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Cocaína: Todo lo que Hay que Saber

Por Reality Sandwich

Cocaína: Todo lo que Hay que Saber

✍ 29 January, 2024 - 12:57


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¿Qué es la cocaína?

La cocaína es un fuerte estimulante del sistema nervioso central, comúnmente utilizado como droga recreativa. Este alcaloide tropánico natural se encuentra en las hojas de la planta Erythroxylum coca. El género Erythroxylum contiene unas 200 especies, pero sólo 17 de ellas pueden utilizarse para producir cocaína. La planta de coca es originaria de las regiones de gran altitud de Sudamérica, México, Indonesia y las Antillas.

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Los laboratorios clandestinos convierten las hojas de coca secas (que contienen hasta un 1% de cocaína) en pasta de coca, que luego utilizan para crear pasta base (paco) y, en última instancia, clorhidrato de cocaína. Ésta es la forma en polvo que suele encontrarse en la calle y que suele esnifarse, aunque también se inyecta o se consume por vía oral. Éste puede convertirse en cocaína crack de base libre, que luego se fuma.

Su nombre científico es benzoilmetilecgonina y, coloquialmente, se la conoce como coca, merca, falopa, perico, blanca, nieve, bolsa, jale y tiro, entre muchísimos otros sinónimos.

Formas y métodos de consumo

La cocaína puede encontrarse en la calle en forma de sal o de base. Cada forma difiere en su producción, apariencia y modo de consumo.

Sales

Las sales se forman cuando el alcaloide de la cocaína, ligeramente alcalino, se extrae de las hojas y se combina con compuestos ácidos, como el ácido clorhídrico. La sal de clorhidrato es la forma más comúnmente encontrada en la calle. Es un polvo blanco y cristalino que se esnifa o se disuelve en agua y se inyecta. No se puede fumar, porque se degrada fácilmente con el calor.

La sal de clorhidrato se suele adulterar con agentes de corte para aumentar los márgenes de beneficio de quienes la trafican. Estos adulterantes pueden incluir compuestos inertes como polvos de talco, almidón de maíz y diversos azúcares, así como muchos compuestos activos como lidocaína, procaína, cafeína, anfetamina, estricnina y levamisol (un fármaco antiparasitario).

Base

Las formas de base de la cocaína incluyen la base libre y el crack, que son la misma forma química pero difieren en su método de producción. La cocaína de base libre se produce disolviendo el clorhidrato de cocaína en agua y añadiendo después una base fuerte, como el amoníaco, bajo calor. A continuación se añade un disolvente orgánico como el éter para disolver la base de cocaína, que se extrae al evaporarse. El crack es una forma de cocaína de base libre de menor pureza. Esta forma se elabora disolviendo clorhidrato de cocaína en agua y añadiendo después bicarbonato de sodio o amoníaco en caliente para precipitar la base de cocaína.

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La base de cocaína se seca y pasa de ser una masa blanda a convertirse en rocas quebradizas y duras cuyo color varía del blanco al marrón claro. Se fuma en una pipa de cristal y hace un sonido de crujido al calentarse; de ahí el nombre de “crack”.

Por vía intranasal

Esnifar la forma de cocaína en polvo (clorhidrato de cocaína) es el método de consumo más común. Cuando se esnifa, se absorbe en el torrente sanguíneo a través de las membranas mucosas de las fosas nasales. Los efectos aparecen en cinco minutos y duran aproximadamente una hora.

Antes de ser esnifada, la cocaína se pica finamente y se divide en bumps (35 mg) o líneas (60-100 mg) sobre una superficie plana. Sin embargo, la dosis real que se consume depende de la cantidad de adulterante que se haya añadido a la droga. En cualquier caso, se absorbe por vía intranasal con una alta biodisponibilidad (aproximadamente un 30-60%).

Fumada

Fumar cocaína en forma de base libre o crack produce un rápido inicio de los efectos y un intenso y breve subidón. Cuando se fuma, los efectos comienzan en segundos y duran entre 5 y 15 minutos. El clorhidrato de cocaína no se fuma porque las altas temperaturas hacen que se queme, en lugar de vaporizarse. Debido a su mayor potencia y biodisponibilidad, la forma de base libre se considera la forma más adictiva de la cocaína.

