Prácticas Ancestrales: El Uso de Drogas Enteógenas en las Culturas Mesoamericanas

No es un secreto que una gran parte de la sociedad todavía cree en los tabúes en torno al uso de sustancias psicodélicas. Sin embargo, en las culturas precolombinas mesoamericanas, muchas sustancias psicotrópicas diferentes ya formaban parte del menú. Las drogas enteógenas no se utilizaban para el entretenimiento, sino más bien para diversas prácticas religiosas y medicinales, dada la falta de acceso a la medicina moderna para la comunidad. Resulta que varias de esas sustancias todavía se usan hoy en día con fines curativos similares en las comunidades indígenas.

¿Qué son las drogas enteógenas?

Los enteógenos son sustancias alucinógenas que tienen origen en plantas u hongos. Las drogas enteógenas han sido utilizadas por las culturas mesoamericanas y otras tribus indígenas durante miles de años, incorporadas a rituales y ceremonias con fines espirituales y curativos. Estas sustancias se usan con la intención de producir un estado alterado de conciencia.

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En los últimos años, se han llevado a cabo más estudios que han arrojado resultados prometedores en el ámbito de la medicina. Los hongos y plantas enteógenas tienen el potencial de sanar diversas afecciones de salud mental. Sustancias enteógenas como el LSD, el peyote, la ayahuasca y la ibogaína pueden utilizarse en intervenciones terapéuticas. El trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo, la ansiedad, la depresión y la adicción pueden tratarse con estas sustancias.

Los enteógenos pueden brindar consuelo y aliviar en gran medida el dolor crónico que algunas personas experimentan en casos de enfermedades terminales. También pueden estimular diferentes efectos en el crecimiento emocional, cognitivo, relacional y espiritual en una persona, que pueden ser útiles para la curación. Algunos ejemplos de los enteógenos más comunes incluyen cactus que contienen mescalina, hongos mágicos con psilocibina y LSD.

¿Quiénes formaban parte de las culturas mesoamericanas?

La cultura mesoamericana es un término que abarca a las civilizaciones indígenas que tienen características culturales comparables. Estas civilizaciones se desarrollaron en regiones geográficas específicas que incluyen los países modernos del sur y centro de México, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Belice, Honduras y Nicaragua.

Algunos de los grupos más conocidos que habitaron Mesoamérica son lxs aztecas, mayas, toltecas, zapotecas y olmecas, previos a la conquista y exploración española en el siglo XVI. Hablaban al menos 125 lenguas diferentes y los rasgos culturales que compartían eran su vestimenta, su comida, creencias religiosas y su calendario ritual de 260 días, que se utilizaba para predecir el futuro.

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Los hombres mesoamericanos usaban taparrabos y una capa si la necesitaban. Las mujeres confeccionaban la ropa, y su vestimenta consistía en un atuendo de falda y blusa o un vestido sin mangas y suelto. Lxs aztecas y mayas comían frijoles y calabaza, pero el alimento principal era el maíz, que se preparaba de diferentes formas, como tortas, atole y panqueques, que básicamente eran tortillas.

Lxs mesoamericanos también tenían un estilo arquitectónico muy similar: la mayoría de sus pirámides se coordinaban con características cosmológicas y astronómicas. Muchas de sus estructuras reflejaban su conocimiento de la astronomía y mostraban iconografía de dioses, animales y grandes reyes.

Hubo muchas civilizaciones indígenas diferentes en Mesoamérica que surgieron y cayeron con el tiempo. Hicieron avances significativos en ingeniería, matemáticas y arquitectura. Lxs mesoamericanos hicieron descubrimientos importantes sobre el mundo que los rodeaba y siguen inspirando a las personas en áreas como la ciencia, la astronomía y la salud mental.

Uso de drogas enteógenas en los rituales de las culturas mesoamericanas

Estas civilizaciones precolombinas utilizaban sustancias alucinógenas como parte de sus intervenciones divinas. Se descubrieron esculturas de piedra de hongos en el sureste de México y Guatemala que datan de hace 2.200 años. Estas estatuas son un testimonio de la profunda importancia de los psicodélicos en las culturas mesoamericanas. Las esculturas fueron enterradas en una tumba maya junto con otros objetos utilizados para moler maíz. Se cree que estas herramientas se usaban para preparar una bebida ritual de hongos. El consumo de hongos psicodélicos era parte de las prácticas religiosas en Mesoamérica.

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La ingestión y experimentación con psicodélicos se remonta a al menos 3.500 años atrás. Existe mucha evidencia etnohistórica que muestra que las civilizaciones mesoamericanas utilizaban sustancias alucinógenas para comprender el mundo que los rodeaba y as implementaban en prácticas religiosas y terapéuticas. La civilización maya era conocida por consumir hongos psicotrópicos, cactus y plantas que les proporcionaban efectos alteradores de la mente.

