EEUU: Es Oficial, Trump Ordenó Reclasificar la Marihuana (Pero Ojo, Hay una Trampa)

Por David Downs

El cannabis se encuentra ahora en medio de un inusual cambio de rumbo federal. El presidente Trump firmó hoy una orden ejecutiva que ordena al gobierno federal trasladar la marihuana de la Lista I a la Lista III. Esta medida, que señala el reconocimiento formal del uso medicinal, aún requiere la implementación de la agencia para su plena vigencia legal. Quienes la apoyan la consideran una adaptación a la realidad médica, que ya debería haberse hecho esperar. Los críticos advierten que podría ampliar el control federal sobre una planta que sigue siendo ilegal según la legislación nacional.

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Reunidos en el Despacho Oval, el presidente ordenó a la fiscal general Pam Bondi que trasladara la marihuana de la Lista I a la Lista III. Esta es la primera vez desde 1970 que el cannabis ya no figuraría junto a las drogas consideradas sin valor médico.

“Hay gente que me ruega que haga esto. Gente que sufre mucho”, dijo el presidente, rodeado por representantes de empresas de cannabis y funcionarios de salud.

Incluido en la Lista I durante la administración de Nixon, el cannabis se definió legalmente como una droga con un alto potencial de abuso y sin uso médico aceptado. Otras drogas de Lista I incluyen la heroína, el LSD y el éxtasis.

En cambio, las drogas de Lista III se reconocen por sus aplicaciones médicas. Entre ellas se incluyen la ketamina, los esteroides anabólicos y productos como el paracetamol con codeína. El fentanilo, en particular, sigue siendo una droga de Lista II, a pesar de estar vinculado a 48.422 muertes por sobredosis solo en 2024. El cannabis, en contraste, no tiene un umbral de sobredosis letal conocido.

La opinión pública ha divergido durante mucho tiempo de la política federal. Aproximadamente el 69% de la población de EEUU apoya la legalización total del cannabis, y más del 90% apoya el uso médico. Veinticuatro estados han legalizado el uso adulto, los más recientes siendo Ohio y Delaware, mientras que 42 estados permiten el cannabis medicinal, incluido Mississippi.

¿Qué podría cambiar la Lista III?

Los efectos prácticos de la reclasificación siguen siendo inciertos. Los arrestos federales por marihuana son poco frecuentes: la aplicación de la ley se realiza principalmente a nivel estatal.

El impacto más inmediato podría ser financiero. Sacar el cannabis d Lista I eliminaría las sanciones fiscales impuestas por el código 280E del IRS, que actualmente impide a las empresas de cannabis deducir los gastos ordinarios. El impuesto infla artificialmente sus costos operativos. Estos mayores costos se trasladan al consumidor en forma de precios más altos para los productos de cannabis al por menor.

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“Este cambio probablemente también beneficiará a los usuarios de cannabis al resultar en precios generales más bajos para los productos al por menor, lo que los incentivará aún más a abandonar el mercado ilícito”, declaró el director ejecutivo de NORML, Paul Armentano.

Numerosas leyes federales están vinculadas específicamente a la condición del cannabis en Lista I, y afectan la legislación fiscal, el acceso a la vivienda, las protecciones laborales, la posesión de armas y más.

La reclasificación podría mejorar la capacidad de una persona para obtener una vivienda federal, mantener las protecciones laborales o acceder al cannabis medicinal a través de programas para veteranos. También podría fortalecer ciertas reclamaciones de compensación laboral.

Sin embargo, estas posibles ganancias conllevan importantes limitaciones.

Los críticos advierten que incluir el cannabis en la Lista III podría exponer al THC a una mayor supervisión federal, en particular por parte de agencias como la FDA, sin poner fin a la prohibición ni proteger los mercados estatales existentes.

El director ejecutivo del Marijuana Policy Project, Adam Smith, afirmó que la organización apoya la desclasificación en lugar de la reclasificación, junto con normas básicas de seguridad para el consumidor.

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“La Lista III es una postura transigente, inicialmente adoptada por la administración anterior, que buscaba dar la impresión de apoyar una reforma sin abordar realmente el problema”, declaró Smith. “Ciertamente, cualquier progreso es progreso”.

Temor a los titanes farmacéuticos

En la industria del cannabis, hay quienes temen que la Lista III pueda abrir la puerta al dominio de las grandes farmacéuticas. Sin embargo, la ley federal aún impone límites a ese escenario.

La investigación podría facilitarse con la Lista III, pero las empresas seguirían necesitando la aprobación de la FDA para medicamentos específicos derivados de fuentes de cannabis aprobadas por el gobierno federal. Las compañías farmacéuticas no pueden simplemente vender productos de cannabis de origen vegetal a través de farmacias.

“Ese material vegetal en sí mismo no va a ser un producto farmacéutico”, afirmó Smith.