Por vía intravenosa

La administración intravenosa produce los niveles sanguíneos más rápidos de la droga y los efectos más intensos. Con este método, se disuelve el clorhidrato de cocaína en agua y se lo inyecta en el torrente sanguíneo. La cocaína inyectada produce efectos en segundos que alcanzan su punto máximo en tres minutos. Este método de administración conlleva el riesgo psicológico y fisiológico más extremo.

Por vía oral

El consumo oral de hojas de coca produce un efecto estimulante suave que se ha utilizado tradicionalmente en Sudamérica para combatir la fatiga y el mal de altura. Lxs consumidores suelen masticar las hojas de coca, de forma similar al tabaco de mascar, con una sustancia alcalina como la cal. La falta de una sustancia fuertemente alcalina hace que la cocaína sea inactiva en el estómago.

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Tradicionalmente, la droga también se consume por vía oral a través del té de coca, tras remojar las hojas de coca frescas o secas en agua caliente. En cualquiera de los dos casos, esto retrasa los efectos de la cocaína administrada por vía oral debido al tiempo que tarda la droga en llegar al estómago o al duodeno. Los efectos máximos se suelen sentir una hora después de la ingestión y duran aproximadamente dos horas. La cocaína también puede consumirse por vía oral aplicando polvo de cocaína en las encías, aunque esto es menos común.

Efectos físicos

La cocaína es conocida por sus efectos de rápida aparición y corta duración. Tras el subidón eufórico inicial, produce un bajón o colapso caracterizado por un estado de ánimo bajo, agitación y ansiedad.

En esta tabla aclaramos cuánto tardan en aparecer los efectos, la duración de los mismos y los efectos posteriores, según la forma de administración.

Método de consumo Inicio Duración Efectos posteriores
Vía nasal 5 minutos 1–2 horas 1–2 horas
Vía oral 5–15 minutos 1–4 horas 1–2 horas
Fumada 10–15 segundos 5–15 minutos 30–60 minutos
Vía intravenosa 10–15 segundos 5–15 minutos 30–60 minutos

Fuente: Erowid.org

La cocaína activa de forma potente el sistema nervioso de “lucha o huida” (o simpático), que pone a prueba el sistema cardiovascular.

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Los efectos físicos pueden ser desde leves hasta potencialmente mortales, y generalmente pueden incluir:

  • Estimulación física
  • Adormecimiento de la boca y la garganta
  • Taquicardia (ritmo cardíaco rápido)
  • Aumento de la presión arterial
  • Sobrecalentamiento
  • Sudoración
  • Dilatación de las pupilas
  • Temblores
  • Bruxismo (apretamiento de la mandíbula, también llamado mandibuleo)
  • Constricción de los vasos sanguíneos
  • Disminución del umbral de convulsión
  • Supresión del apetito
  • Insomnio

Efectos psicológicos

Dependiendo de la dosis y la tolerancia del consumidor, los efectos psicológicos del consumo de esta droga pueden incluir:

  • Euforia
  • Estimulación mental
  • Aumento del estado de alerta y la energía
  • Reducción de la fatiga
  • Aumento de la sociabilidad
  • Inflación del ego
  • Aumento de la libido
  • Manía
  • Inquietud
  • Cambios rápidos de humor
  • Irritabilidad
  • Agitación
  • Mareos
  • Ansiedad
  • Pánico
  • Paranoia
  • Redistribución compulsiva

Efectos secundarios comunes

Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, los efectos secundarios del consumo de cocaína pueden incluir:

  • Ansiedad intensa
  • Pérdida de apetito
  • Alteración de los patrones de sueño
  • Constricción de los vasos sanguíneos
  • Temblores
  • Vértigo
  • Cambios de humor
  • Dolores de cabeza
  • Paranoia
  • Irritabilidad
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Convulsiones (en dosis altas)

Efectos adversos y a largo plazo

Independientemente de la forma en que se consuma, la cocaína puede provocar varios efectos adversos. Estos efectos son más probables si se consume con frecuencia y en cantidades elevadas.

