el trabajo de varios laboratorios en todo el país, existen fuertes evidencias de que el uso intenso de cannabis, particularmente si se empieza en la juventud, causa un estado de dependencia que debe ser combatido, hay que pelear contra él. No se puede parar un día y decir, bueno, ya está. Todo bien. Otro día. No”.

Para quienes sólo consumen los componentes no psicoactivos como el CBD, no hay mucha evidencia por la que preocuparse. Cuando le preguntamos si, en sus estudios, había encontrado que ciertos cannabinoides eran más adictivos que otros, contestó que “sólo el THC”. Esto es porque el THC es el único cannabinoide popular que se sabe que va directo al cerebro (por lo cual es psicoactivo). Otros cannabinoides (como el CBD) interactúan con tu sistema y receptores endocannabinoides en otras partes del cuerpo.

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Lo que Piomelli todavía duda es cuánta gente realmente corre el riesgo de volverse dependiente del cannabis. “Necesitamos mucha más información, pero hay un número dando vueltas: el 8%. El ocho por ciento de quienes consumen con frecuencia se convierten en dependientes”. Cuando preguntamos cómo se compara esto con otras sustancias que son adictivas, dejó en claro que la comparación hace quedar muy bien al cannabis. “La nicotina está en un 40% y la cocaína también. En una escala de 1 al 10 de generación de dependencia, la nicotina probablemente está arriba de todo (pero también tenemos mucha más información sobre la nicotina), mientras que el cannabis está por debajo”.

¿Hay gente más vulnerable a la dependencia al cannabis que otra?

El cannabis es como cualquier otra sustancia: se siente bien así que forma un hábito. Pero teníamos curiosidad de saber si, como con otras drogas, algunas personas son más vulnerables que otras al “desorden de uso de la marihuana”.

Le preguntamos a Piomelli qué pensaba sobre qué factores hacen la diferencia en cuanto a si alguien es particularmente vulnerable a la dependencia al cannabis. ¿Es el mismo grupo de gente vulnerable a la adicción otras drogas, aquella con predisposición genética a la dependencia o con trastornos psicológicos? Estuvo de acuerdo con que ciertos factores genéticos y ambientales pueden jugar un papel, además de variaciones individuales en el sistema endocannabinoide.

Pero para Piomelli la mejor manera de evitar la dependencia es tener un sistema de sostén social establecido. “Mi opinión (y es sólo eso, una opinión) es que la inmensa mayoría de los casos de abuso de drogas se puede explicar por la falta de una red social fuerte, particularmente con el cannabis y el alcohol”.

Como humanos, somos seres sociales. Por lo tanto, es pertinente sentir “recompensas sociales” con frecuencia: la liberación de dopamina que se experimenta al interactuar con otras personas. “Las especies sociales tienden a tener este efecto de recompensa social, así que se juntan en manadas. Esto es un efecto mediado por el sistema endocannabinoide”. Si te falta un sistema de apoyo social o una “recompensa social”, el cannabis compensa esa falta porque ese sentimiento ocurre dentro del sistema endocannabinoide.

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El sistema de recompensa social que está tan ligado con nuestro bienestar interactúa con el sistema endocannabinoide y está conectado con él. “Nuestro cerebro social se basa en neuroquímicos que son imitados por drogas particulares. Si nuestro cerebro social no se realiza, o no se satisface, el cannabis puede llenar ese espacio vacío”. Así que cuando necesitas una recompensa social y no hay dónde conseguirla, el cannabis ayuda a replicar esa sensación. Cuando una persona consume cannabis con este propósito (para combatir la soledad o reemplazar el sistema de recompensa social que es esencial para lxs humanxs) es significativamente más propensa y vulnerable a la dependencia.

Formar hábitos sanos con el cannabis

Antes de despedirnos, preguntamos a Piomelli si tenía consejos para evitar la dependencia.

“Siempre hay que cuestionarte tu uso. Ser consciente de tus acciones. Tener consideración y autoconocimiento, para poder ver cuando las cosas se ponen peludas. Con conciencia, se puede tomar la decisión de vivir con el hábito o combatirlo. Pero creo que esa es una decisión muy personal”.

En cuanto al cannabis, desarrollar la dependencia es un proceso muy largo que implica tomar la decisión consciente de consumir diariamente. Sin embargo, Piomelli sugiere espaciar el uso, ya que no existe un consenso científico en cuanto a cuánto uso prolongado se necesita para generar dependencia. “Solía decirle a mi hija, si sientes la necesidad de consumir, está bien. Pero intenta que no sea dos o tres días seguidos”. Para cualquiera que esté empezando a agregarle cannabis a su rutina, espaciar el uso no es una mala idea si se quiere mantener una relación sana con la planta.

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Si bien la dependencia al cannabis es un tema serio para Piomelli, no le preocupa tanto que la gente la consuma como le preocupa su posibilidad de ser estudiado. En los Estados Unidos, el cannabis sigue siendo una droga de Lista 1 de peligrosidad de la DEA, a pesar de que otros cannabinoides están más abajo en la lista (y no se puede estudiar a los cannabinoides sin cannabis). Esto dificulta el estudio de la planta, y hace que sea casi imposible estudiar los productos en el mercado del país.

Foto por Javier Hasse. Bordado por La Pavada.

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