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Varios medicamentos relacionados con el cannabis ya cuentan con la aprobación de la FDA, como Marinol (THC sintético), la nabilona y el Epidiolex. A pesar de su existencia, el mercado estatal de cannabis legal se ha convertido en una industria de USD 45 mil millones.

¿Puede Trump reclasificar el cannabis?

El presidente no puede reclasificar directamente una droga. Pero puede ordenarle al Fiscal General que lo haga.

Bajo la Ley de Sustancias Controladas, el Fiscal General tiene la autoridad para reclasificar sustancias. Históricamente, esa facultad se ha delegado a la Administración de Control de Drogas (DEA), que rechazó cinco solicitudes de reclasificación previas.

Si la Fiscal General Bondi procede, el cambio se publicaría en el Registro Federal y probablemente enfrentaría impugnaciones legales.

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El grupo anticannabis Project SAM ya ha instado a la oposición. En una carta del 28 de agosto a Bondi, 9 miembros del Congreso argumentaron que la reclasificación “enviaría el mensaje a los jóvenes de que la marihuana no es dañina”.

“Creo que esto quedará atrapado en litigios durante bastante tiempo”, dijo Armentano.

Los límites del simbolismo

Es probable que la Orden Ejecutiva le de energía a los partidarios de Trump que están a favor de la reforma del cannabis. Políticamente, la medida es en gran parte simbólica y refleja una realidad que el público conoce hace mucho tiempo.

“Es un reconocimiento por parte del gobierno federal de que la marihuana tiene valor medicinal”, dijo Armentano. “Las afirmaciones de que el cannabis presenta daños únicos para la salud, o que no es útil para tratar el dolor crónico y otras dolencias, ahora han sido rechazadas por las mismas agencias federales que anteriormente las perpetuaban”.

Este reconocimiento es el resultado de décadas de activismo e investigación, incluyendo testimonios de pacientes con cáncer, con epilepsia y otras personas que han recurrido al cannabis con fines terapéuticos.

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La reclasificación también podría influir en los debates sobre políticas estatales. Los legisladores que se oponen a la reforma ya no podrán citar la Lista I como justificación. El director político de NORML, Morgan Fox, afirmó que el respaldo republicano podría cambiar el panorama.

“El respaldo de una administración republicana a esta iniciativa probablemente animará a más legisladores republicanos, muchos de los cuales han respaldado en privado la reforma de la política sobre la marihuana, a hacerlo ahora públicamente”, declaró Fox.

El peso de la Lista I

Incluir el cannabis en la Lista I fue uno de los actos fundacionales de la moderna guerra contra las drogas. La designación tuvo consecuencias garrafales.

Los padres que usaban marihuana eran tratados como consumidores de heroína por los sistemas de bienestar infantil. Los bancos que prestaban servicios a empresas de cannabis eran vistos como organizaciones criminales. Millones de personas perdieron el acceso a la vivienda, la educación, el empleo o los servicios financieros.

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Para algunos, las consecuencias fueron fatales. La prohibición alimentó la violencia, los robos y los antecedentes penales a largo plazo que siguen influyendo en sus vidas.

Los activistas han argumentado durante mucho tiempo que la designación era política, no científica. Exfuncionarios de la administración de Nixon reconocieron posteriormente que fue diseñada para suprimir el voto de los jóvenes y las minorías durante la Guerra de Vietnam y la era de los Derechos Civiles.

Cómo llegamos aquí

En 2022, el presidente Biden ordenó la revisión de la clasificación del cannabis en la Lista I. El Departamento de Salud y Servicios Humanos concluyó que la ciencia moderna respaldaba la reclasificación, pero la DEA finalmente se negó a actuar.

La administración Trump ha adoptado un enfoque diferente, basándose en la autoridad ejecutiva en lugar de una revisión prolongada. Esta medida refleja una visión expansiva del poder presidencial y un alejamiento de la independencia del Departamento de Justicia.

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Trump respaldó públicamente la iniciativa de legalización en Florida durante la campaña del año pasado y aceptó donaciones de empresas de cannabis, como Curaleaf y Trulieve. Anteriormente, había planteado la reclasificación como una prueba.

El cáñamo ya cambió el tablero

La orden de reclasificación de hoy puede tener peso legal y simbólico, pero la legalización del cáñamo ya ha transformado el mercado.

Las flores de THCA se envían a todo el país. Las bebidas con Delta-8 llenan las estanterías en los estados donde está prohibido. En ese contexto, la reclasificación llega tarde, después de que la política federal sobre el cáñamo abriera silenciosamente las compuertas.

Sin embargo, para los activistas experimentados, incluso un movimiento parcial importa. “Pase lo que pase, la batalla por la reforma nacional de la ley del cannabis está lejos de terminar”, declaró Armentano.

Comentario de High Times: La reclasificación reconoce la realidad médica. No pone fin a la prohibición. La lucha por la despenalización y la legalización total del cannabis en EEUU continúa.

Vía High Times, traducida por El Planteo.

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