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Con un consumo excesivo o prolongado, la cocaína puede provocar graves efectos fisiológicos adversos, entre ellos:

  • Hipertensión
  • Hipertermia
  • Latidos rápidos del corazón
  • Ritmo cardíaco anormal
  • Temblores
  • Convulsiones
  • Picazón
  • Insomnio
  • Pérdida de peso
  • Desnutrición
  • Daño renal

Además, sus efectos en el sistema cardiovascular pueden provocar la vasoconstricción de las arterias coronarias o cerebrales. A su vez, esto puede aumentar la posibilidad de sufrir una insuficiencia cardíaca, un ataque al corazón y un derrame cerebral (ACV).

Los efectos fisiológicos adversos también dependen de cómo se consuma la droga. Esnifar cocaína puede provocar daños en los senos paranasales, incluida la pérdida de olfato, el goteo nasal persistente, las hemorragias nasales y la destrucción del tabique (el cartílago que separa las fosas nasales).

Fumar cocaína puede provocar problemas respiratorios como tos con sangre, dolor en el pecho, traumatismos pulmonares, asma y dificultad para respirar.

Inyectarse cocaína puede provocar infecciones mortales, colapso de las venas, marcas de pinchazos, abscesos y contracción de enfermedades de transmisión sanguínea como la hepatitis y el VIH.

La cocaína puede provocar una amplia gama de efectos psicológicos adversos, entre ellos:

  • Antojos intensos
  • Ansiedad
  • Inquietud
  • Depresión
  • Paranoia
  • Agitación
  • Hostilidad
  • Irritabilidad
  • Alucinaciones
  • Delirio
  • Psicosis
  • Delirios paranoicos

Tras el subidón de la cocaína, lxs consumidores suelen informar de un desagradable bajón que puede incluir depresión, letargo y dificultad para el movimiento muscular. El bajón disfórico se debe al agotamiento de las reservas de dopamina en el cerebro, que tarda varios días en recuperarse. A largo plazo, el consumo de cocaína puede provocar interrupciones en la señalización dopaminérgica y daños en las neuronas dopaminérgicas. Con el tiempo, esto puede hacer que la vía de recompensa sea menos sensible a los reforzadores naturales.

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Todos estos efectos contribuyen al desarrollo de la tolerancia, en la que lxs consumidores necesitan cada vez más droga para conseguir los mismos efectos. La tolerancia puede conducir al deseo de consumir dosis extremadamente altas de cocaína, lo que aumenta significativamente la posibilidad de consecuencias graves para la salud y la posibilidad de una adicción completa.

Toxicidad

La toxicidad se basa en los niveles de exposición o dosis necesarios para que una sustancia cause daños a un ser humano o animal. La dosis letal media, o DL50, es una medida común de toxicidad, que mide la dosis letal para la mitad de los organismos probados.

Por ejemplo, la DL50 en ratas a las que se les administra cocaína por vía oral es de aproximadamente 17,5 mg/kg, lo que se traduce en una dosis letal mínima estimada de 1,2 g para un humano de 70 kg. La dosis letal puede variar en función de numerosos factores, como la presencia de condiciones de salud subyacentes, el nivel de tolerancia y la pureza de la droga. Se sabe que lxs adictxs toleran hasta 5 gramos de cocaína al día, mientras que algunas personas han muerto con tan sólo 30 mg.

Un factor importante que determina la toxicidad es la pureza de la droga. Un estudio de 1988 que examinaba la pureza de la cocaína de la calle encontró una pureza media del 40%, pero los niveles actuales son presumiblemente mucho más bajos. La mayor parte de la cocaína estadounidense se corta con un adulterante activo conocido como levamisol, un agente antiparasitario. Esto puede provocar graves trastornos inmunitarios, afecciones cutáneas e infecciones respiratorias en algunxs consumidores. Si el agente de corte de la cocaína es un opioide como el fentanilo, esto aumenta significativamente la posibilidad de una sobredosis mortal.