Lxs mayas bebían balché, que era una mezcla de extractos de la planta Lonchocharpus con miel. Una vez que hacía efecto, hablaban con los espíritus para obtener información sobre asuntos que les preocupaban, como enfermedades, mal tiempo, guerras, malas cosechas y cambios en la fortuna. Su objetivo era entrar en un estado alterado de conciencia como una forma de acercarse a los dioses y la naturaleza, así como para mejorar su propio desarrollo espiritual.

Lxs mesoamericanos tenían una jerarquía de sacerdotes que resultaba esencial para sus comunidades, ya que actuaban como intermediarios entre el mundo físico y espiritual. Poseían un profundo conocimiento, y se creía que viajaban de ida y vuelta entre ambos planos mediante el uso de psicodélicos. Los sacerdotes usaban diversas sustancias alucinógenas para emprender su viaje, una transición en la que el espíritu del sacerdote abandonaba su cuerpo y se trasladaba a los otros mundos celestiales para obtener nueva información y comprensión de lxs dioses.

Las plantas que alteraban la mente tenían una gran importancia en estas sociedades, ya que se creía que estaban conectadas con diferentes dioses. Cuando los sacerdotes ingerían estas plantas, lxs dioses hablaban a través de ellxs, cambiando la voz del sacerdote. En algunos casos, las sustancias se utilizaban para aliviar el dolor que las personas infligían a sus propios cuerpos a través de sacrificios personales.

Más sobre drogas enteógenas y culturas mesoamericanas indígenas

En México y América Central, estas civilizaciones indígenas utilizaban hongos psicodélicos sagrados, ya que les ayudaban a tener visiones y ver profecías, tanto buenas como malas. Los enteógenos también tenían otros usos, como el caso de la planta Toloache, conocida como la hierba del diablo y muy común en las culturas mesoamericanas. Se utilizaba para tratar el dolor y sanar heridas. Dicha planta también se empleaba en rituales y para prisionerxs durante sacrificios humanos debido a sus propiedades psicotrópicas.

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Varias ceremonias se realizaban en cuevas porque lxs mesoamericanos se sentían más conectados con el inframundo cuando consumían alucinógenos bajo tierra. Además, el set & setting de la ceremonia se preparaba extendiendo la duración de la música, el baile y el ayuno, ya que se creía que esto les ayudaba a comunicarse mejor con los espíritus.

¿Qué psicodélicos utilizaban lxs mesoamericanos?

Lxs aztecas, zapotecas, olmecas y mayas utilizaban el cactus alucinógeno peyote para curar heridas y tratar mordeduras de serpientes. El peyote también contiene mescalina, que se usaba por sus efectos psicotrópicos. Lxs mesoamericanos empleaban las semillas de ololiuqui porque algunas de las especies de esas semillas contenían alcaloides similares al LSD. También consumían al menos 54 especies diferentes de hongos mágicos. En México, casi todas estas variedades de hongos todavía existen.

Una sustancia peculiar utilizada en Mesoamérica provenía de sapos del género Bufo, cuyas glándulas salivales producían bufotoxinas. Aparte de ser una sustancia tóxica, las pieles de los sapos tenían efectos alucinógenos. Para potenciar sus bebidas alcohólicas, lxs mayas añadían pieles secas de sapos y tabaco a sus bebidas.

Además, los glifos e imágenes mayas precolombinos muestran que el Naab, o lirio de agua, era una de sus flores sagradas. Los lirios de agua se veían con frecuencia en sus murales, altares y pintados en cerámica. Se sabía que las raíces y bulbos de la planta tenían efectos alucinógenos si se comían o se fumaban. El Naab estaba vinculado a la muerte en la iconografía maya y también representaba el más allá y los dioses del inframundo.

Por otro lado, la cerámica maya representa escenas de diversos enemas. Sin duda, este arte representa los enemas rituales que se utilizaban en ceremonias de purificación y curación. Lxs mayas también usaban enemas para administrar sustancias alucinógenas en el cuerpo a través del recto. Era un método preferido para alcanzar una experiencia más intensa y rápida. Estos viajes se representaban a través de imágenes y símbolos.

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Numerosas sustancias psicodélicas derivadas de plantas y hongos aún son utilizadas en Mesoamérica por sanadores locales. Continúan empleándolas en rituales y ritos de iniciación. El descubrimiento de sus propiedades alucinógenas y curativas ha sido una inmensa contribución a la ciencia psicodélica.

A medida que se realizan más estudios clínicos, lxs profesionales de la medicina y científicos están comenzando a comprender los efectos de las drogas enteógenas en el cerebro y su capacidad para tratar la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y la depresión. ¿Debería haber más financiamiento para la investigación científica de los psicodélicos? ¿Puede la sociedad moderna aprender de las culturas mesoamericanas y adoptar sus prácticas holísticas?

Vía Reality Sandwich, traducido por El Planteo

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