Interacciones con otras sustancias

La combinación de cocaína con psicodélicos serotoninérgicos como los hongos mágicos, el LSD y la mescalina puede aumentar significativamente la probabilidad de efectos psicológicos negativos. Estos incluyen ansiedad, confusión, paranoia y bucles de pensamiento.

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Evita el uso de otros estimulantes con la cocaína. Los estimulantes más comunes son Adderall y Dexedrine (o sus genéricos), metilfenidato, Concerta (o su genérico), esteroides anabólicos y metanfetamina. Combinar su consumo con la cocaína puede provocar peligrosos efectos cardiovasculares, como ritmo cardíaco irregular, hipertensión y una mayor probabilidad de sufrir un infarto.

Tomar opiáceos con cocaína aumenta la toxicidad de ambos, lo que puede dar lugar a un aumento de las posibilidades de sufrir convulsiones, dificultades respiratorias y la muerte.

Aunque la combinación de cocaína con alcohol es habitual, tomar estas dos sustancias juntas puede ser peligroso. La combinación da lugar a la producción de cocaetileno, un metabolito activo que supone una mayor toxicidad para el corazón, el hígado y el cerebro. Además, la cocaína permite consumir más alcohol de lo habitual, aumentando la probabilidad de deshidratación, toxicidad hepática y sobredosis.

Para una lista más completa de interacciones con otras sustancias, consulta esta imagen de Tripsit:

tripsit tabla cuadro mezcla drogas interacciones

Interacciones con medicamentos

No combines medicamentos que aumenten los niveles de serotonina, incluidos muchos antidepresivos con receta, con la cocaína. Esta combinación puede aumentar la posibilidad de que se produzca el síndrome de la serotonina, una afección potencialmente mortal que se caracteriza por agitación, confusión, delirio, presión arterial alta, ritmo cardíaco anormal y temblores. Además, la mezcla de cocaína con IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa) puede provocar efectos graves para la salud, como el síndrome de la serotonina, la hipertensión y la psicosis.

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Algunos medicamentos pueden reducir los efectos de la cocaína, como el litio, la risperidona, la quetiapina y la carbamazepina. Por esta razón, estos medicamentos se han utilizado en el tratamiento de la dependencia de la cocaína.

Cocaína y trastornos psicológicos

La cocaína puede exacerbar las condiciones de salud mental como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Puede precipitar reacciones psicóticas en aquellas personas predispuestas o con antecedentes familiares de esquizofrenia y psicosis.

Cocaína y condiciones físicas

Debido a los efectos vasoconstrictores de la cocaína, no deben consumirla las personas con afecciones cardíacas preexistentes, hipertensión arterial o antecedentes familiares de dolencias cardíacas. No consumas cocaína si tienes antecedentes de trastornos hepáticos/renales, derrames cerebrales y trastornos del sueño. La cocaína también puede reducir el umbral de las convulsiones, así que no la consumas si tienes antecedentes de convulsiones.

Además, la cocaína es un teratógeno conocido, lo que significa que puede causar defectos en los fetos durante el desarrollo prenatal. El consumo de cocaína durante el embarazo puede provocar abortos espontáneos, partos prematuros y mortinatos.

Seguridad

La cocaína provoca cientos de miles de visitas a urgencias y miles de muertes cada año. Según un informe del 2011 de la Red de Alerta sobre el Abuso de Drogas (DAWN), más de 505.000 visitas a urgencias se atribuyeron al consumo de cocaína ese año. En el 2016, se produjeron 11.316 muertes por sobredosis de cocaína en Estados Unidos, aunque en el 40% de ellas también estuvo implicado el fentanilo.

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Los dos problemas de seguridad más importantes en relación con el consumo de cocaína son el desarrollo de adicción y la posibilidad de sobredosis. Debido a los efectos de la cocaína en la vía de la recompensa en el cerebro, tiene un alto potencial de abuso e inclina a sus usuarixs hacia el uso compulsivo. Esto puede dar lugar a una dependencia psicológica o adicción, que puede crear antojos y síntomas negativos de abstinencia al dejar de consumir la droga.

La mayoría de las sobredosis de cocaína se producen en consumidores crónicxs y empedernidxs. Las sobredosis pueden provocar síntomas psicológicos graves como agitación, delirio, alucinaciones, psicosis y alucinaciones táctiles aterradoras. Desde el punto de vista fisiológico, las sobredosis pueden provocar convulsiones, hipertermia, ritmo cardíaco anormal, cardiomiopatía, infarto y colapso cardiovascular. Los efectos cardiovasculares se producen porque la cocaína bloquea los canales de sodio cardíacos. La posibilidad de sobredosis se eleva considerablemente cuando lxs consumidores combinan peligrosamente la cocaína con opioides.

Historia

Aunque el uso de la cocaína purificada se remonta relativamente al siglo XIX, la hoja de coca tiene una larga historia de uso como planta medicinal ancestral.

Usos indígenas

Masticar la hoja de coca ha sido una tradición cultural para los pueblos indígenas de los Andes durante milenios. Un análisis de restos humanos momificados de hace 3.000 años en el norte de Chile encontró rastros de cocaína en varios de ellos. Durante el imperio incaico, la hoja de coca se consideraba una planta divina y se utilizaba ampliamente por motivos rituales, religiosos, sociales y medicinales. Desde el punto de vista médico, los usos tradicionales de la hoja de coca incluían el tratamiento del malestar estomacal, las náuseas, el estreñimiento, la diarrea, las úlceras, la malaria y el asma. Además, sus efectos estimulantes ayudaban a combatir el mal de altura y a aliviar la fatiga, el hambre y la sed.

Una vez que los españoles invadieron a lxs incas en el siglo XVI, intentaron inicialmente eliminar la práctica cultural de masticar hojas de coca. Tras fracasar su erradicación, los españoles empezaron a gravar la hoja de coca y fomentaron su uso tradicional entre lxs trabajadores escalvizadxs. Al ser un estimulante de la resistencia y un supresor del apetito, masticar la hoja de coca ayudaba a aumentar la productividad de lxs trabajadores esclavizadxs en las minas de plata de los Andes.

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Hoy en día, la hoja de coca se sigue masticando o preparando en forma de té en varios países sudamericanos para combatir el mal de altura y mejorar la salud, el estado de ánimo y la energía.

Era moderna

La hoja de coca no despertó mucho interés en Europa y América hasta mediados del siglo XIX. El químico alemán Friedrich Gaedcke aisló por primera vez el alcaloide de la cocaína en 1855, denominándolo “eritroxilina”. Unos años más tarde, un estudiante de doctorado alemán llamado Albert Niemann desarrolló un proceso de purificación mejorado para la cocaína. En su investigación, observó su sabor amargo y adormecedor y la bautizó como cocaína, nombre que procede de la planta de la coca y del sufijo alcaloide -ina.

Pronto, la cocaína atrajo la atención de los empresarios y se añadió a muchos tónicos y bebidas. En 1863 se comercializó un vino con infusión de coca llamado Vin Mariani para la salud, la vitalidad y la energía. Este vino contenía 6 mg de cocaína por onza de vino y fue respaldado por primeros ministros, el Papa e innumerables celebridades. El éxito de Vin Mariani inspiró a numerosos competidores, como la French Wine Cola de John S. Pemberton. Tras la aprobación de la legislación sobre la prohibición del alcohol, este vino de coca acabó convirtiéndose en la Coca-Cola sin alcohol. Antes de 1916, la cocaína podía incluso comprarse sin receta, y se comercializaba como tónico, cura para el dolor de muelas y alivio de la fatiga.

Acontecimientos, hallazgos y estudios importantes

En la década de 1880, la conciencia pública de las propiedades terapéuticas de la cocaína creció a medida que la prensa popular elogiaba con entusiasmo sus usos para una variedad de condiciones. En 1884, el oftalmólogo austríaco Karl Koller publicó un informe sobre el uso exitoso de la droga como anestésico local para procedimientos oftálmicos. Al año siguiente, después de leer el informe de Koller, el cirujano estadounidense William Halsted demostró el uso de la cocaína para la anestesia de bloqueo nervioso.

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En un artículo de 1884 titulado Über Coca, Sigmund Freud ensalzó su uso para la dependencia de los opiáceos y el alcohol, así como para numerosas afecciones psicológicas. Incluso el Cirujano General de EEUU recomendó la cocaína para la depresión, afirmando que no existía la adicción a la cocaína.

Consumo excesivo y uso delictivo

Sin embargo, durante la década siguiente, la publicidad y el consumo generalizados acabaron por dar lugar a informes sobre intoxicación y adicción a la cocaína. Esto acabó provocando que los periódicos sensacionalistas describieran los peligros del consumo de la droga y que la comunidad médica reaccionara cada vez más. En la década de 1920, el consumo de cocaína disminuyó paralelamente a las regulaciones federales, y las anfetaminas se convirtieron en el estimulante más popular en los años ’30.

No fue hasta los ‘70 cuando el uso y el abuso de la cocaína volvieron con fuerza después de que las redes organizadas de tráfico de drogas comenzaran a introducir la droga en Estados Unidos desde Sudamérica. La gran afluencia de cocaína procedente de Sudamérica alimentó la “epidemia de crack” de 1980 que arrasó las principales ciudades de Estados Unidos. A mediados de los ’80, la imagen de la cocaína en los medios de comunicación pasó de ser la droga glamorosa de la gente rica y famosa a la sustancia ilícita más peligrosa y adictiva de Estados Unidos.

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En respuesta a los elevados índices de abuso y delincuencia, el gobierno estadounidense aprobó la Ley Federal contra el Abuso de Drogas de 1986. Como parte de la Guerra contra las Drogas, esta ley castigaba la posesión de 5 gramos de crack de la misma manera que la de 500 gramos de cocaína en polvo. Además, creó una sentencia mínima obligatoria de cinco años para la posesión de crack como primera ofensa. Los estudios posteriores demostraron que la ley afectaba de forma desproporcionada a lxs afroamericanxs, lo que provocaba altas tasas de encarcelamiento de jóvenes. La Ley de Sentencias Justas, promulgada por Barack Obama en el 2010, derogó partes de la anterior ley de 1986. Esta ley eliminó la sentencia obligatoria de 5 años por posesión de crack y redujo la disparidad de sentencias entre los delitos por crack y cocaína en polvo de 100:1 a 18:1.

En Estados Unidos, la cocaína está incluida en la Lista II de la Ley de Sustancias Controladas de 1970. Esto significa que tiene un alto potencial de abuso, pero que un médicx puede administrarla por razones médicas legítimas. Su clasificación en la lista II hace que sea ilegal venderla sin una licencia de la DEA, y que sea ilegal comprarla o poseerla sin una licencia o una receta. Es médicamente legal en forma líquida para su uso en hospitales o centros médicos para cirugías de oído, nariz y garganta.

En todo el mundo, la cocaína está controlada de forma similar a la de Estados Unidos, con la excepción de varios países de Sudamérica. En Perú, Argentina y Bolivia, masticar hojas de coca y beber té de coca son prácticas culturales legales. Además, estos países permiten el cultivo y la venta de hojas de coca.

Con respecto a la cocaína purificada, en Colombia es legal poseer un gramo de cocaína para uso personal, pero la venta es ilegal. En México, es legal llevar hasta 1/2 gramo de cocaína, pero más es ilegal. En Perú, es legal poseer hasta dos gramos de cocaína o cinco gramos de pasta de coca.

Usos recreativos

La cocaína ha sido una droga recreativa muy popular desde principios del siglo XX debido a sus efectos eufóricos y estimulantes. Su capacidad para producir fuertes sensaciones de euforia, confianza y sociabilidad la ha convertido en una droga de fiesta muy popular. Además, su capacidad para aumentar el estado de alerta, la productividad y la vigilia ha llevado a su uso en entornos laborales.

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El consumo de cocaína se da en todas las clases socioeconómicas, razas, edades y profesiones. Debido a su elevado coste, la cocaína en polvo se conoce coloquialmente como “droga de ricxs”. El crack, más barato, se impuso en los ’80, sobre todo en los mercados más pobres de los centros urbanos, debido a su asequibilidad, rentabilidad y efectos eufóricos casi inmediatos.

Usos médicos

En la actualidad, la cocaína tiene algunos usos médicos legítimos debido a su doble acción como anestésico y agente vasoconstrictor. Aunque su uso en oftalmología ha disminuido debido a su toxicidad para la córnea, todavía se utiliza para operaciones de oído, nariz y garganta. En concreto, lxs otorrinolaringólogos utilizan esta droga en la cirugía nasal y del conducto lagrimal para adormecer la zona y reducir el sangrado.

Sin embargo, varios anestésicos locales, como la benzocaína y la lidocaína, se utilizan con más frecuencia que la cocaína porque presentan menos efectos secundarios. En los últimos años, la FDA ha aprobado dos soluciones nasales de clorhidrato de cocaína (de marca Goprelto y Nombrino) para cirugías nasales en adultxs.

La cocaína en la actualidad

La cocaína sigue siendo una droga recreativa muy popular hoy en día, con aproximadamente 14-21 millones de personas que la consumen en todo el mundo cada año. A continuación, discutiremos las tendencias del consumo de cocaína en los Estados Unidos, los ensayos clínicos actuales relacionados con la cocaína, y terminaremos con las tendencias internacionales de la producción y el consumo de cocaína.

Tendencias

Según datos de las Naciones Unidas, Estados Unidos es el principal consumidor de cocaína del mundo, seguido de Inglaterra y Gales. Estados Unidos representa aproximadamente el 36% del consumo mundial de cocaína, lo que corresponde a un valor total del mercado de aproximadamente USD 34.000 millones.

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Los precios de la cocaína en Estados Unidos se han mantenido relativamente estables desde que descendieron significativamente en los ’80, cuando el tráfico organizado de cocaína alcanzó nuevas cotas. Según el informe de la Estrategia Nacional de Control de Drogas 2020, el precio por gramo en 2018 fue de USD 156 en promedio, mientras que el precio por gramo a granel fue de USD 101.

Tendencias de consumo dentro de los Estados Unidos

Según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH) del 2018, aproximadamente 5,5 millones de personas mayores de 12 años consumieron cocaína en ese año, mientras que 757.000 personas consumieron crack. Esto corresponde al 2,0% de la población que consume cocaína, y al 0,3% de la población que consume crack. Lxs adultxs jóvenes en edad universitaria, de entre 18 y 25 años, tienen la tasa de consumo más alta de todos los grupos de edad. Aproximadamente 2 millones (o el 5,8%) de lxs jóvenes de 18 a 25 años consumieron cocaína ese año, y 87.000 (el 0,3%) consumieron crack.

Según la Academia Nacional de Medicina (antes Instituto de Medicina), el 17% de las personas que prueban cocaína se vuelven dependientes. Las tasas de trastorno por consumo de cocaína en Estados Unidos se han mantenido relativamente estables desde el 2009. En el 2018, se estima que 977.000 personas de 12 años o más cumplían los criterios del DSM IV para el trastorno por consumo de cocaína, lo que supone aproximadamente el 0,4% de la población. Casi el 77% de esas personas tenían 26 años o más.

¿Una vacuna contra la cocaína?

Investigadores de Weill Cornell Medicine y del New York-Presbyterian Hospital están reclutando participantes para un estudio clínico de fase I que pretende probar la seguridad y eficacia de una vacuna contra la cocaína.

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La vacuna, denominada dAd5GNE, ha sido diseñada para absorber la droga en el torrente sanguíneo antes de que atraviese la barrera hematoencefálica y ejerza sus efectos en el sistema nervioso central. La vacuna se compone de un análogo de la cocaína llamado GNE que está unido a un adenovirus. El adenovirus se utiliza para evocar una respuesta inmunitaria tanto al virus como a las moléculas similares a la cocaína unidas a él. Durante la respuesta inmunitaria, el cuerpo producirá anticuerpos anticocaína que atacarán las moléculas de cocaína y atenuarán los efectos de la misma. Lxs investigadores demostraron previamente su eficacia en estudios con animales, pero el ensayo de fase I en curso evaluará la eficacia y la seguridad en humanos.

En el mundo

Según las Naciones Unidas, en el 2017 se fabricaron 1.976 toneladas de cocaína en todo el mundo, lo que supone un aumento del 25% respecto al año anterior. En gran medida, esta tendencia se debe al aumento significativo del cultivo del arbusto de coca en Colombia. El país experimentó un aumento del 17% en la superficie de cultivo de arbusto de coca en el 2017, lo que se corresponde con un aumento del 31% en la cantidad de cocaína producida.

Colombia es responsable del 70% de la producción mundial de cocaína. Los principales mercados de consumo se encuentran en América del Norte, donde el 2,1% de la población consume la droga, y en Europa occidental y central, donde el porcentaje es del 1,3%. La mayor parte de la cocaína llega a Europa por mar, a través de los puertos de España, Bélgica, Países Bajos, Italia y Francia. Desde estos países de tránsito, la droga se envía a otros países europeos por tierra.

Los países oceánicos, como Australia y Nueva Zelanda, también presentan un elevado consumo de cocaína, con una tasa de prevalencia de aproximadamente el 2,2% de la población. Lxs narcotraficantes aprovechan el alto precio de la cocaína en estos países, que osciló entre USD 136.000 y 226.000 por kilo en el 2017. La mayor parte de la cocaína viaja por aire a Australia y Nueva Zelanda desde Estados Unidos y Chile.

Preguntas frecuentes

¿Aparece la cocaína en un análisis de drogas? Sí. Sin embargo, dado que se metaboliza rápidamente, las pruebas de drogas estándar detectan sus metabolitos, concretamente la benzoilecgonina. Este metabolito puede detectarse en los análisis de orina durante 2 o 3 días, en el pelo durante 90 días y en la sangre y la saliva hasta 2 días.

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¿Quién inventó la cocaína? La hoja de coca se ha utilizado durante milenios en Sudamérica. El alcaloide de la cocaína fue aislado por primera vez por el químico alemán Friedrich Gaedcke en 1855.

¿Se estropea la cocaína? Si se almacena adecuadamente lejos del aire, el calor, la luz y la humedad, la cocaína durará indefinidamente. Sin embargo, es posible que se produzca algún descenso en su potencia, especialmente cuando ha sido adulterada con agentes cortantes.

¿Cómo se almacena la cocaína? Debe guardarse en un recipiente hermético en un lugar fresco y oscuro. Se pueden añadir unos granos de arroz o paquetes de gel de sílice seco al recipiente para ayudar a reducir la humedad para el almacenamiento a largo plazo.

¿La cocaína y la coca son lo mismo? “Coca” es el nombre más común de la droga en la calle, concretamente la forma de sal de clorhidrato en polvo.

¿Los perros pueden oler la cocaína? Sí, pueden. Las razas de “perros rastreadores” (como los pastores alemanes, los belgas malinois y los labradores) tienen un extraordinario sentido del olfato que es muchos órdenes de magnitud más sensible que el nuestro. Las fuerzas del orden entrenan a estos perros para que localicen un olor determinado (como el de la cocaína) y reciban una recompensa.

¿A qué sabe la cocaína? Al igual que otros alcaloides, la cocaína es una sustancia amarga y metálica. Además, suele adormecer la parte de la boca o la nariz que toca.

Vía Reality Sandwich, traducido y editado por El Planteo.

Foto por Steve Buissinne en Pixabay 

Publicación original: abril 2021

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